Reportes del gobierno estadounidense señalan que
integrantes del cártel de Sinaloa solicitaron, en 2009, a
contrabandistas de armas un misil antiaéreo, diversas armas antitanque,
lanzagranadas, granadas y ametralladoras; los traficantes fueron
detenidos
(VANGUARDIA/ El Universal /martes,
06
de
agosto
del
2013)
México, DF. Los compradores de armas en
Estados Unidos al servicio de los cárteles de la droga lograron adquirir
lotes de hasta 400 piezas de alto calibre y enviarlas a México antes de
ser descubiertos, lo que alude a la capacidad de estos traficantes para
dotar de poder de fuego a las organizaciones, revela un reporte del
Departamento de Justicia que documenta 25 casos relevantes entre 2007 y
2012 sobre células que operaron el trasiego de armamento a territorio
mexicano.
Los cárteles de Sinaloa, Los Zetas y La Familia
Michoacana lograron tejer redes dedicadas a la adquisición a granel o al
menudeo, lo mismo de rifles de asalto A-47, conocidos como “cuernos de
chivo” o de tipo AR-15, que armas de calibre 50, capaces de penetrar
blindaje; así como equipos tácticos militares (como lentes de visión
nocturna), granadas y municiones.
En tres de estos casos agentes
encubiertos de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y
Explosivos (ATF), que se hicieron pasar como integrantes de cárteles,
lograron detectar a los compradores e impidieron, por ejemplo, el paso a
México de un misil antiaéreo y armas antitanques para Joaquín El Chapo
Guzmán. También se descubrió la participación de un ex militar
estadounidense que pretendía vender pertrechos de la milicia, o grupos
de hasta más de 30 sujetos dedicados a comprar el arsenal en pequeñas
cantidades para impedir su detección.
Las operaciones fueron descubiertas en los estados de Texas, Arizona, California, Florida y Nuevo México.
Entre
los casos que destacan está el de los mexicanos David Díaz Sosa y Jorge
de Jesús Castañeda, detenidos a partir de una operación encubierta de
la ATF, cuando en 2009 comenzaron a negociar con los agentes
estadounidenses la compra de armas para el cártel de Sinaloa.
El
pedido incluía un misil antiaéreo Stinger, diversas armas antitanque,
lanzagranadas, granadas, y ametralladoras; como parte de la transacción
se acordó que además del pago en efectivo, el lote se costearía con
remesas de metanfetaminas que entregaría el cártel de El Chapo para
cubrir el monto —aunque éste no se reveló—. La entrega se pactó el 17 de
febrero de 2010, fecha en que los traficantes fueron detenidos en
flagrancia.
Díaz Sosa fue condenado en agosto de 2012 en el
Distrito de Arizona a 25 años de prisión después de declararse culpable
“por diversas violaciones relacionadas con sus esfuerzos para adquirir
armamento de grado militar de Estados Unidos para la exportación a
México” para ser utilizado por la organización que lidera El Chapo
Guzmán.
El mexicano aceptó su culpabilidad en el cargo de
conspiración “para adquirir y exportar un misil antiaéreo, para poseer
ametralladoras y pistolas de transferencia para su uso en un delito de
tráfico de drogas”; mientras que el presunto cómplice De Jesús Castañeda
fue sentenciado a 12 años de prisión.
En otro caso, los
estadounidenses Christopher Sean Steward y Jacob Anthony Montelongo
fueron sentenciados a nueve años de cárcel en Arizona, ya que el
gobierno de Estados Unidos los considera “dos de los testaferros más
prolíficos en el tráfico de armas en Phoenix”; sólo durante un periodo
de seis meses (entre diciembre de 2009 hasta junio de 2010), pagaron más
de 176 mil dólares en efectivo para la compra de 289 armas de fuego,
incluyendo 260 rifles de asalto AK-47, 20 pistolas y otras “armas de
elección” de los cárteles de la droga mexicanos.
También aparece
en el documento el caso del ex sargento del ejército de Estados Unidos,
Manuel Zamora Mendoza, quien fue detenido el 3 de julio de 2010, cuando
intentaba entrar a México desde Laredo, Texas, en posesión de siete
fusiles, dos pistolas, seis visores y 6 mil 729 cartuchos de municiones y
un par de gafas de visión nocturna ocultos en su vehículo.
Los
Zetas también tenían a sus proveedores, un par de ellos fueron
identificados en Texas como Marino Castro Jr. y Edward Levar Davis,
quienes desde San Antonio dotaban de arsenal al cártel, a través de
pequeños compradores, aunque no existe un estimado de cuántas armas
entregaron a la organización, tan sólo entre mayo y agosto de 2010 las
autoridades interceptaron a esta célula más de 200 armas de fuego,
incluyendo pistolas, rifles de asalto AK-47 y AR15, así como rifles para
francotirador Barrett calibre .50
Otra célula de siete
traficantes detectada en una tienda de Madera, California, logró enviar a
México —entre 2006 y junio de 2009—, un total de 400 rifles para dotar a
los cárteles del narcotráfico mexicanos, bajo el presunto liderazgo de
un sujeto identificado como Gregorio Salgado López; mientras que se
descubrió que la tienda Uniformes de Texas vendió entre septiembre de
2009 y diciembre de 2011, un total de 800 chalecos antibalas, a grupos
del crimen organizado.
En Fort Worth, La Familia también tenía una
célula de siete sujetos dedicados a compra de armas, para enviarlas a
México, hasta que fueron descubiertos en 2009.
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