lunes, 21 de mayo de 2012

UN MISTERIO LLAMADO EMILIO







Guarda el Gobierno federal un misterioso silencio en detención de Cázarez SalazarRedacción  
El narcotraficante sinaloense, Víctor Emilio Cázarez Salazar, fue detenido en la ciudad de Guadalajara el 8 de abril pasado y la policía mexicana —hasta el cierre de la edición el viernes por la noche— lo tiene en custodia.



La noticia la dio a conocer el diario angelino Los Angeles Times en su edición digital el viernes por la tarde.

La nota explica que el capo sinaloense fue detenido por policías federales mexicanos, con ayuda de las agencias estadounidenses el Sábado de Gloria, en un control de vigilancia carretero cerca de la ciudad de Guadalajara.

Las fuentes del diario angelino, casi todas de las agencias policiacas norteamericanas, informaron que esto ocurrió a pesar de que Víctor Emilio Cázarez había cambiado de apariencia a través de cirugías plásticas en el rostro y que lucía mucho más joven.

Boletinado y buscado por las autoridades norteamericanas desde hace por lo menos cinco años, Cázarez, de 51 años de edad (nació el 8 de agosto de 1961), mantenía en México un bajo perfil.

Por razones que nadie explica, las autoridades mexicanas han decidido, hasta el cierre de esta edición, el sábado por la tarde, no hacer pública la detención del narcotraficante sinaloense.

Para su identificación, explica la nota del AT, fue necesaria la participación de las autoridades estadounidenses aportando huellas dactilares, pues Cázarez ya estuvo preso en Estados Unidos en dos ocasiones.



En ese país, se le siguen dos procesos por tráfico de drogas, uno de ellos en California.

Cázarez, en una fotografía tomada en el lugar de la detención y que no ha sido dada a conocer, luce más joven.

“Si alguien me hubiera preguntado quién es, yo habría dicho, ‘no sé’”, dijo un oficial a los reporteros.

Primero fue el rumor
La noticia empezó a correr en la Semana de Pascua. “Detuvieron a Víctor Emilio en Puerto Vallarta”. 



No hay muchos sinaloenses que se llamen así y que se dediquen al narcotráfico. Por lo menos no hay muchos que sean conocidos.

Luego aparecieron comentaros en las redes sociales. Preguntas. “¿Es cierto que detuvieron al señor Víctor Emilio?, digan plebes, pasen el mitote”.

Y los rumores de voz en voz: “Dicen que lo tienen los gringos”. “Que lo van a presentar, pero todavía no”. “Dicen que está negociando”. “Es que Calderón quiere aprovecharlo electoralmente, por eso se están esperando”. “Pero ya es mucho tiempo”.

Lo cierto es que Víctor Emilio Cázarez, hermano de Margarita Cázarez Salazar, la Chiquis para los culichis y la Emperatriz para los gringos, fue detenido en Guadalajara el Sábado de Gloria en una operación realizada por elementos especiales de la Policía Federal y de la Drug Enforcement Administration, DEA.

Desde entonces la policía mexicana lo tiene en sus manos, pero no ha querido presentarlo por alguna razón. Fuentes norteamericanas, como lo publica el diario Los Ángeles Times en su edición impresa del sábado pasado, confirmaron el hecho, aunque nadie quiso atribuirse la fuente de información.

La DEA y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos tienen en sus manos dos procesos en contra del detenido, uno de ellos en una corte federal de San Diego, California, por el delito de narcotráfico y otros derivados de la misma actividad.

También fue incluido por el entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, en junio de 2007, en la lista Kingpin, hecho que prohíbe a todo ciudadano o compañía estadounidense hacer negocios que él o sus empresas.

Cázarez Salazar es considerado uno de los miembros más destacados del cártel de Sinaloa, solo debajo de Joaquín el Chapo Guzmán e Ismael el Mayo Zambada, y en los últimos años se ha dedicado a establecer negocios en distintas partes del país.

Su historial
Víctor Emilio Cázarez no era conocido públicamente en Sinaloa hasta el 1 de marzo de 2007, cuando las autoridades norteamericanas anunciaron el desmantelamiento de una red de narcotráfico que operaba, dijeron, en varios estados de la Unión Americana.

De la noche a la mañana, el nombre de Víctor Emilio Cázarez Salazar le dio la vuelta al mundo. La Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) lo anunciaron como el líder de lo que llamaron “la organización de los Cázarez”.

De pronto las autoridades estadounidenses dieron nombre a un nuevo cártel de la droga, para ellos desmantelado. Más acá, del lado mexicano, la PGR hizo precisiones: es de Sinaloa, dijo, de Mocorito, donde tiene su radio de influencia.

Lo cierto es que los Cázarez Salazar nacieron y crecieron en el Guayabito, un pueblo al norte de la Majada de Abajo, a 15 kilómetros de la carretera Internacional, camino a la cabecera municipal de Mocorito.

“Emperador imperial”
Desde que se hizo pública su existencia en el mundo criminal, la PGR advirtió que Víctor Emilio trabaja en coordinación con la organización de Joaquín el Chapo Guzmán, y que encubría sus actividades con inversiones en el sector agrícola.

Pero esto no sirvió para que ninguna de sus empresas en Sinaloa y en México fuera asegurada. Por el contrario, años después se sabría que, a pesar de estar boletinado en los Estados Unidos y ser “buscado” por las autoridades mexicanas, el capo recibía apoyos del Gobierno federal para sus actividades agrícolas.

Según documentos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en 2005 Víctor Emilio fue beneficiario del Programa de Estímulos a la Productividad Ganadera (Progan) en Sinaloa por un monto de 120 mil pesos, al ubicarlo como productor pecuario en el municipio de Badiraguato.

