domingo, 2 de febrero de 2014

‘NO HE PERDONADO A CALDERÓN’




Erigida en la figura emblemática de la tragedia de Villas de Salvárcar por haber increpado de frente al entonces presidente Felipe Calderón, a cuatro años de distancia Luz María Dávila dice que no ha perdonado al ex mandatario porque asegura traicionó sus reclamos de justicia para sus dos únicos hijos asesinados y para los otros 13 victimados en la matanza más difundida de las que se registraron en esta frontera.

A pesar del dolor por esta pérdida que, dice, le cambió la vida para siempre, Luz María se revela como la mujer valiente que enfrentó con coraje al ex presidente y se muestra dispuesta a encarar también a Enrique Peña Nieto y al gobernador César Duarte con tal de conseguir justicia completa para los estudiantes masacrados.

Asegura que no descansará hasta lograr que traigan de México a Israel Arzate, uno de los implicados en la matanza que fue liberado apenas en noviembre pasado por orden de la Suprema Corte de Justicia, con el argumento de que fue incriminado bajo tortura, pese a que, expone Luz María, hay pruebas y testigos que lo vieron en el lugar de los hechos.

Por ello cuestiona fuerte a los derechohumanistas que defendieron a Arzate, porque dice que son los mismos que primero anduvieron abogando por sus hijos y los otros jóvenes asesinados.

Cuatro años ya, Luz María, de aquella tragedia en la que perdió a sus dos únicos hijos Marcos y José Luis…

Sí, es un vacío muy grande, para mí es como si hubiera sido ayer. Eran los únicos, y de la noche a la mañana nos los quitaron. No es fácil, porque tenerlos y de repente ya no tenerlos… y sí, han sido cuatro años muy difíciles. Ya no es lo mismo, ya se siente más soledad, más de todo. Nos cambiaron la vida para siempre.

¿De qué manera le cambió la vida, Luz María?

El hecho de que ya no los tenemos, en cuestión de la convivencia con ellos, la escuela, el andar siempre al margen con ellos. Lo primero y todo lo que hace uno es por ellos. Los hijos son nuestra motivación. Al no tenerlos es un vacío muy grande. Ya nada es lo mismo.

¿Hay resignación ante esa gran pérdida?

El dolor nunca se nos va a quitar, la verdad. Ya no están y tratamos de salir adelante, ya sea por una o por otra, y seguirle, pero eso nunca se va a quitar. Porque a pesar de que ya son cuatro años, el dolor está ahí. Apenas nos está cayendo el veinte. Ver que realmente ya no están, que ya no vamos por ellos a la escuela. Han sido cuatro años muy duros. Todo cambió, es muy triste, y pues, qué más podemos hacer…

Dice que los hijos son la motivación de una familia. Al no estar ellos, ¿qué es lo que la motiva ahora para seguir viviendo, Luz María?

Nos mantenemos trabajando mi esposo y yo. De motivación ya ahorita nada. Se motivaba uno porque estaban ellos… siempre está uno pensando en que esto es para fulanito, esto es para zutanito. Siempre pensando en los hijos. Para que salgan adelante, para darles, para que se diviertan y todo. Siento que andamos de pie porque ellos son los que nos mantienen de pie. Yo digo: ay Dios santo por qué andamos de pie todavía. No entiendo por qué.

¿En qué momentos se le carga más el sufrimiento?

En sus cumpleaños y cuando se acerca la fecha en que los mataron. Marcos cumpliría el 30 de julio y José Luis el 29 de abril. Se carga mucho en esos días, pero pues en realidad es todos los días. Es que teníamos una rutina diaria. Y siempre estamos pensando en esto o en lo otro de si ellos estuvieran aquí.

Después de la matanza, el Gobierno les estuvo ofreciendo apoyo psicológico…

Sí, en Casa Amiga me han apoyado mucho, están al pendiente de mí, pero fue muy difícil estar recordando, porque los doctores me preguntaban muchas veces sobre lo mismo, y sí, tuvimos mucha terapia por donde quiera, porque hasta de México también vinieron a darnos terapia.

¿Médicos enviados por Felipe Calderón o su esposa?

Sí, vinieron por ellos. De hecho ahora que soltaron al fulano éste que se fue a México (no lo menciona por su nombre, pero es Israel Arzate, a quien algunos testigos aseguran haberlo visto como uno de los pistoleros y que fue liberado en noviembre por orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), vinieron otros sicólogos a ver qué se nos ofrecía. Pero yo ya no quiero sicólogos porque es muy (des) gastante para uno.

Luz María, usted fue conocida en todo el país y fuera de él por haber enfrentado directamente al entonces presidente Felipe Calderón. ¿Fue una reacción espontánea o usted meditó hacerlo cuando estuviera cerca del mandatario?

