Aprehensiones y homicidios recientes
exponen una oleada de ataque a las estructuras económicas y operativas del
Cártel de Arellano Félix por parte de los traficantes sinaloenses. Policías
estatales operativos son usados para detener a un elemento del CAF, lo
favorecen aceptando una identificación falsa. Mientras los de inteligencia
atacan a “El Tigre”, cabecilla del cártel sinaloense
Jorge Ernesto Peñuelas Parra,
criminal al servicio del Cártel Arellano Félix (CAF), era un prófugo de la justicia. En su contra, el
Ministerio Público del Estado solicitó y obtuvo órdenes de aprehensión por
homicidio y secuestro que datan de 2010.
Las indagatorias
ministeriales y la información de las áreas de inteligencia lo ubican como uno
de los hombres que delinquió al lado de Juan Sillas Rocha (capturado en
noviembre de 2011) durante la pugna interna del CAF contra los criminales al
servicio de Eduardo García Simental “El Teo” (2008-2011).
Relacionado directamente con
los ataques a la familia del también narcotraficante Raydel Rosalío López
Uriarte “El Muletas” en febrero de 2010, y en el secuestro de las sobrinas del
líder del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo”
Zambada en septiembre del mismo año, sus huellas como presunto criminal
están en el sistema porque, previo a las órdenes de aprehensión, ya ha sido
detenido y liberado.
Pese a este historial, y a
que los elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) están equipados
tecnológicamente para correr las huellas
de los detenidos, la tarde-noche del lunes 9 de noviembre de 2015, una pareja de agentes capturó a Peñuelas y lo
presentó con un nombre falso ante la Procuraduría General de la República (PGR).
De acuerdo con el boletín
numerado ComTij 916, fechado el 10 de noviembre de 2015, la Secretaría de
Seguridad Pública del Estado de Baja California anunció que detuvo “… sobre la
Carretera Libre Tijuana-Playas de Rosarito, a la altura de la colonia Veracruz
del quinto municipio de la entidad”, a “Fabián López Ruvalcaba, de 42 años de
edad, oriundo de Pénjamo, Guanajuato”.
Detallaron que “…
intervinieron al conductor de un automóvil Volkswagen Jetta modelo 2008, de
color blanco, matrícula ALJ4403” y “… le fue incautada un arma de fuego calibre
.38 que se encontraba abastecida con 14 cartuchos útiles”. Hasta ahora no
existe una explicación clara de por qué abordaron al sujeto, “pero lo más
probable es que lo pusieron”, indicó un investigador.
Por un arma de ese calibre,
todos los detenidos salen con el pago de una fianza y eso pudo haber sucedido
si los enemigos del criminal no hubieran puesto en alerta a las autoridades.
Personal del área Antisecuestros recibió información de la puesta a disposición
de Peñuelas ante el Ministerio Público Federal, y la Subprocuraduría de
Investigaciones Especiales que no fue informada de la captura oficialmente,
solicitó al detenido.
En la Secretaría de Seguridad
Pública del Estado, jefes entrevistados por ZETA reconocen que hubo “algo
extraño” en el procedimiento de los agentes aprehensores, pero lo defienden
argumentando que en la PGR debían correr las huellas y corroborar la identidad.
Desde la Procuraduría del
Estado consideran por lo menos “extraño” este procedimiento del que dijeron “se
está haciendo repetitivo”, porque la PEP hace lo mismo con la mayoría “de los
buenos” que detiene: en las presentaciones los acusa de delitos del fuero
común, pero los entrega a la PGR por posesión de armas o droga.
Además de la PGJE, la SSPE
recibió una denuncia anónima del actuar irregular de los agentes de la PEP,
revelando la verdadera identidad del detenido. ZETA recibió dos denuncias
similares.
