miércoles, 31 de octubre de 2012

A LA FOSA COMUN, 24 MIL MUERTOS EN ESTE SEXENIO

Milenio  

México, DF.- Un total de 24 mil 102 personas: el equivalente a la mitad de un estadio de futbol o una ciudad de mediano tamaño. Ese es el número aproximado de cuerpos que se han ido a la fosa común al cierre del actual sexenio. Y es un cálculo altamente conservador. No incluye registros completos de los estados más violentos de México, como Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas.


A lo largo del sexenio que ya termina, miles de cuerpos han sido enterrados en el anonimato. Varios más se les suman todas las semanas: son migrantes, indigentes, personas sin familia, víctimas de homicidio y criminales –además de osamentas y restos corporales sin dueño aparente–, que se hallan enterrados y en muchas ocasiones apilados en cementerios por todo el país, desde la frontera con Estados Unidos hasta la península de Yucatán. Son cadáveres sin identidad catalogados en los registros oficiales únicamente como NN. Ningún Nombre.

Entre los datos que se desprenden de la investigación están dos hechos paralelos: 1) algunas procuradurías de justicia no quieren revelar las cifras de muertos sin identificar bajo su poder. Y 2) el número de cuerpos remitidos a fosa común ha escalado año con año desde el inicio del sexenio, a la par del número de ejecutados, criminales abatidos y víctimas en general de la violencia. En promedio, 10 cuerpos sin nombre o sin reclamar han sido inhumados diariamente.

Hasta ahora, con las cifras de 2012 aún inconclusas y actualizadas sólo hasta agosto y septiembre, 2011 es el año en el que los restos de más personas fueron depositados en espacios comunes, sin el beneficio final de una lápida de identificación: 4 mil 927 cadáveres jamás fueron reclamados en ese año, durante el que, coincidentemente, se registró el mayor número de ejecuciones vinculadas al crimen organizado en la administración de Felipe Calderón.

El panorama que pintan los documentos obtenidos muestra también que en algunas ciudades, como Juárez, Celaya y Monterrey, fueron procesados tantos cadáveres en condición de abandono que la capacidad de los panteones quedó rebasada o cerca del tope. En consecuencia, nuevas zanjas y panteones han debido ser excavados. Es un escenario que se repite por toda la República, con fosas comunes que se están agotando o cementerios que han comenzado a reciclar sus espacios, al extraer y desechar restos de siete años de antigüedad.

Algunas ciudades y estados vieron el número de NNs multiplicarse vertiginosamente. En Nayarit se triplicó la cifra en tres años. En Baja California creció en 100%. En Torreón se multiplicó 10 veces. En el puerto de Veracruz hubo más de mil cadáveres sin identificar en 2011. Durango pasó de haber inhumado ocho cuerpos sin nombre en 2006 a 438 en 2011 (ver gráficas).

No sólo eso. El descontrol en el manejo de los restos sin identificar priva en muchas entidades y gobiernos, según se desprende de varias de las respuestas obtenidas dentro de este ejercicio, que tomó más de tres meses en su elaboración y para el que fue necesario crear una base de datos con miles de cifras. Pero esas son las que han sido recuperadas: faltan las que nunca podrán ser computadas. Medio centenar de municipios admite haber perdido sus archivos previos al 2009 y 2008 y han extraviado la ubicación de cuerpos que difícilmente serán hallados para posterior identificación.

Algunos estados, como Michoacán, reconocen nunca haber integrado una base estatal de datos sobre cadáveres NN y apenas han iniciado ese proceso, pese a que la violencia ha dejado en esa entidad miles de víctimas de homicidio. La Procuraduría General de Justicia michoacana no puede responder ni siquiera cuántos cuerpos recibió su servicio médico forense en el sexenio. “No se cuenta con el dato estadístico”, justificó la dependencia.

UNA FOSA TORTUOSA

Las solicitudes de transparencia, que estarán disponibles al público para su consulta en http://www.milenio.com, no sólo dan una idea de la situación general de cadáveres no identificados, sino sobre los distintos niveles de avance en materia de transparencia en el país y los estados.

Para obtener los datos fue necesario recurrir a mensajes de correo electrónico y portales estatales (Infomex, Saimex, Unidad Guanajuato), sin dejar de lado numerosas llamadas telefónicas a unidades de enlace y de Comunicación Social para corregir “errores” como la pérdida de archivos, documentos ilegibles y páginas que pasaban semanas enteras fuera de línea.

En total, de las 479 peticiones presentadas –algunas bajo seudónimo– 230 fueron contestadas y 191 quedaron sin respuesta. Es decir, fueron ignoradas por las autoridades. Otras 40 solicitudes fueron rechazadas, declaradas como inexistentes o clasificadas como información confidencial, de seguridad estatal.

Muchos estados y municipios entregaron la información sin retrasos, como el Distrito Federal, Sonora, Chihuahua y Guanajuato, entre otros. Sus administraciones y municipios prepararon relaciones detalladas de las estadísticas en poder de sus servicios médicos forenses y administraciones panteoneras. En general, se pudo obtener información en 25 de los 31 estados del país, así como en 210 ciudades y municipios.

Algunas entidades rasuraron sus cifras o cometieron errores de cálculo. La Procuraduría General de Justicia de Sinaloa reportó sólo haber enviado a 54 cadáveres en su entidad a la fosa común en 2011 y a 227 en todo el sexenio. Pero una revisión simple a la página de su servicio médico, en donde se archivan y digitalizan imágenes de cuerpos no reclamados, pone en duda esos números. Su base de datos de occisos sin identificar ubica a un total de 332 personas no reclamadas en el sexenio. Tan sólo en 2011, 91 cuerpos –el doble de la cifra informada vía transparencia– quedaron abandonados en las planchas de su forense

Cada año nacen 65 mil niños adictos

El director de Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (CEVECE) del Estado de México, Víctor Torres Meza, informó que al año nacen al menos 65 mil niños con alguna adicción.

Refirió que 25% del total de los menores que nacen en la entidad presentan enganchamiento a algún tipo de sustancia, desde tabaco hasta drogas químicas.

El estado reporta “300 mil embarazos por año, entonces, son entre 60 y 65 mil recién nacidos anualmente, aproximadamente”, los que presentan esta problemática.

Explicó que además de este padecimiento, el consumo de tabaco y alcohol en mujeres embarazadas provoca partos prematuros, así como bajo peso al nacer. Esta situación se presenta en 25% de niños atendidos en las unidades de cuidados neonatales.

Aseguró que todos los bebés de madres que beben alcohol, fuman o consumen sustancias químicas, como drogas y estupefacientes, presentan adicciones en algún grado. Informó que si se consumen estas sustancias en el primer trimestre del embarazo es probable que los niños nazcan también con malformaciones congénitas.

Las adolescentes menores de edad corren mayor riesgo de partos complicados y si además tienen un proceso de adicción al alcohol, el recién nacido tendrá padecimientos respiratorios, de anemia, además de alcoholismo.

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