No, fue espontánea. Yo no sabía a qué me habían invitado a Cibeles los de derechos humanos. Ya estando dentro y saber que ahí estaba el presidente, algo se me venía a la mente, como que yo sentía que tenía que hacer algo, para que él se diera cuenta de todo lo que estaba pasando aquí en Juárez, no nomás lo de mis hijos. Fue una cosa, yo a veces veo el video y digo: ¡Ah chirriones! ¿Yo hice todo eso? Haga de cuenta que cuando le estaba diciendo eso a Calderón, yo a los lados veía puro oscuro. Nomás lo veía a él. Ni pensé lo que estaba diciendo, lo solté nomás.

Y si tuviera la oportunidad de tener enfrente de nuevo a Calderón, ¿qué le diría ahora?

Ay, pos que dejó muchas desgracias. Le diría que por culpa de él que movió muchas cosas en cuestión de narcotráfico se armó todo esto. Y desgraciadamente ahí perdimos mucho. Perdí a mis hijos y se perdieron muchos inocentes. Pero pos ya qué se le puede hacer, el señor ya salió, ya se fue, muy cómodamente anda por allá, y uno cómo se quedó. Claro que no soy la única afectada, somos muchos en Juárez. Muchos lesionados, muchos muertos, muchas personas heridas, mucho de todo.

Después se acercó Margarita Zavala a consolarla…

Fue y es una señora muy humana. Muy diferente al Calderón. Las últimas veces que nos reunimos en la escuela, ella estuvo platicando conmigo a solas y me dijo: mira Luz, yo te entiendo, es un dolor muy fuerte el que traes. Yo tengo hijos de la edad de los tuyos. Como mujer, como madre yo te entiendo, porque para perder unos hijos está difícil. Y ya me dijo: voy a apoyarte en lo que se pueda antes de salir.

¿Y en qué la apoyó?

Pues, no mucho, pero yo le dije: si le pido lo que yo quiero, nunca me lo va a regresar. Así me levante usted una barda muy alta, quesque para seguridad, la vida de mis hijos era sagrada y eso no vale su vida. No tienen precio. Hablé mucho con ella de eso. Nos vimos como tres veces.

Al hacerse tan notoria, ¿hubo alguna persona, organización o partido político que se haya acercado a usted para aprovecharse de su fama?

No, andaba yo todavía sin ánimos, me sentía bloqueada, no me caía el veinte de la pérdida de los muchachos. El que anduvo aquí fue (Gerardo) Fernández Noroña (ex diputado federal por el PT), y platicamos, vino como en dos ocasiones, con los de derechos humanos. Pero eso fue todo.

A usted la apoyaron derechohumanistas después de perder a sus hijos, pero ha cambiado su opinión sobre ellos…

Es que me pregunto, si ellas andaban muy metidas, aparentemente, en este caso de Villas, cómo fue que se metieron a fondo a defender al (Israel) Arzate. Eso es lo que no entiendo, ese es el coraje que me da. Digo, okey, son humanos, tienen derecho de que los defiendan, pero de este sujeto hay pruebas, hay testigos que lo vieron (en el lugar de los hechos). Por qué. Dónde están los derechos de nosotros los lesionados, los que sufrimos más.

¿Qué mensaje le enviaría a Arzate en este momento?

Pues que tarde o temprano va a haber justicia y que esto no se va a quedar así. Y si él es culpable, que se entregue. Si él fuera inocente, por qué se fue de Juárez. Para mí él está huyendo. ¿Por qué se fue pa’ México? Hasta que no lo traigan para acá, que veamos que esté con sentencia y todo, voy a estar tranquila. Ya no va a hacer más daño.

Se ha divulgado que en la primera oportunidad que tenga se va del país…

Exacto. ¿Por qué no se quedó en Juárez a dar la cara? Ora, no fueron nomás mis hijos, fueron otros muchachos, puros estudiantes. No es justo que el señor ande por allá muy libre, quitado de la pena, ¿y nosotros cómo quedamos? Es el coraje que me da de los derechos humanos, que lo defienden como si fuera un rey, ¿y a nosotros?

¿Y ya no se han acercado a ustedes los derechohumanistas?

(Se queda callada, luego sonríe, como si fuera un tema que no quiere tocar). Si ellos quisieran venir a platicar con nosotros, yo no los aceptaría, porque para mí es una burla. Primero defendieron al asesino de mis hijos y después quieren traernos panecitos para ver qué podemos hacer. Digo, pos no. Eso no se vale. ¿Cómo es que están jugando? Es una burla.