MATÓN Y SECUESTRADOR DEL CÁRTEL ARELLANO
Capturado por primera vez en
2009 por una falta administrativa, las áreas de inteligencia del Grupo
Coordinación informaron que según versiones de los integrantes detenidos, esta
célula criminal dirigida operativamente por Peñuelas operaba desde 2007, aunque
las autoridades no las ubicaron en el mapa criminal de Tijuana hasta 2009.
De acuerdo con información oficial, Peñuelas Parra
aparece en dos procesos que la Federación lleva en contra de Juan Sillas, el
AP/PGR/BC/TIJ/25/22-M-IV y AP/PGR/BC/TIJ/4194/10-M-IX, que se abrió por tres
granadas de fragmentación lanzadas el 8 de noviembre de 2010 contra las
instalaciones del Grupo de Antisecuestros de la PGJE en Tijuana.
Como jefe de sicarios de
Sillas, declaraciones de algunos de sus socios criminales lo involucran también en el secuestro de un hombre de
apellido Guadalupe en enero de 2010, y otro identificado como Rosales, privado de su libertad e14 de
febrero, y la privación ilegal de una mujer en Valle de las Palmas, a la que
mutilaron, todos en el mismo año.
También fue mencionado en el
secuestro de Diana López, hermana de “El Muletas”, y el asesinato del novio de
ésta, Tomás Alberto Rosales Cruz. Lo mismo que del homicidio del policía
municipal de Tijuana José Luis Torrijos.
Peñuelas y otros tres sujetos
habían sido detenidos por la Policía Municipal el viernes 15 de octubre de
2009, por obstruir el paso en la zona de El Vergel. Fueron tunados al
Ministerio Público del Fuero Común con el oficio T05/1348/2009, después que
ofrecieran dinero para ser liberados y, al no obtener lo que querían, amenazaron
de muerte a los uniformados, quienes recibieron advertencias similares por la
frecuencia de la Policía. El MP los liberó casi de manera inmediata.
Al día siguiente, criminales
se enfrentaron con policías en la delegación La Mesa y las autoridades consideraron
que Peñuelas y sus amigos habían cumplido su amenaza.
SIGUEN MATANDO A LOS DEL CAF
Como Humberto Ruiz Hernández
fue identificado el hombre asesinado alrededor de las once de la mañana del 10
de noviembre de 2015 cuando, intentaba ingresar a su casa en el número 481 de
la calle Caracol de la delegación Playas de Tijuana. Para confundir a la
Policía, su mujer también dio el alias de Norberto Beltrán Hernández.
El cadáver presentaba un
impacto en la nuca y otro en el pómulo izquierdo, los peritos embalaron dos
casquillos 9 milímetros. De manera extraoficial, los agentes en la escena
fueron informados que el sujeto estaba relacionado con la familia de
traficantes ligados al CAF, de apellidos Ávila Hernández.
El criminal más identificado
de este grupo era Fernando Ávila
Valenzuela “El Tío” y/o “El Cuervo”, asesinado la tarde del 5 de noviembre de
2014; miembro del CAF identificado por
la DEA (enero de 2009) como uno
de Los Más Buscados, fue ejecutado de un
auto a otro cuando circulaba sobre las calles Baja California y Kleper en la colonia Postal -era propietario de más
de 2 mil metros cuadrados de terrenos en la zona-. Les dispararon en 17
ocasiones cuando salía de un inmueble después de cobrar una renta. Su hijo se
acercó a la escena e identificó al cadáver con el nombre falso de Israel García, de profesión carrocero.
Alonso Ávila “El Moto”,
identificado por las autoridades como hermano de “El Cuervo”, fue acribillado
el pasado de octubre. Un hombre que se identificó como amigo de la víctima llamó
a las autoridades al mediodía, detalló que como era su costumbre, pasó a
saludar a su amigo al taller que tenía en el mismo lugar que su casa en la
calle Colegio Militar de la colonia
Tomás Aquino en Otay.
