Cargadas al luto de familias sonorenses…
Tres mil casos de dengue,
unos cien de riketsia y otro tanto de chincongunya y muchas familias enlutadas
será el caro costo a pagar por la abulia y rapiña con la que se manejó el
sector salud de Sonora durante el anterior sexenio.
Las enfermedades infecciosas
que por omisión de las autoridades de salud pusieron en el mapa a Sonora como
un estado líder en afecciones y
padecimientos que se creían erradicados, son el claro ejemplo de la perversión
con la que las anteriores autoridades, particularmente, desde la secretaría de
salud, simularon programas y campañas desde el escritorio, con el fin de
allegarse de millonarios recursos de la federación, de los cuales, a la fecha
nadie sabe a dónde fueron a parar.
Sonora también cayó a los
últimos lugares en el combate y prevención de enfermedades infectocontagiosas y
de transmisión diversa, como la rabia y el VIH/Sida.
Las no transmisibles como la
obesidad y salud bucal también se desplomaron en Sonora en su atención,
respecto del ámbito nacional, que decir de los hospitales y clínicas del sector
salud en todo el estado, que ninguno mereció certificación de calidad y calidez
en sus servicios, con las farmacias vacías, sin equipo básico, ni presencia de
médicos especialistas acordes a la demanda social.
DENGUE, FACTURA QUE COBRA LA MUERTE A LA INDIFERENCIA
Cinco muertes confirmadas,
además de otras tres en análisis, así como mil 832 casos registrados, son las
cifras hasta el momento recopiladas por las autoridades sanitarias en lo que va
del año en Sonora, ante la atípica
incidencia del dengue, enfermedad
infecciosa causada por el virus que trasmite con su picadura el zancudo Aedes
Aegypti.
Por herencia del anterior
gobierno, las actuales autoridades de salud se enfrentaron tan luego llegaron a
una triste realidad:
Sonora, el otrora estado con
los mejores índices en prestación de servicios de salud y atención a
enfermedades con servicios de calidad y calidez a la población sin cobertura
médica y con reconocido estatus a nivel nacional en el combate a enfermedades
epidemiológicas, ahora se ubica en la cola de los demás entidades, y su realidad
hoy es otra.
Un grave incremento de
enfermedades como la rickettsia, el dengue, e incluso la proliferación de males
que se consideraban ya erradicados como la tuberculosis, así como el problema
del sobrepeso en gran parte de población sonorense era la nueva realidad al
final del “Nuevo Sonora”, como tal vendió con engaños desde su llegada, el pendenciero gobierno padrecista.
Durante el periodo que
comprende de 2009 a 2014, Sonora cayó del lugar 12 al 17 en casos de rabia; de
sitio 12 al 18 en salud bucal; del 7 al 13 en casos de obesidad; del lugar 16
al 26 en enfermedades no transmisibles, del 15 al 29 en atención a casos de
VIH/Sida.
Un total desastre la política
se salud y asistencia medical a la población abierta fue el sexenio “de la
alternancia”, no solo en materia de salud pública, sino en ausencia de
transparencia y de rendición de cuenta sobre el uso y destino de los recursos
públicos. En la opacidad si se distinguió el padrecismo por el campeonato.
En el caso muy particular de
las infecciones que transmite el zancudo Aedes Aegypti, las cosas han traído la
fatalidad a algunas familias con la muerte de un miembro por causa del dengue y
en algunas otras ha causado daños en su bienestar dentro del núcleo familiar.
De confirmarse la tendencia
que las actuales autoridades del Sector Salud observan con suma preocupación a
manera de herencia maldita, a finales de año Sonora se colocaría como el estado con más decesos por infección
de dengue hemorrágico, además de un nunca visto registro de personas afectadas
del tipo clásico.
Sonora registrará al menos
ocho defunciones y cerca de tres mil
casos al cierre de este año, según estimaciones conservadoras de autoridades de
salud pública estatal.
Los responsables de las
políticas públicas sanitarias y epidemiológicas han sido cautos y optan por no reconocerlo abiertamente;
desde el interior de las áreas de epidemiología de hospitales y clínicas
privadas y del sector, incuso en laboratorios y oficinas centrales de la
Secretaría del ramo, se adjudica la alta
incidencia de muertes y proliferación de la infección a la escasa atención que
le brindó a la presencia del dengue por parte del anterior gobierno,
particularmente de la Secretaría de Salud.