Hay cuatro detenidos y sentenciados por los hechos de Villas de Salvárcar. Luego detuvieron a José Antonio Acosta Hernández “El Diego”, quien se confesó como autor intelectual de la matanza pero fue extraditado a EU. Sin embargo, todos los testimonios de ustedes indican que fueron más pistoleros los que intervinieron aquella noche.

¿Qué les han dicho las autoridades, por qué no hay más detenidos?

Es lo que decimos nosotros también. Nos dicen que muchos ya están muertos, que porque el que los mandó de arriba se dio cuenta que era una equivocación. Fue todo un comando armado. Sería muy diferente si hubiera sido un solo asesino. Qué pasó con la mamá de esta muchacha Rubí... Marisela (Escobedo). Ella sabía quién era el asesino, sabía dónde estaba. Ella hizo todo lo que pudo para conseguir justicia para su hija. ¿Y qué le hicieron a ella? ¿Por qué? Porque al Gobierno no le conviene que la gente se mueva a pedir justicia. Porque es más fácil que uno encuentre al asesino, como ella, que la misma Fiscalía. Es lógico que a ellos (autoridades) no les va a convenir. Ella movió muchas cosas. En el asunto de Villas, es lógico que nosotros no vamos a poder con tantos.

Entonces ustedes no se han movilizado tanto para exigir justicia completa porque consideran que son muchos los implicados y que podría sucederles algo como a Marisela…

No, no es por miedo. Yo sé que fueron muchos los que vinieron, y es muy difícil buscarlos. Se mueven a todas partes. Pero ese no es nuestro trabajo. Si yo tuviera los medios, como se lo dije al Calderón, investigaría donde sea, porque fueron mis hijos. Pero no es trabajo de nosotros. Como le digo, no sólo fue uno, son muchos los que vinieron. Es más difícil. Ahí el trabajo es de las autoridades que hasta ahorita no han resuelto casi nada.

¿Las autoridades les han dicho a ustedes en algún momento que el caso ya está cerrado, que ya tienen a todos los culpables?

No, nos han dicho que ya tienen a algunos responsables y están esperando ver qué hacen con el sujeto que tienen en México (Arzate), que van a moverse para poderlo regresar, pero no nos han dicho que se ha cerrado el caso, porque no lo hemos permitido, porque estamos pendientes de que siga. No vamos a permitir que pase como con Horizontes del Sur. Hay gentes que dicen que por qué no nos conformamos con el parque que nos pusieron. Nosotros no lo pedimos. Lo que siempre hemos pedido es justicia. Nosotros le hemos seguido recalcando a (Jorge) González Nicolás (fiscal estatal) y al que se quedó aquí en su lugar, que nosotros queremos que siga esto, y que esto no se va a parar.

¿Se han entrevistado recientemente con ellos para insistirles en que sigan con el caso?

En los primeros de diciembre, antes de Navidad, estuvimos en Chihuahua con González Nicolás. Nos dijo que esto sigue en pie, que tiene que haber justicia. Y claro que nosotros no nos estamos confiando, porque ya no hay confianza. Yo no tengo confianza, porque nos la pintan tan bonito que si se confía uno, ya ve lo que pasó, dejaron que se fuera el Arzate para allá (México).

“El Diego” se confesó como autor intelectual de la matanza, pero lo extraditaron a EU donde fue juzgado por otros crímenes mas no por el de Villas de Salvárcar. Tampoco acá fue procesado por eso…

Por eso el coraje que da. ¿Por qué se lo llevan? “El Diego” ya quedó impune por estos crímenes. Ya ve cómo son las autoridades. Por eso se lavan las manos, y se echan la pelotita, tanto de aquí y de allá. A veces ya para no mover tanto, mejor vete y allá que te hagan lo que quieran. Es lo primero que saben hacer…

A los cuatro detenidos aquí les dieron 240 años de prisión a cada uno, también les impusieron el pago de 629 mil pesos por indemnizaciones y otros 100 mil pesos para los sobrevivientes, ¿a ustedes les llegó algo de indemnización?

No, nosotros no hemos recibido ni un quinto de nadie. Por ahí andaban rumores de que a nosotros nos estaban dando 10 mil pesos por mes. Para mí el dinero no es nada, porque de tener el dinero a mis hijos, prefiero a mis hijos. Claro que no, eso es mentira. Qué bueno que los estuviéramos recibiendo, ya no trabajaba yo. De hecho hemos pedido eso, hemos pedido que nos indemnicen por la pérdida que tuvimos.

¿No han buscado asesoría para ver si el Estado mexicano debe indemnizarlos por la pérdida de sus hijos?

