sábado, 26 de abril de 2014

"DESPUÉS DEL RAYO, SÓLO GRITOS Y LLANTO"; TRÁGICA EXCURSIÓN



Saltillo, Coah.- “Todo fue tan rápido, para cuando acordamos nos cayó un rayo y salimos volando, no recuerdo nada más”, afirmó Víctor Eduardo Cordero Sánchez, de 20 años; sobreviviente del rayó que mató a su mejor amigo, cuando en compañía de su familia excursionaban por la sierra Zapalinamé.

“Había gritos y llanto, no sabíamos qué hacer, pero la señora Laura me dijo a mí que me llevara a Diego y que buscara ayuda para ella y para Luis, fue por eso que no miré atrás y bajé lo más rápido que pude la montaña”.

Víctor Eduardo aseguró que descendió del Cañón de los Pericos en cuestión de minutos y buscó rápidamente ayuda sobre el bulevar Mezquite, en la colonia Loma Linda.

“Dejé a Diego en manos de los bomberos, fueron los primeros que llegaron, yo me vine con las demás personas, regresamos a la sierra”, aseguró Cordero.

Trágico paseo

Víctor Eduardo, quien tiene su domicilio en la colonia Miguel Hidalgo comentó que él arribó temprano al domicilio de su amigo Luis Ángel Martínez Soto, de 17 años, con la idea de pasear un rato, repentinamente a la idea del par de amigos se les unió Diego Osvaldo, de 12 y Francisco Alexis, de 19, respectivamente.

Víctor Cordero comentó que llevaba una buena relación con los Martínez Soto, a quienes conocía desde que eran unos jovencitos, además de que Luis Ángel y él compartían sus primeras aventuras como albañiles, siendo el padre de los jóvenes su maestro.

“Luis y yo trabajamos como aprendices de albañil, el oficio nos lo está enseñando su papá, ahí la llevamos. Hoy no teníamos que ir a trabajar, así que como ya teníamos la intención, nos fuimos a la sierra”, aseguró Cordero Sánchez.

Laura Lorena Soto Fuentes, de 36 años, madre de Luis, Diego y Francisco, al ver que estaban decididos a realizar la excursión al corazón de la sierra junto con Víctor, decidió acompañarlos para que no se metieran en problemas.

La familia abandonó su domicilio ubicado en la calle Chaparral 120, en la colonia Loma Linda, y se dirigió a la montaña; eran las 10:45 horas.

Tras dos horas de camino repentinamente el clima cálido y nuboso que imperaba en la sierra cambió, comenzó a granizar y a llover.

Rápidamente Luis llamó a su mamá Laura debajo de un árbol para guarecerse de los granizos, asimismo el resto de los paseantes se acercaron apresuradamente, luego la tragedia ocurrió.

Cae el rayo

El cielo se ennegreció y repentinamente, de entre las nubes, una luz blanca azulosa incandescente cayó bajo el árbol donde Luis y Laura se guarecían, tocando al joven de 17 años y lesionando a la madre de familia.

“Vete a buscar ayuda” fueron las palabras que susurro Laura Lorena a Víctor, quien a costa de su integridad tomó de la mano a Diego y corrió sin mirar atrás.

El joven realizó una caminata de hora y media en 15 minutos, cayéndose en el camino y lastimándose severamente uno de sus brazos logró tocar suelo firme alrededor de las 13:45 horas, momento en que solicitó el auxilio de los pobladores de la colonia.

Rápidamente los socorristas del Cuerpo de Bomberos acudieron a brindar las atenciones e interceptaron a los jóvenes, encargándose del menor en el momento y solicitando la presencia de más rescatistas, debido a que Víctor aseguró que había más personas lesionadas en la cima.

Inician las maniobras

Un nutrido contingente de personal del Cuerpo de Bomberos, Policía del Estado y de Protección Civil se reunió en las faldas del cañón, prepararon sus herramientas y escalaron en búsqueda de Laura Lorena y su hijo Luis Ángel.

En primera instancia fueron dos los elementos que se adentraron en la sierra, internándose en el predio inhóspito y virgen; donde animales silvestres, cactus, magueyes, lechuguillas, sotoles, conviven entre piedras, fósiles, arañas y hormigas.

Los rescatistas, 45 minutos después, regresaron a la base para corroborar la presencia de la mujer y su hijo, quien había perdido la vida a consecuencia del impacto del monstruo de 350 mil voltios.

Siendo ésta la señal que esperaban los cuerpos de emergencia para comenzar el pesado ascenso al interior de la sierra.

Sorteando deslaves, lodo y lluvia los socorristas arribaron al lugar de los hechos cerca de una hora después de su partida, solicitando la presencia de una aeronave de rescate para lograr trasladar a Laura Sosa, quien había resultado con serias lesiones a consecuencia del rayo que cegó la vida de su hijo Luis.

Los rescatistas de protección Civil lograron contactar una empresa de Torreón, Coahuila, que podría prestar el servicio, siendo contratada a favor de la mujer quien yacía a un costado de su vástago.

Alrededor de las 17:45 horas un helicóptero resonó en el área, descendiendo a metros del lugar donde la afectada se encontraba, siendo ésta arropada por los socorristas con una manta térmica, debido a que presentaba síntomas de hipotermia.

Cerca de las 18:15 horas el helicóptero de rescate elevó sus aspas y partió con destino en primera instancia a la Clínica La Concepción, donde en el helipuerto la iba a estar esperando una ambulancia, la cual la trasladaría rápidamente a la Clínica 2 del IMSS.

Inician el descenso

Una vez que la madre partió, fue el turno del agente del Ministerio Público en aparecer, siendo éste quien ordenó el traslado del cuerpo al Semefo, no sin antes descender nuevamente por el sinuoso predio.

Los elementos del Cuerpo de Bomberos y de Protección Civil municipal aseguraron el cuerpo de Luis Ángel a una cesta de rescate y comenzaron el descenso.

Haciendo acopio de fuerza, los rescatistas lograron sobreponerse al sinuoso camino, mismo que en ocasiones estuvo a punto de tomar más de un lesionado, ya que los constantes derrumbes, lo encrespado del suelo y la vegetación jugaron un papel preponderante en el retraso de la bajada.

Cerca de las 19:00 horas los rescatistas, los agentes de la PGJE y el occiso tocaron tierra firme, concluyendo de esta manera las maniobras que iniciaron al mediodía.

(ZOCALO/  Bernardo García /26/04/2014 - 03:00 AM)

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