Propios y extraños recriminan
a las anteriores autoridades sanitarias la simulación que se hizo de los
programas de prevención y combate a la proliferación del mosquito vector del
dengue, y se minimizó a casi nada la implementación de medidas reales para el
abatimiento y erradicación de los principales brotes infecciosos del vector.
Al menos en el último año de
la administración anterior, que encabezó Guillermo Padres Elías, el sector
salud fue abandonado a su suerte y los programas se convirtieron en simuladores
manipulados desde los escritorios a fin de merecer las millonarias participaciones
federales, recursos convenidos y otros signados bajo el esquema de coordinación
fiscal entre el estado y el gobierno de la república, que fueron a parar a otro
lado, menos a los programas de fomento a la salud y combate a las enfermedades
de todo tipo.
CAMPILLO GARCÍA, OMISO HASTA LA PERVERSIÓN
El responsable de la Secretaria de Salud fue
durante los seis años del padrecismo, Bernardo Campillo García, un médico como
los hay muchos en la capital, con un ritmo de vida hasta cierto punto normal,
para quien tiene especialidad en pediatría, aunque hasta hace seis años no era
nada excepcional su nivel económico
familiar, según cuentan quienes le conocen.
El doctor Campillo García,
hoy por hoy, se asume como uno de los más prósperos criadores de caballos pura
sangre a nivel nacional, y dueño en
co-propiedad con el exgobernador
Guillermo Padres y el ex secretario de Gobierno, Roberto Romero, de una de las empresas de reproducción en
laboratorio de equinos de muy alto registro internacional, con tecnología de
última generación en bio genética animal y de las más tecnificadas en América
Latina, para el sano desarrollo de las crianzas.
Las instalaciones del
laboratorio de razas pura sangre hasta hace unas semanas se localizaron en la
comunidad de San Pedro, municipio de Hermosillo, pero al recrudecerse las acusaciones públicas contra Padres y ex
colaboradores, el complejo fueron
desalojado y trasladados sus huéspedes, infraestructura y demás activos, a un lugar solo por sus propietarios
conocido.
Que decir del nivel de vida y
económico al que antes de los seis años
de su gestión había logrado evidenciar el médico pediatra, exponencialmente muy
superior al que registraba al principio que ingresó al gabinete, invitado por
su amigo y jefe, y hoy socio en los negocios caballerangos, Guillermo Padres.
Campillo por estos días, pesa sobre figura ciudadana
una orden aprensión girada por un juez federal para que responda a diversas
acusaciones por la presunta comisión de diversos delitos que le imputa la PGR.
Son parte de un proceso penal
que la autoridad ministerial solicitó al
juzgador fincar al ex funcionario, luego de
indagar y tipifica como delito la presunción de desvío de fondos
federales que rondan los 250 millones de pesos, además porque su posible
enriquecimiento pudo haber sido producto de recursos de procedencia ilícita,
entre otros actos punitivos.
Esta denuncia fue presentada
meses atrás por el dirigente del
sindicato de trabajadores de los Servicios de Salud en Sonora, Carlos Manuel
González Méndez y a quien Campillo había cesado arbitrariamente como médico
asignado al Hospital general, luego que el representante gremial ventiló
anomalías la mitad de la gestión del entonces
Secretario Campillo.
Entre otras irregularidades
ventiladas que le valieron el cese al representante sindical, fue la presencia de aviadores en el sector y
la desviación de recursos federales etiquetados para la homologación salarial
de cerca de seis mil trabajadores de la salud, lo cual a la fecha no se
concreta por falta de esos recursos que desaparecieron.
A estos actos antijurídicos,
bien pudiera sumársele el de crímenes contra la sociedad sonorense por omisión
y comisión de actos de autoridad. Actos como
abandonar la política sanitaria de control epidemiológico ante una incidencia
infecciosa resulta altamente reprobable.
Es oprobioso y condenable cualquier acto de omisión cuando está de por
medio la salud pública y la vida mismas de muchas personas. Por donde se vea,
esto atenta contra la integridad física y la salud de toda una sociedad.
