La federación descobija a Baja California
ZETA
Investigaciones
Los ocho cabecillas
criminales que controlan la violencia y el narcotráfico que ha generado más de
135 asesinatos en el estado en 2013, delinquen con total libertad, las
procuradurías han recibido declaraciones en su contra pero no han obtenido
ninguna orden de aprehensión. Mientras el gobierno federal se niega a combatir
los delitos de alto impacto y el crimen organizado, y las autoridades locales
reculan ante la falta de apoyo, el narcotraficante Ismael “El Mayo” intenta
tomar el control
En Baja California
existen ocho miembros del cártel de Sinaloa que controlan el crimen organizado,
pero ninguna Procuraduría los persigue. Ni en la General de la República ni en
la General del Estado, hay consignaciones a nombre de los –por ahora– presuntos
criminales.
La federación
encabezada por el Presidente Enrique Peña Nieto y el Procurador Jesús Murillo
Karam en materia de seguridad, evaden y abandonan el tema del combate a los
delitos de alto impacto, mientras las fuerzas del orden locales temen actuar
sin apoyo de la federación en medio de una coordinación fingida.
Descoordinación que
sirve en bandeja de plata el estado de Baja California a los criminales, a
grado que se suscita un cónclave delictivo donde Ismael “El Mayo” Zambada
pretende tomar las riendas y decidir el destino de la actividad ilícita en la
entidad.
El reporte
fidedigno, corroborado por las áreas de inteligencia de las corporaciones
integradas al Consejo de Seguridad del estado norteño, indica que durante el
primer trimestre del año 2013, la única noticia de intento por controlar a los
delincuentes la dio otro criminal desde Sinaloa.
Su jefe y proveedor
de droga, Ismael “El Mayo” Zambada, quien en mancuerna criminal con Joaquín “El
Chapo” Guzmán, controlan el cártel de Sinaloa, mandó a llamar a los cabecillas
de células de narcotraficantes que operan en territorio bajacaliforniano, los
citó en el estado vecino. Aunque no todos tienen el mismo nivel dentro del
organigrama delictivo, acudieron los ocho:
De Tijuana y Tecate,
Alfonso Arzate García “El Aquiles”, René Arzate García “La Rana” y un tercer
hombre que sería hermano de éstos, recientemente identificado por la autoridad.
También José Antonio Soto Gastélum “El Tigre” y Francisco Javier Mendoza
Uriarte “El Chapito”
Como encargados
delictivos de Mexicali citaron a Luis Fernando Castro Villa y/o Cenobio Flores
Pacho “El Checo”, y a Gustavo Inzunza Inzunza “El Macho Prieto”; y de Ensenada
y Rosarito, a “El Primo” y/o “El Pariente” que conforme a datos oficiales es un
hombre emparentado con Héctor Eduardo Guajardo Hernández “El Güicho”.
La razón de la
reunión fueron los múltiples conflictos internos traducidos en homicidios entre
grupos de la misma célula, que están despertando el interés y los operativos de
las policías locales que están resultando en capturas y decomisos. En el argot
criminal, “están calentando la plaza”.
LAS EJECUCIONES ENTRE “NARCOMENUDISTAS”
Del 1 de enero al 3
de abril de 2013 se cometieron 135 asesinatos, la mayoría relacionados con
pleitos de narcomenudeo. Cifra que es mayor al registro de homicidios en el
primer trimestre de 2012.
En ese contexto,
presumen las autoridades, se originó el cónclave criminal donde Ismael Zambada
les habría ordenado acabar con los homicidios, instrucción que evidentemente no
ha sido atendida porque las ejecuciones continúan. Tan solo entre del 21 de
marzo al 3 de abril se sumaron otros 20 asesinatos ocurridos entre Tijuana y
Rosarito, con todo y balaceras, cuerpos encobijados, torturados, incinerados y
semienterrados, los últimos cinco cadáveres fueron localizados en Tijuana los
primeros tres días del presente mes.
Tres han sido las
razones identificadas por las fuerzas del orden bajacalifornianas para este
enfrentamiento:
1.- La droga que
está llegando a Baja California no solo procede del cártel de Sinaloa, están
comprando directamente droga a cárteles en América del sur y hay un grupo de Guadalajara que también los está
proveyendo.
2.- Los matones
enfrentados son segundos a bordo, “El Atlante” y Luis Mendoza Uriarte “El Güero
Chompas” –en el caso de este último también salió de Baja California dejando a
cargo a su cuñado–, estos hombres con sus grupos de sicarios se han empoderado,
no fueron requeridos en la reunión y no están respondiendo a las instrucciones
de sus superiores criminales, porque actualmente no existe en la entidad nadie
por encima de ellos.