Peor el local estaba cerrado,
se asomó y vio en el patio a “El Moto” desfallecido en medio de un charco de sangre, los peritos
levantaron seis casquillos 9 milímetros de la escena. El hombre que lo
identificó dijo que se dedicaba a la venta de autos.
Según indagatorias de las
autoridades ministeriales, Humberto Ruiz Hernández, también asesinado esta
semana, era compadre de los hermanos Ávila.
Las sospechas de las fuerzas
del orden aumentaron ante las acciones de la viuda. La señora se puso agresiva,
contaminó toda la escena del crimen, movió el pick-up rojo en que llegó la
víctima a la casa, levantó la camisa del
cadáver y le sacó la cartera, los documentos y las llaves. Se negaba a dejar
que remolcaran el auto, hubo un momento en que se sentó en cuclillas a un lado
del cuerpo, tratando de impedir que los oficiales se acercaran; reacción
similar tuvo la mujer de Alonso Ávila el mes pasado, explicaron.
Ruiz no tiene antecedentes de
capturas.
SINALOA CONTRA ARELLANOS
En este crimen las
autoridades están investigando la hipótesis de que el asesinato de Humberto
Ruiz Hernández en Playas, haya sido una respuesta de los matones del Cártel de
Sinaloa encabezados por Alonso Arzate García “El Aquiles” por el homicidio de
Yahir Jonathan Quintanar Rivera, ocurrido el 9 de noviembre en Colinas de California.
Pasaban apenas las siete de
la mañana de ese lunes cuando Quintanar Rivera, todavía en ropa de dormir,
llegó a la taquería ubicada en Calle Belice y Avenida La Paz en el
fraccionamiento Colinas de California, Delegación Sánchez Taboada. Pidió un
caldo y nueve tacos para llevar, por ello las autoridades desecharon la
posibilidad de que se hubiera citado en ese punto con sus victimarios. “Lo
estaban cazando seguramente afuera de su vivienda”, refirieron.
Se sentó en el lugar del conductor en su vehículo Avenger
gris a esperar que le entregaran la orden mientras hablaba por teléfono
celular, y minutos o segundos después
inició la balacera. En la zona estaba el taquero, concentrado en surtir al
cliente, cuando escuchó el ensordecedor sonido de los balazos. Sólo pensó en
protegerse tirándose al piso.
No vio nada, de hecho esperó
varios segundos después que se dejaron escuchar las balas antes de sacar la
cabeza y darse cuenta de que el cliente había sido acribillado. Sobre el cuerpo
de la víctima descargaron 28 balas calibre.223.
En las primeras indagatorias
resultó que Quintanar fue detenido San Diego, California, en 1999, por
introducir marihuana. Interrogada al respecto, su mujer manifestó molestia
porque la PGJE investigó los antecedentes de su pareja fallecida, y se negó a
cooperar con la indagatoria.
En Tijuana se ha regresado a
esos asesinatos entre criminales de otro nivel, más que vendedores de droga en
la esquinas. Los ejecutan a plena luz del día, frente a sus casas y en zonas
como la delegación Playas, donde normalmente viven, por lo que procuran “no
calentar la zona”, comentó un investigador.
VAN POR “LOS ERRES” Y SU JEFE “EL TIGRE”
En la semana, la PEP informó
de la captura de Isaac Alhiu Chávez Cabrera, el 9 de noviembre. Según el
boletín informativo, “El Puma” fue
interceptado cuando circulaba sobre el Bulevar Cuauhtémoc Sur, a la
altura de la colonia Aguaje de la Tuna en Tijuana, a bordo de un Jetta 2008.
Con él iba la mexicalense
Maritza Aimé García Ambriz, y en el auto aseguraron “…un arma de fuego calibre
9 milímetros bastecida con siete cartuchos útiles, un arma larga de las
conocidas como ‘cuerno de chivo’ calibre 7.62 x .39 mm con 14 municiones” y “…
9 paquetes que en suma pesaron 13 kilogramos de marihuana”.
