Un rasgo de mesura —que debiera ser la regla entre los políticos de todos los partidos— provino finalmente de Alejandro Higuera Osuna, candidato de la coalición Unidos Ganas Tú a la diputación del distrito 19, al intervenir para impedir que su hija María Antonieta figurara en la lista de pretensos a regidurías en Mazatlán. La avidez de poder en los mismos que durante décadas han saltado de uno a otro cargo público le está cancelando todas las oportunidades a la nueva generación de liderazgos que, al margen de influyentismos y heredades, debe calarse en la conducción de un Sinaloa tan enmohecido como oxidadas están sus autoridades y representantes fallidos.
Se ha documentado que la propuesta de partidos a los puestos que se
disputan en la elección local es una vergonzante oferta nepotista.
Ausente la idoneidad en los personajes postulados, el parentesco se
convirtió en el requisito principal como si estuviéramos ante el reparto
de un legado entre linajes extraordinariamente eficientes. Al final de
cuentas, los electores determinarán el 7 de julio a qué estirpe le
permite eternizarse en la función pública.
Casos hay en todas las siglas partidistas y municipios. Desde el
senador Daniel Amador Gaxiola, cuyo cacicazgo busca la continuidad con
su hijo Tomás Roberto Amador Carrasco, candidato a regidor de Culiacán,
hasta el alcalde de Culiacán, Aarón Rivas Loaiza, que colocó a su
vástago, Aarón Rivas Gámez, como suplente de Javier López Soto, también
aspirante a regidor. Por los rumbos de Navolato el alcalde Evelio Plata
le fue leal a la frase de “la familia es primero” al posicionar a su
hija, Blanca Cristina Plata Madrigal, en la lista de pretensos a
regidurías.
Sin recato alguno, los políticos han ido al colmo del favoritismo.
¿Cómo interpretar que Aidé Corrales, hermana de Francisca Corrales, ex
alcaldesa de Cosalá, aparezca en la lid electoral sin más respaldo que
el apellido? ¿O que un desconocido de nombre Hibeyji Humberto Marentes
Siu, primo de Edgardo Burgos Marentes, dirigente estatal del Partido
Acción Nacional, logre la postulación a regidor? ¿Cuál es el mérito de
Óscar Edmundo Peña Pinto, que encabeza la lista panista de candidatos a
regidores pluris en Ahome, aparte de ser hijo del presidente del PAN en
aquel municipio, Óscar Peña Xóchihua, y sobrino del alcalde Zenén
Xóchihua Enciso? ¿Es concebible que el alcalde de El Fuerte, Eleazar
Rubio Ayala, imponga a su esposa, Vianey Meléndrez, como candidata a
diputada de la coalición PAN-PRD-PT por el distrito 2?
El inventario del privilegio es largo y absurdo. La justa
constitucional ha sido reducida a un torneo entre favorecidos. Los hijos
de papi, los primos, las esposas, las madres y los sobrinos han
decidido prolongar una casta de ineficiencia y parasitarismo, con
sobradas experiencias en carne propia de que vivir fuera del presupuesto
equivale a resignarse a la precariedad, como la padecen miles de
jóvenes que a pesar de contar con aptitudes e ideas vanguardistas son
predestinados a la mediocridad si no es que al fracaso.
Las organizaciones políticas, cada día menos confiables, cayeron esta
vez al fondo del barranco del cinismo. Explayadas en el descaro de
desplazar a cuadros frescos y de propuestas de nuevo aliento, la única
motivación que tendrían es la certeza de que en Sinaloa es posible
lanzar a un caballo o tal vez a un cerdo y seguramente los votantes
irreflexivos lo elegirían alcalde, diputado o regidor.
A ese punto
hemos llegado: los dirigentes de partidos y la elite en el poder sacaron
a sus cachorros del corral porque las masas, comicialmente
disparatados, aclaman a la ralea de corruptos, traidores y vividores del
erario.
Por lo pronto no hay remedio. El secuestro de las instituciones
públicas por la misma casta perpetua de la política no permitirá que las
siglas partidistas ni los órganos legislativos le marquen un alto a la
costumbre de transmitirse el poder entre generaciones familiares, por
siempre y porque sí. Así ha sido y así será el primer domingo de julio.
Al despertar el día 8, las crías de los viejos dinosaurios estarán ahí.
Alejandro Higuera optó al final de cuentas por intervenir ante los
órganos internos del PAN para que su hija quedara fuera de la lista de
aspirantes a regidurías.
Como padre, la decisión debió calarle hondo;
como político aportó la dosis de ética que le hace falta a quienes ven
la función pública como un botín transferible a la progenie, nunca como
la posibilidad de poner las convicciones por encima de las codicias de
mafias o parentelas.
Re-verso
Deciden, cual viejos zorros,
gobernar una nueva era,
al abrir para sus cachorros,
otra enorme madriguera.
Lluvia de miedo
La señal venida del cielo confirma que las instituciones encargadas
de investigar a la delincuencia organizada carecen de la más elemental
estrategia de inteligencia y que, como en el viejo oeste, tiran volantes
desde helicópteros como una especie de “se busca” que intenta que la
ciudadanía haga el trabajo de las autoridades.
Y de paso baña de miedo a
la gente al azuzar a un bando delictivo como si estuviera Sinaloa para
calentar más el terreno. ¿Es esta la brillante nueva táctica del
gobierno de Enrique Peña Nieto contra el crimen en México?
Maximato intacto
Se va Víctor Corrales Bargueño y llega Juan Eulogio Guerra Liera…
pero se queda Héctor Melesio Cuen Ojeda frente al mando de la
Universidad Autónoma de Sinaloa.
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