3.- Ninguno de “Los
Ocho de Sinaloa” están en territorio de Baja California. Controlan el trasiego
y la venta local a través de terceros, básicamente a través de sus hermanos
desconocidos ante la opinión pública como los Arzate y “El Macho Prieto” y “El Chapito” Uriarte, o
sus primos como los familiares de Guajardo Hernández “El Güicho”.
La mayoría salió del
estado cuando su imagen y nombres se hicieron públicos, sin embargo ninguno
tenía o tiene orden de aprehensión. Corresponde en ese escenario, a la
autoridad federal a partir de la Procuraduría General de la República, la
investigación, persecución y detención de los criminales que aun allende las
fronteras de Baja California, delinquen en esta región de México.
De hecho solo se han
realizado operativos para capturar a dos de ellos.
A Cenobio Flores
Pacho y José Antonio Soto Gastélum, quienes apoyados en la corrupción y
colusión de algunos miembros del ejército y la policía ministerial, municipal y
estatal cachanilla, habían convertido a Mexicali en su zona de confort. “El
Checo” con casa de seguridad en el fraccionamiento Vista Hermosa y “El Tigre”
con casa de seguridad en el fraccionamiento San Pedro. Compartiendo vecindad,
el primero con familias viejas adineradas y el segundo con los descendientes
jóvenes de estas estirpes.
Y al final fue la
corrupción y el vivir en medio de personas poderosas lo que les facilitó la
huida. Autoridades solicitaron ingresar a las zonas conforme a protocolo, se
tramitaron los accesos, les fueron concedidos y los criminales recibieron el
“pitazo” que les permitió huir –por las bardas traseras– minutos antes que las
policías arribaran. Los policías vieron a los hijos, hablaron con las esposas,
pero de los criminales nada.
Todavía más, la
información de la Plataforma México indica que fue un engaño, la orden de
aprehensión que la Procuraduría General de Justicia del Estado encabezada por
el licenciando Rommel Moreno anunció tener –la primera semana de marzo de 2013–
en contra de Alfonso Arzate, consignada ante el juzgado 7º Penal por los
asesinatos de Gilberto Vargas González, José Rosario Carrillo Núñez y Baltasar
Meza, cometido el 1 de abril de 2011 con arma de fuego.
Oficialmente no
aparece, como tampoco existe la petición de una segunda orden de aprehensión
contra Luis Mendoza “El Güero Chompas”, identificado públicamente como el
responsable principal de los homicidios ocurrido en Tijuana durante lo que va
del 2013, quien de acuerdo a información
anticipada proporcionada extraoficialmente desde el Tribunal de Justicia, será
amparado por los juzgadores locales quienes negarán a la PGJE la apelación que presentó porque una secretaria
de acuerdos liberó a Mendoza el 3 de septiembre de 2013 por “falta de
elementos”.
“Sabemos que son
responsables que han sido mencionados en múltiples declaraciones y expedientes
en poder de las procuradurías, incluso se han dado detalles de sus organigramas
criminales. Pero en este momento podríamos tenerlos enfrente y debemos dejarlos
ir, porque no hay ninguna orden en su contra” reiteran elementos de las fuerzas
operativas.
Actualmente, “Los
ocho de Sinaloa”, se mueven en diferentes estados principalmente Sinaloa,
Sonora y Guadalajara: “Lo más cerca que llegan algunos es a San Luis Río
Colorado”.
Los traslados de
estos criminales están monitoreados, pero no existe ni confianza ni
coordinación con los gobiernos de otros estados, ni con el gobierno federal,
responsable de perseguir a estos narcotraficantes, para compartir información y
que puedan ser capturados en otras entidades federativas.
Para recuperar un
mínimo de paz y control, las autoridades locales integradas la Consejo Estatal
de Seguridad consideran claves tres capturas.
1.-José Antonio
Soto, por considerarlo el líder principal en las operaciones de trasiego y
lavado de dinero.
2.- Alfonso Arzate
“El Aquiles” por la droga que trasiega en Tijuana, así como por la cantidad de
grupos que le sirven en el mencionado municipio.
3.- Y Luis Mendoza
“El Güero Chompas”, quien recientemente solicitó un amparo a la justicia
federal para evitar ser detenido y quien sigue siendo considerado el autor
material e intelectual de la mayoría de las ejecuciones a narcomenudistas
ocurridas este año.
Este último
cabecilla de un grupo que estiman integra a por lo menos 40 miembros dispuestos
y con la instrucción de asesinar a los vendedores de droga al menudeo que les
queden a deber o permitan que las policías les decomisen los enervantes.
“Los traficantes
menores locales recibieron la advertencia, droga entregada se paga, con dinero
o con la vida”, explicó un policía, “…algunos de los detenidos nos han dicho
que les dieron la orden de defender la
mercancía a balazos, y que por eso hemos asegurado armas incluso en las
tienditas”.