La importancia de este sujeto
radica en que el Grupo Coordinación lo tiene identificado como la cabeza de la
célula criminal identificada como “Los Erres”, que delinque al servicio de José
Antonio Soto Gastélum “El Tigre”, uno de los cabecillas del Cártel de Sinaloa
en Baja California.
La mayoría de estos “Erres”
empezó a traficar en Mexicali, en la épica pugna interna del CAF cuando se
trasladaron a Tijuana, donde la mayoría fueron apresados por secuestro,
homicidio y tráfico de drogas entre 2008 y 2013. Gastélum les pagó abogados,
quienes para junio de 2014 los tenían
libres a todos, y regresaron a delinquir
a Tijuana:
* Chávez Cabrera es contacto directo de dos miembros
importantes de la célula de “El Tigre”.
* Javier Adrián Beltrán “El Javi” escaló en el
organigrama criminal después que el 12 de mayo de 2014 su hermano José Antonio
Beltrán Cabera “El R4”, mano derecha del “El Tigre”, fuera asesinado en
Mexicali.
* Y uno de los hijos de José Soto, quien tiene
contactos para el trasiego de enervantes en Estados Unidos, Nayarit, Jalisco,
Baja California Sur y Centroamérica.
Información de las áreas de
inteligencia del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California ubican
a Chávez Cabrera y a sus socios recién detenidos, Omar Martínez (3 de
septiembre de 2015) y Gabriel Miramontes (4 de septiembre) como presuntos
responsables de por lo menos tres ataques armados en Tijuana: las lesiones
recibidas por un ataque armado en contra de Carlos Jhared Rodríguez -buscado
por el FBI- el 5 de junio de 2014; el
homicidio de un niño de 2 años en la colonia Obrera el 14 de junio del mismo
año; y el asesinato de un miembro de la pandilla Los Hooligans, el 24 de agosto
de 2015 en una funeraria de la Zona Centro en Tijuana.
Sin embargo, como el secuestrador
homicida del CAF, Alejandro Peñuelas, mencionado al inicio de esta nota,
ninguno de los “Erres” fue entregado por la PEP al Ministerio Público del Fuero
Común, ni siquiera para ser interrogados, y no tienen cargos.
Actualmente los tres se
encuentran bajo proceso ante el Poder Judicial federal por delitos contra la
salud y portación de armas de uso exclusivo del Ejército.
DENUNCIAN A DOS AGENTES DE LA PEP
Esta semana otra familia
denunció presuntos actos delictivos cometidos por agentes de la Policía Estatal
Preventiva. Se trata de parientes de José Guadalupe Rivera Ávalos, de 47 años,
cuya captura se anunció el 1 de noviembre a través de comunicado.
Según el boletín, la
aprehensión tuvo lugar en Avenida de la Independencia del fraccionamiento Alta
Brisa. Estaba acompañado de Jorge Mario Villalobos Herrera, a quien desde
lejos, los uniformados le notaron una pistola fajada, y cuando vieron llegar a
los policías, los detenidos trataron de evadirlos, metiéndose a un auto en el
que aseguraron 13 envoltorios de cristal, tres cargadores y 200 cartuchos de
diversos calibres.
Pero a Rivera Ávalos le
ejecutaron una orden de aprehensión por homicidio perpetrado el 7 de mayo de
2014 en Nayarit.
La versión de los allegados
de Rivera es distinta, reconocen el
cargo de homicidio, pero del día de los hechos, aseguran que el detenido estaba
en un mercado sobre ruedas con su familia cuando fue abordado por los agentes,
quienes le pidieron 30 mil dólares a cambio de no entregarlo.
Como se dedica a la
compraventa de autos, Rivera tenía el dinero, así que pidió que lo llevaran a
su casa para entregarlo y lo hizo. “Igual lo consignaron, y si tiene que pagar
por lo que hizo, que pague, pero ahora esos agentes están hostigando a la
familia tratando de sacar más dinero, y eso nos hace temer por nuestra
seguridad”, indican los familiares.