Unas personas de El Paso es lo que a mí me dijeron. Pero le voy a decir una cosa: las autoridades de aquí se están haciendo locas para no dar nada. Ellos creen que con levantarnos una bardita, que con darnos una despensa es suficiente, pero no. Yo no he recibido ni despensa. Yo supe que nos deben apoyar con eso, con indemnización. Eso no lo hemos dejado de decir, lo que pasa es que estos primeros años hemos estado como bloqueadas.

¿Y cuántas madres son las que andan organizadas?

Andamos de todas las familias afectadas, todas seguimos, sí.

Si tuviera enfrente a los cuatro asesinos detenidos, ¿qué les diría? ¿Los golpearía como hizo en una marcha con un hombre que portaba una máscara con la cara de Calderón (brota la primera y única risa abierta en toda la entrevista)?

Nada más les llevaría la foto de mis hijos y les diría: aquí están a los que ustedes me arrebataron. Ojalá y tuvieran un poquito de conciencia y se pusieran a pensar en lo que hicieron. A la mejor todavía se merecen muchas cosas más por lo que hicieron, porque no nomás me quitaron a mis hijos, se llevaron a muchos por delante. Pero como dicen, Dios los va a enjuiciar.

¿Usted los perdonaría?

No. Si no he perdonado a (Felipe) Calderón, ni lo perdonaré nunca porque nos traicionó. Sé que eso no está bien, pero no los perdonaría. ¿Cómo voy a perdonar a los asesinos de mis hijos, a los únicos que yo tenía? Ni a Calderón. La última vez que vino al Memorial ahí estaba dando la mano y yo me volteé. Él cree que con venir con su risita ya se arregló todo. No. Lo perdone o no lo perdone yo sé que no le va a importar. Pero primero eran mis hijos.

Después de la matanza las autoridades dijeron que les iban a dar visas a los familiares de las víctimas…

Nos las iban a dar. Pero a mí me hablaron cuando mis hijos estaban tendidos. Les dije que claro que no. Supe que a otras personas les dieron visa, pero no se las pagaron, ellos las tuvieron que pagar. ¿Qué es esa ayuda? Ahora, ¿para qué nos ofrecen visa? ¿Para irnos de la ciudad, para no hablar, para no decir, para no reclamar? Yo así lo tomé. A mí no me gusta Estados Unidos. Aquí tengo a mis hijos, hay muchos recuerdos aún de ellos.

¿Y los que arreglaron la visa se fueron?

No, nadie se fue a EU. Ellos arreglaron sus visas por sus bolsillos. Y ya no me volvieron a hablar. Mucho interés había…

La entrevista con Luz María fue aun más amplia, pero por razones de espacio sólo podemos mencionar que ella también quisiera encontrarse con el presidente Enrique Peña Nieto para seguir exigiendo justicia para las víctimas de Villas de Salvárcar y “para que conozca realmente lo que está sucediendo en Juárez, que no está tan bien como se cuenta”, así como con el gobernador César Duarte, a quien ya le hicieron llegar el mensaje a través del fiscal González Nicolás.

Cuestiona el modo de trabajar de las autoridades prejudiciales en las escenas de crimen porque “revuelven todo y pierden evidencias”, como en el caso de uno de sus hijos de quien nunca apareció su cartera.

Ella también es una inmigrante en Juárez, a donde llegó con su familia proveniente del Distrito Federal después del sismo de 1985, en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. De esta frontera, asegura, no se irá porque aquí están sus hijos y todavía tiene muchos recuerdos de ellos.

Antes de que mataran a sus hijos, ella tenía la intención de estudiar la preparatoria y hacer una carrera, pero dice que la tragedia la ha dejado sin fuerzas, sin capacidad de concentración, sin motivación, a pesar de que se reconoce como una mujer inteligente.

Habló de sus hijos y las aspiraciones que tenían; de cómo los vio tirados en el piso entre los charcos de sangre; de que los siente presentes en su vida porque “todo el día ando corriendo, no paro, como si ellos estuvieran aquí todavía”.

Luz María no ha vuelto a entrar en la casa donde se registró la matanza, pero junto con el grupo de madres de los jóvenes acribillados, pugnarán ante Infonavit para que se las done, con el fin de convertirla en una capillita en la que puedan colgar las fotos de todos los muchachos que ahí murieron.

Familiares de los asesinados que se habían ido de la calle Villas del Portal han regresado a sus casas, narró Luz María: “Hasta parece un imán,  todos regresaron al mismo lugar. Yo digo, válgame, los muchachos no nos quieren ver separados...”

(EL DIARIO DE JUÁREZ / RAÚL GÓMEZ FRANCO / 2014-02-01 | 23:16)

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