EL ABANDONO DE LA FEDERACIÓN
Sin embargo, a pesar
de los delitos federales cometidos por cada uno de estos sujetos mencionados,
ni la PGR ni el gobernó federal, sea en las reuniones nacionales o por zona,
han manifestado intenciones de ejecutar, participar o por lo menos cooperar en
sus capturas.
Nada parecido a
aquel trabajo conjunto que sí se dio –por ejemplo– en septiembre de 2011 cuando
la labor de inteligencia de Baja California permitió a la Procuraduría General
de la República recapturar en Zapopan a quien fuera cabecilla del crimen
organizado local Héctor Guajardo “El Güicho”.
Pero hoy no existe
interés ni en la federación ni en los otros estados para solicitar información,
cooperación o compartir datos.
El gobierno federal
simplemente abandonó a los estados, pero solo los bajacalifornianos perdieron,
porque Baja California era la única entidad medianamente blindada, donde los
tres órdenes de gobierno estaban trabajando, compartiendo información –no toda–
y apoyándose mutuamente, por lo menos reforzando los operativos con elementos.
Resultó que a los
militares se les incrementó el sueldo y los presupuestos sólo para que ahora se
queden en los cuarteles.
En cuanto a la
estrategia federal de seguridad, a cinco meses de iniciado el gobierno, se sabe
prácticamente nada, los funcionarios estatales y municipales han recibido la
misma información que la prensa: el reporte tardío, casi obligado e
injustificado de que se retiraron varios retenes en las carreteras de todo el
país; y la presentación de un Plan
Nacional de Seguridad que solo se diferenció del previo del ex presidente
Felipe Calderón por el anunció de que se creará –no se sabe cuándo– una Gendarmería y se dividirá el país en cinco
zonas para regionalizar acciones.
Baja California está
integrada en el grupo que incluye Sinaloa, Baja california Sur, Chihuahua,
Sonora y de requerirlo, en la reuniones pueden invitar a otro estado como ha
sucedió con Durango, ya tuvieron el primer acercamiento donde no han ido más
allá de simples informes de lo que cada quien está haciendo.
La federación ha
evitado tratar cualquier tema relacionado con delincuencia organizada o
crímenes de alto impacto, no ha pedido ni trabajo, coordinación o información a
los estados, ni ha explicado cómo los va a combatir.
De hecho se ha
limitado a anunciar dos líneas de acción:
Uno. La inversión en
materia de Previsión y Participación Ciudadana, que en Baja California fue
menor a la de año pasado donde los resultados en el estado le permitieron
recibir fondos adicionales. Este 2013 serán: 58 millones de pesos para generar
programas de atención en 60 colonias de Tijuana: y 40 millones de pesos para
trabajar en 47 colonias.
Y dos. Convertir a
las policías federales en policías de cercanía, para apoyar a los estados solo
en el combate de los delitos comunes. Pero no han dejado claro de qué manera
van a participar ellos en el combate al narcotráfico y narcomenudeo, tampoco
han mostrado voluntad.
En Baja California
ya se tuvieron dos ejemplos de las deficiencias de este nuevo modelo de
“coordinación”. Primero, los militares y su armamento están siendo
utilizados para apoyar operativos de combate al robo en recicladoras y casas de
empeño en lugar de combatir los delitos de alto impacto. Y después, en el tema
del retiro de retenes reclamado por las
entidades de gobierno y grupos empresariales, simplemente han optado por
respuestas vagas y evasivas.
El Gobernador
solicitó la reinstalación de estos puestos de control desde enero de 2013, se
lo pidió al presidente Enrique Peña Nieto, al Secretario de Gobernación Miguel
Osorio Chong, al Secretario de la Defensa Salvador Cienfuegos Zepeda y le
contestación hace más de dos meses fue que lo revisarían, y titular del
ejecutivo local, Osuna Millán sigue esperando.
La semana pasada, el
Secretario Daniel de la Rosa también pidió el regreso de los controles
militares carreteros en la reunión de seguridad al General Gilberto Hernández,
y le respondieron que no era una decisión local, pero que presentaran la
petición por escrito y la enviarían a México.
Finalmente, el
gobierno de Peña Nieto no solo descobijó a la sociedad bajacaliforniana
retirando retenes, instruyendo a sus generales para que no aceptaran funcionar como
mandos únicos, a no coparticipar activamente en el combate al crimen organizado
y limitarse a los apoyos en tareas de combate a delitos del orden común.
Además de no cumplir
con su obligación de brindar apoyar a las entidades federativas y combatir la
inseguridad, también decidió iniciar una estrategia para cooptar a los estados
y les notificó que serán citados en este mes de abril a una reunión nacional
donde serán informados de la nueva estrategia de comunicación en materia de
seguridad, donde ya se adelantó la instrucción será no proporcionar
información, como si la sociedad no tuviera derechos a saber que están haciendo
sus autoridades y si los programas implementados están siendo efectivos.
(SEMANARIO ZETA/ ZETA Investigaciones/ Abril 8, 2013)
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