Al respecto, el director de
la PEP, Marco Montoya, pidió a los
afectados presentar su denuncia formal, mientras tanto, iniciará un seguimiento
del caso “hasta donde tope, existe documentación que acredita horas y datos de
la turnación, las unidades tienen geolocalizador, así que podemos verificar que
los dichos y los datos coincidan; incluso podemos saber si han regresado a la
zona”.
Al cierre de edición, la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado informó oficialmente que tras
revisar la captura de Peñuelas, el resultado fue que todo se había dado acorde
al protocolo, y que la identificación errónea se dio porque no existe en el
sistema un registro biométrico ni de huellas del criminal. Sin embargo, no
ofrecieron detalles de cómo llegaron a la identidad real del delincuente sin
tener elementos.
23 ASESINATOS Y OTRO NARCOMENSAJE
En la segunda semana de
noviembre de 2015, la Unidad de Homicidios Dolosos en Tijuana ya acumula más de
dos decenas de expedientes abiertos por muertes violentas.
En el segundo período del
mes, por las zonas y el perfil de las víctimas, destacaron los homicidios de
Yahir Jonathan Quintanar Rivera el lunes 9 en Colinas de California y el de
Humberto Ruiz Hernández el 10 de noviembre, pero la suma llegó a diez
ejecuciones entre el 6 y el 12 del onceavo mes.
La tarde del viernes 6, la
Policía encontró el cadáver de Juan Manuel Sánchez García en la cajuela de un
auto en el fraccionamiento Loma Blanca. Su familia dijo que se dedicaba a la
compraventa de autos, y al ser cuestionados respecto a que a nadie atan por
vender carros, manifestaron que los vehículos que llevaba a vender a Jalisco
los cargaba con cristal. “No tiene lógica, la droga viene de sur a norte, pero
estamos investigando”, señaló un ministerial.
El día 7 de noviembre mataron
a Rodolfo Martín del Campo Sandoval, de 70 años, cuando robaron en su casa. El
mismo día, el cuerpo de un hombre joven atado de pies y manos, muerto por
asfixia, fue tirado en el Parque Industrial Pacífico, a su pies dejaron escrito
en un cartón: “ESTO LES VA A PASAR A
TODOS LOS CHAPULINES”.
Al día siguiente, el domingo
8, encontraron abandonado el cadáver de un hombre obeso con tatuajes en los que
se leía “Martínez” y “El Salvador”. Lo
asfixiaron. El cuerpo estaba envuelto en un colchón y una cobija, sobre el
callejón Emiliano zapata de la colonia 20 de Noviembre.
Pero la jornada más violenta
se registró el lunes 9 de noviembre con cinco asesinatos. A la 1:00 am se
reportó el asesinato de Jorge Miguel Ramírez, con ingresos al penal de Tijuana
por venta de droga. Lo balearon con una pistola calibre 40 y quedó tirado en la
vía pública sobre la calle Epíteto de la colonia Camino Verde; pasadas las 7:00
am balearon a Jonathan Quintanar en Colinas California; y a las 10:00 am
encontraron el cadáver de un hombre en un basurero en la delegación Cerro
Colorado. Lo mataron con arma blanca. Exhibía un tatuaje con el nombre de
Lucrecia y otro con dos Santas Muertes.
El día terminó con el
asesinato de Florentino Romero Peña en el bar Valentina de la Zona Norte en
Tijuana. Las primeras versiones indican que estaba departiendo con otros dos
hombres, se pelearon por una meretriz y lo apuñalaron.
A Héctor Javier Negrete
Rodríguez lo mataron a balazos dentro de una casa, alrededor de las ocho de la
noche en el Ejido Chilpancingo. Según los vecinos, llegó corriendo y pidiendo
ayuda mientras lo atacaban desde dos autos.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/
Investigaciones ZETA/ 16 de Noviembre
del 2015 a las 12:00:17)
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