Álvaro Delgado/ Proceso
MÉXICO, D.F.
(apro).- El gobierno del priista Enrique Peña Nieto asegura que la violencia y
los asesinatos han disminuido en México (se apilan ya 4 mil 451 cadáveres en lo
que va del sexenio, 34 diarios), pero el solo dicho oficial y la promesa de no
mentir no implica que la información sea verdadera.
Tres elementos
fundamentan esta desconfianza: El primero es que el supuesto decremento de
17.1% en ejecuciones es con respecto a los últimos cuatro meses del sexenio de
Felipe Calderón, pero éste ordenó, desde septiembre de 2011, ocultar la
información y el gobierno de Peña no ha dicho si la tiene y, menos, la ha dado
a conocer.
El segundo elemento
de incredulidad es que la Secretaría de Gobernación, que encabeza Miguel Angel
Osorio Chong, manipula sus propias cifras, como se demostrará más adelante, y
en tercer lugar hay evidencias de una política de ocultamiento de asuntos
relevantes, como el número de desaparecidos en el sexenio y el estado que
guardan los casinos.
Por si esto no es
suficiente para generar reservas sobre la información oficial sobre la
violencia, la convocatoria de Osorio Chong a periodistas, académicos y
legisladores a participar como testigos en la evolución criminal quedó en
demagogia al día siguiente, cuando el subsecretario Eduardo Sánchez,
improvisado vocero en la materia, declaró simplemente cerrada esa opción.
En este mismo
espacio se analizó, el lunes 8, la evolución de las cifras oficiales de
asesinatos en lo que va del gobierno de Peña y cómo hasta algunos medios
–Milenio, Reforma y La Jornada– las han dado a la baja, algo que Osorio Chong
celebró para sustentar sus cuentas alegres que no lo son tanto.
Y no lo son porque,
como dice el especialista Edgardo Buscaglia, la baja en los homicidios no
significa debilidad del crimen, porque la delincuencia organizada no es sólo
homicidios, sino lavado de dinero, extorsiones masivas, trata de personas,
secuestros…
“La estadística de
homicidios ligados a grupos criminales dada a conocer por Osorio Chong es
simplemente estadística chatarra, pues además de que el sistema judicial
mexicano no procesa ni esclarece la mayoría de los homicidios, muchos cuerpos
que aparecen baleados pueden estar o no ligados a grupos criminales, pero nunca
se conoce la evidencia al respecto como para poder contabilizar homicidios
mafiosos o no mafiosos.”
El consultor de la
ONU declaró al diario El Financiero: “Ya tuvimos 12 años de disparates
mediáticos y de cortinas de humo, y si el PRI se quiere diferenciar de su
historia de décadas, tiene que comenzar a hablar con un poco de verdad”.
Y sí: Osorio y
Sánchez informaron, el martes 9, que de diciembre a marzo se registraron 4 mil
249 “homicidios presuntamente relacionados con la delincuencia organizada” que,
sumados a los 202 de la primera semana de abril, suman 4 mil 451.
“El mismo indicador
en el último cuatrimestre de la administración anterior alcanzó 5 mil 127; ello
significa una disminución de 918 homicidios, lo que representa un decremento de
17.1%”, puntualizaron y también hubo otra caída, sólo que de 14%, con respecto
de los primeros tres meses del año pasado: De 4 mil 934 pasó a 4 mil 249, 685
menos.
El punto es que los
mexicanos no sabemos si esta comparación a la baja es cierta, porque –insisto–
Calderón ordenó ocultar esta información desde septiembre de 2011, el año más
violento de su sangrienta gestión, y desde entonces no hubo ningún dato
oficial.
Y como el gobierno
de Peña tampoco ha difundido la base de datos sobre los homicidios dolosos de
septiembre de 2001 a noviembre de 2012, que toma como base para su comparación,
entonces sus cifras no son de fiar y pueden estar maquilladas a su
conveniencia.
Este no es un aserto
gratuito: En las propias cifras que presentó Osorio Chong hay evidencias de
manipulación a la baja que ya habían sido dadas a conocer como oficiales.
En los comunicados
26 y 40, de febrero y marzo, respectivamente, la Secretaría de Gobernación
informó que en diciembre se cometieron mil 139 asesinatos, mil 104 en enero y
914 en febrero, “el número más bajo reportado en los últimos 40 meses”, para un
total de 3 mil 157.
Sin embargo, el
martes Osorio Chong aseguró que en diciembre hubo mil 129 asesinatos –diez menos
de lo informado– y en enero mil 105 –uno más–, lo que representa que se
restaron 9 homicidios dolosos, para un toral de 3 mil 249.
Esta cifra, a la que
se le añaden los mil 101 asesinatos cometidos en marzo y los 202 de la primera
semana de abril, sumarían 4 mil 460 y no 4 mil 451.
A esta manipulación
se añade el ocultamiento de Osorio en el número de desapariciones de personas
en lo que van del actual gobierno y que contrasta con la “transparencia” que se
le ha dado a las del sexenio pasado, que superan las 26 mil.
Osorio también sigue
guardando silencio en el escándalo de los centros de apuestas que operan en
México y que, en los 12 años de gobiernos panistas, se volvieron un caos: El 14
de enero, prometió que en “un par de días más” daría información al respecto.
Han pasado ya tres meses y nada.
Osorio ofreció,
también, invitar a periodistas, representantes de medios, académicos y
legisladores a “transparentar la metodología” sobre las cifras de la violencia
para que realmente generen certeza, pero el mismo día siguiente de la
convocatoria el propio Sánchez la declaró cerrada para quien quiera participar.
¿Es creíble,
entonces, la baja en la violencia como dice el gobierno de Peña? Así no…
APUNTES
Las 4 mil 451
personas asesinadas en lo que van del sexenio no son “los muertos de Peña”,
respondió el secretario de Gobernación, porque “no son muertos que le
correspondan a una persona”. Nadie dice que Peña es culpable de haberlos matado
(como a Calderón tampoco con los cerca de 100 mil en su sangrienta gestión),
pero es inobjetable su responsabilidad como autoridad máxima del país: nada
menos que jefe de Estado. ¿Cuántos homicidios se compromete que habrá al final
del gobierno?, se le preguntó a Osorio. “Sería irresponsable totalmente
comprometerse a cifras”.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter:
@alvaro_delgado
(PROCESO/ Álvaro Delgado/ 15 de abril de 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario