Nueva York .- La subsidiaria en México de
Wal-Mart pagó sobornos hasta por 24 millones de dólares para ganar el dominio en
el mercado mexicano, reveló hoy el diario estadunidense The New York
Times.
La investigación del rotativo identificó a Eduardo Castro-Wright,
entonces director de la empresa en México, como “fuerza motora detrás de los
años de soborno”, aunque apuntó que hubo cohechos ocasionales antes de su
llegada a la compañía en 2002.
La denuncia fue presentada por Sergio
Cicero Zapata, ex abogado de bienes raíces de Wal-Mart, quien indicó que la
firma usó los sobornos para facilitar “cambios de zonas en los mapas, hicieron
desvanecer objeciones ambientalistas, permisos que típicamente toman meses para
su proceso, mágicamente se materializaron en días”.
Cicero denunció que
las prácticas de cohecho estimuladas por Castro-Wright eran parte de una
estrategia expansiva de negocios, para construir cientos de nuevas tiendas tan
rápido que sus competidores no tuvieran tiempo de reaccionar.
“El ex
ejecutivo dio nombres, fechas y montos de los sobornos, él sabía mucho, explicó
que por años fue el abogado a cargo de obtener los permisos de construcción para
Wal-Mart de México”, indicó el rotativo.
El diario no dio nombres de
funcionarios mexicanos sobornados y sólo se refirió a alcaldes, concejales,
“obscuros” planificadores urbanos o burócratas de bajo nivel que expedían
permisos de construcción, pero identificó a ejecutivos de la gigante del ramo de
supermercados.
La publicación mencionó que la compañía, con sede en
Bentonville, Arkansas, inició una investigación interna luego que Cicero Zapata
informara en septiembre de 2005 sobre la campaña de cohechos para obtener
permisos en “virtualmente cada rincón del país”.
El diario indicó que un
investigador nombrado por Wal-Mart, exagente de la Oficina Federal de
investigaciones (FBI), reportó “sospechas razonables” para creer que hubo
violaciones tanto a las leyes mexicanas como a las estadunidenses.
La
indagación del diario encontró que los directivos de Wal-Mart en Estados Unidos
cerraron el caso, sin notificar ni a las autoridades estadunidenses ni a las
mexicanas, y en cambio, Castro-Wright fue promovido a vicepresidente de Wal-Mart
en 2008.
El diario señaló que el entonces director ejecutivo, Lee Scott,
calificó la investigación interna como demasiado “agresiva”, y agregó que cuando
se decidió el traslado de Castro-Wright, en la empresa citaron sus
“’extraordinarios resultados’ en México”.
El rotativo indicó que
entrevistas y documentos muestran que los ejecutivos de la empresa sabían que la
corrupción afectaría el precio de sus acciones si se daban a conocer, en parte
al afectar la imagen de éxito de Wal-Mart México.
El diario neoyorquino
indicó que luego de saber de la investigación periodística, Wal-Mart informó al
Departamento de Justicia sobre su investigación interna por posibles violaciones
a la ley contra el soborno, pero trató de minimizar el hecho.
Según el
NYT, Wal-Mart sostuvo que los sobornos para obtener permisos de construcción se
limitaron a casos “discretos” y que la Comisión de Valores estadunidense (SEC)
no pensaba que el asunto tuviera un efecto adverso en la empresa.
El
diario añadió que ni Scott, miembro ahora del directorio ejecutivo de la
empresa, ni Castro-Wright, quien se retirará en julio, quisieron hacer
declaraciones.
El NYT indicó que su investigación incluye 15 horas de
entrevistas con Cicero Zapata, quien renunció a Wal-Mart en 2004 después de
trabajar por casi una década en el departamento de bienes raíces de la compañía
en México.
Subrayó que Cicero Zapata reconoció haber intervenido en la
organización de pagos, y describió cómo despachó a dos licenciados externos para
entregar “sobres con dinero en efectivo a autoridades
gubernamentales”.
El Times indica que una nueva investigación
confidencial fue realizada en 2003 en México por una firma independiente que
mostró que Wal-Mart “sistemáticamente” incrementó sus ventas ayudando a grandes
compradores a evadir impuestos”.
El reporte concluyó que “los altos
ejecutivos de Wal-Mart de México fallaron en aplicar sus propias políticas
anticorrupción, ignoraron auditorías internas que mostraron alertas y aun de
ignoraron historia de la prensa local señalando que la empresa llevaba a cabo
“fraude de impuestos”.
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