De acuerdo con el reporte de la Sagarpa, Víctor Emilio Cázarez Salazar ingresó al programa mediante la solicitud GE05005660 y obtuvo recursos para el desarrollo de “300 vientres de bovino en edad reproductiva”. El monto del apoyo fueron 120 mil pesos, los cuales le fueron entregados mediante cheque el primero de agosto de 2005.

Cuando la DEA y el FBI anunciaron la llamada Operación Emperador Imperial, dijeron haber desmantelado una red de narcotráfico con ramificaciones en actividades relacionadas con el ámbito financiero en menor escala, mismas que atienden algunos de sus familiares.

La investigación, se dijo entonces, duró 20 meses y se realizó en varios estados de la Unión Americana.

Esa vez la Fiscalía General anunció la detención de 402 hombres y mujeres que pertenecían a esa organización y que realizaban tareas de introducción de estupefacientes, mercadeo, lavado de dinero, soborno de agentes policiacos, preparación de infraestructura, etcétera.

Según el Gobierno norteamericano, la banda desmantelada habría lavado unos 45 millones de dólares y distribuido casi 20 toneladas de drogas en todo el país.

Según lo informado, en la operación se habrían decomisado más de 45 millones de dólares, así como grandes cantidades de mariguana, cocaína, metanfetaminas y heroína, además de 6 millones de dólares en propiedades de la organización, a la cual se le aseguraron también alrededor de 100 armas de fuego y 64 vehículos.

El poder de Cázarez, según el Gobierno norteamericano, era imponente. La Fiscalía informó que en tan solo dos años, el cártel del Licenciado, o la Organización Cázarez, se apoderó del mercado de la droga en Estados Unidos porque distribuía por igual cocaína, mariguana, drogas sintéticas (ice), heroína y metanfetaminas. Esta banda, dijo, distribuye cargamentos de estupefacientes en la mitad del territorio estadounidense.

Pero todo quedó en saliva y en golpes mediáticos, pues se sabría después que nadie importante de los detenidos había quedado en las cárceles y que cientos habían recuperado su libertad al poco tiempo… lo cual ya no fue informado por la policía estadounidense.

Golpe tras golpe
No ha sido terso el paso de los Cázarez por el mundo del narcotráfico. A pesar del poder que detentan y el dinero que amasan. Entre las detenciones, asesinatos, guerras, aseguramientos y una vida a salto de mata, puede decirse que al final su saldo es trágico.

La caída de la familia empezó el 1 de marzo de 2007 cuando la DEA y el FBI anunciaron la Operación Emperador Imperial. Luego vendrían, a finales del mismo año, las acciones del Tesoro y la DEA contra Blanca Margarita Cázarez, la Chiquis, incluida en la lista Kingpin, ella y buena parte de sus familiares.

Eso fue en diciembre de 2007 y fueron congeladas 19 empresas y a 23 personas, incluida Blanca Margarita.

El 5 de marzo de 2008, en otro eslabón de la cadena de reveses, fue aprehendido su esposo, Arturo Meza Gaspar, en la Ciudad de México. Estaba considerado por el Gobierno de los Estados Unidos como uno de los principales operadores para el lavado de dinero de la organización de Ismael el Mayo Zambada.

Arturo Meza Gaspar, esposo de la Emperatriz, y sus tres hijos mayores: Arturo, Gipsy y Lizbeth Meza Cázarez, fueron identificados por el Departamento del Tesoro Norteamericano como propietarios de decenas de “empresas pantalla” y sus activos en México.

Días después, el 26 de marzo, en seguimiento de la detención de Arturo Meza, fueron detenidos cuatro cómplices más de la banda de la Chiquis, también en la Ciudad de México.

Esa vez, la Policía Federal informó que los trabajos de inteligencia de gabinete y campo permitieron la aprehensión de María Tiburcia Cázarez Pérez, Irma María Cázarez Pérez, Efraín Cázarez Pérez y Nayeli Zazueta Cázarez.

Todos ellos habían sido incluidos en la lista de operadores financieros a las órdenes de Blanca Margarita Salazar, bautizada por los gringos como la Emperatriz.

Seis semanas más tarde llegó el asesinato del hijo de la Chiquis, Arturo Meza Cázarez, el 8 de mayo, en un atentado donde también murió Edgar Guzmán López, hijo de Joaquín el Chapo Guzmán.

Todavía no se reponía del asesinato de Arturo Meza cuando el clan de los Cázarez Salazar sufrió una nueva pérdida.

La noche del martes 7 de octubre, Jorge Abel Cázarez Salazar fue alcanzado por las balas mientras se disponía a disfrutar de una careada de volibol en una improvisada cancha ubicada en la colonia Díaz Ordaz.

Era el sexto de los nueve hijos de doña María de los Ángeles Salazar y don Benito Cázarez Uriarte (finado) y no fue incluido en la red de narcotráfico y lavado de dinero que hicieron pública primero el Gobierno de los Estados Unidos y luego la PGR.

El misterio de Víctor Emilio
La detención de Víctor Emilio Cázarez estuvo desde el principio rodeada de misterio. La policía mexicana no lo presentó como lo hace normalmente con otros líderes del narcotráfico.

Cuando los agentes de la DEA fueron cuestionados por Los Angeles Times para saber porqué razón no lo habrían hecho, la respuesta es que los mexicanos argumentan que no lo pueden hacer por la veda electoral.

Pero eso es falso, porque las distintas dependencias del Gobierno federal han estado boletinando cada uno de los golpes dados a la delincuencia organizada.

Esta vez, sin embargo, han guardado hasta ahora un misterioso silencio.

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