
Roberto A. Partida Sandoval
Estados Unidos se ha convertido en la guarida perfecta para
aquellos músicos y cantantes gruperos que han decidido ponerse al servicio de
los narcotraficantes en México, a quienes les cantan en fiestas privadas,
componen canciones por encargo especial, y los ensalzan por medio de esas
crónicas llamadas narco-corridos, en las que usualmente conmemoran a
delincuentes, enfatizan eventos relacionados con el narcotráfico en los que
triunfan frente al gobierno, y relatan vivencias típicas de personajes ocultos
en la sierra.
Al pactar con los narcotraficantes, los músicos delimitan su área
de trabajo acorde a la protección que los cárteles les ofrecen de intercambio, y
cuando se sienten amenazados por otros grupos de delincuentes organizados
contrarios a los que les cantan, huyen a la Unión Americana, donde sin censura
les son programados sus narco-corridos en la radio, producto de alabanza del
marcado latino, e importante contenido para la producción de las cadenas
televisivas; pese a que en México, a través la Cámara Nacional de la Industria
de Radio y Televisión (CIRT), existen acuerdos de no difundir cualquier
manifestación de la narco-cultura.
Tal como se mencionó en la edición 1925 de ZETA
(“EU, refugio de cantantes de narco-corridos”), además de los acuerdos de CIRT,
es importante hacer hincapié que actualmente en México existen iniciativas de
Ley para castigar a quienes provoquen públicamente a cometer un delito, o hagan
la apología de éste o de algún vicio, por lo que se pretende castigar a quienes
escriban, musicalicen, graben o transmitan narco-corridos.
De manera que
artistas como Roberto Tapia, Larry Hernández, El Komander, Los Buitres de
Sinaloa, Régulo Caro, Erik Estrada, Gerardo Ortiz, Los Tucanes de Tijuana y Los
Tigres del Norte, entre otros, quienes componen, arreglan, producen, interpretan
y distribuyen este tipo de música podrían ser legalmente acusados por apología
del delito, si no es que antes corren la suerte de Valentín Elizalde, Zayda
Peña, Sergio Gómez, Diego Rivas, Sergio Vega “El Shaka” o “El Halcón de la
Sierra”, asesinados por órdenes de los narcos.
SEA WORLD Y LA APOLOGÍA AL DELITO VENDEN ESPECTÁCULOS SIN CENSURA, PESE AL
VETO DE LOS MISMOS ARTISTAS EN OTRAS CIUDADES
Parte del elenco de la serie de conciertos Viva la Música
que ofrecerá el parque acuático y acuario Sea World de San Diego,
California, refleja la permisividad con que se realiza la promoción de la
narco-cultura sin censura en medios de comunicación y en tono altisonante en el
dominio público en Estados Unidos.
Es por ello que artistas como Roberto Tapia y
Los Tigres del Norte encabezan el espectáculo ofertado para los latinos los
próximos 5 y 6 de mayo.
Roberto Tapia es un cantante nacido en San Diego, California, pero
criado en Culiacán, Sinaloa, caracterizado por interpretar y componer
narco-corridos modernos en los que se suele mencionar marcas de ropa
(Anvem, Armani, Ed Hardy), telefonía
(Nextel), bebidas alcohólicas (Johnnie Walker, Remy
Martin, Buchanan’s, Chivas Regal, Tecate),
perfumes (Dolce & Gabbana, Hugo Boss), vehículos (Ford
Lobo, Cheyenne, Suburban, Hummer); además de
mujeres, nombres de narcotraficantes, centros nocturnos, hoteles y
malecones.
Tapia, quien se enriquece en Estados Unidos sin restricciones
gubernamentales, ha afirmado que altera canciones a pedido de clientes, ya que
la demanda por los narco-corridos ha crecido y está dispuesto a cantar a quien
le pague; incluso defiende su trabajo con el argumento de que él sencillamente
narra hechos verídicos.
“Si quisiera ser narcotraficante pues no estuviera aquí, empecé a
cantar narco-corridos por todo lo que se veía en Culiacán. Empecé a hacerlo sin
imaginarme del negocio que es hoy en el día”, apuntó en entrevista con
Asociación de Prensa (AP) el artista exclusivo de Universal
Music, quien canta temas como “Corrido de la Barbie”, “Corrido del Eddy”,
“Corrido del Franky”, “Corrido del Jr”, “100% Peligrosos”, “El Cumpleaños del
Mochomo”, “El Hijo del Mayo”, “El Hijo del Chapo”, “El MZ”, “El Señor Guzmán”,
“El Pistolero”, “El Niño Vicente Zambada”, entre otros.
Por otro lado, Los Tigres del Norte quienes se han manifestado en
contra de la censura, calificaron al “Movimiento Alterado” (parte de esa
generación de narco-corridos modernos) como “pasados de la raya”, y defienden
sus corridos por ser “tradicionales”, “historias que los periódicos publican”,
aludiendo a que el problema del narcotráfico no se resuelve con la restricción
de esas crónicas con las que la juventud se identifica.
Sin embargo, tradicionales o modernos, la historia de Los Tigres
del Norte y sus corridos ha tenido como consecuencia la censura en la radio
mexicana, y recientemente el veto por el gobierno de Chihuahua, luego de la
presentación del conjunto norteño en la capital de ese estado, al no acatar los
“Jefes de Jefes” la cláusula del permiso otorgado, donde se estipuló que no
podían cantar ningún tema que hiciera referencia a cualquier apología criminal o
hechos violentos.
Indomables, Los Tigres del Norte interpretaron “La Reina del Sur”
durante una feria ganadera el pasado 10 de marzo, canción considerada como una
apología del delito, y por ende, viola las cláusulas del permiso que se les
otorgó para poder presentarse en la ciudad.
Los organizadores fueron multados económicamente, mientras que a
Los Tigres del Norte no se le volverá a otorgar permiso para actuar en aquella
entidad federativa, ya que desde 2011 está prohibida la ejecución pública de
narco-corridos, incluyendo la promoción y contratación de artistas que los
interpreten.
La banda compuesta por la familia Hernández se mostró sorprendida
por la decisión, aunque dice respetar y apoyar el cumplimiento estricto de la
Ley, pero goza del refugio que permiten las normas en Estados Unidos, donde ya
preparan una gira que los traerá al marco de la serie de conciertos en Sea
World (6 de mayo), en la misma lista de artistas en la que se incluye a
otros artistas como Chino y Nacho, Mariachi Vargas de Tecalitlán, Tito el
Bambino y Espinoza Paz.
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