Actos que pueden considerarse inhumanos y
altamente cargados de perversión por el abandono de un ejercicio, no solo
profesional, sino administrativo y político, que como funcionario juramentó
cumplir cabalmente el doctor Campillo, y no lo hizo.
ABANDONÓ RESPONSABILIDADES EL EX SECRETARIO DE SALUD
El ex secretario no solo abandonó su responsabilidad para dirigir y
fortalecer estas y otras campañas de prevención como una campaña de vacunación
emergente con fines preventivos, o el
combate a la incidencia infecciosa en zonas bien localizadas como Hermosillo,
Huatabampo y Guaymas; el combate y
erradicación del mosco trasmisor del
virus en todas sus modalidades que establecen los protocolos mundiales,
nacionales y propios de la dependencia que mandató.
Aparte de no seguir los
protocolos sanitarios ante los evidentes brotes virales de alta incidencia y
bien localizados, no se tendieron los cercos sanitarios, no se dieron alertas
ciudadanas de concientización, campañas de fumigación agresivas por tierra y
aire ante el riesgo de volverse una
epidemia.
La omisión de muchas acciones
desde la Secretaría de Salud, al menos en el último año del sexenio padrecista
y que heredaron el problema a esta administración, ha dado a Sonora un nada
honroso primer lugar en fallecimientos por infección por dengue en zonas no
tropical.
LAS CIFRAS HISTÓRICAS Y ESPELUZNANTES
Sonora registra a estos días
mil 850 pacientes con diagnóstico positivo al dengue: 533 en la capital,
Hermosillo; 432 en el puerto de Guaymas y 306 en Huatabampo, de los cuales
un 25 por ciento de los enfermos son
menores de edad y el resto adultos que no sobrepasan los 50 años.
El 73 por ciento de los casos
presentan afecciones por virus del dengue tipo clásico, y un 27 por ciento de
los pacientes el tipo hemorrágico. Estos datos arrojan un incremento en la
incidencia respecto a este mismo periodo del 2014, cuando apenas se habían
registrado 895 casos.
El actual Secretario de Salud
en el Estado, GilbertoUngson Beltrán indicó que la tendencia que observa la dependencia a su cargo es que de cada dos
casos de pacientes sospechosos de portar el virus del dengue que se atienden
clínicas, hospitales y consultorios, tanto
públicos como privados, uno resulta positivo al virus.
Bajo este escenario, se
espera que al cierre de este año Sonora
registre la histórica cifra de alrededor de tres mil casos de personas que
enfermaron por la picadura del mosco transmisor del virus del dengue de los cuales
al menos ocho murieron por esa causa.
HOSPITALES Y CLÍNICAS ABANDONADAS Y MILLONES DE PESOS
DESAPARECIDOS
Con un boquete financiero
superior a los mil millones en deudas y un subejercicio de casi 4 mil millones
de pesos dejó la pasada administración de gobierno al sector salud, denunció el
titular Gilberto Ungson Beltrán al advertir que ya se iniciaron las
investigaciones para deslindar responsabilidades de tipo penal.
El secretario de Salud
lamentó el caos y la crisis que atraviesa el sector debido a la poca
transparencia con que ejerció el gobierno de Guillermo Padres.
La crítica situación se
traduce en abandono en la infraestructura de hospitales y centros de salud,
desabasto de medicamentos y falta de pagos a los proveedores.
En el periodo 2009-2015 se
cayeron los indicadores de salud, se perdió la certificación de hospitales, la
reafiliación del Seguro Popular, abasto de medicamentos y el desempeño de
recursos provenientes de la federación.
Ante este panorama, Ungson
Beltrán dijo que por ahora se requieren más de mil millones de pesos para pagar
a proveedores y solventar la operatividad del sector al mes de diciembre.
Entre las irregularidades que
se detectaron están centros de salud que debieron entregarse en 2013 en
Navojoa, Cajeme y Bácum. Ya se está documentando para que la Secretaría de la
Contraloría inicie los procedimientos legales correspondientes para que se
finquen responsabilidades de orden penal, advirtió.
Para hacer frente a esta
situación, el gobierno del estado gestionará recursos extraordinarios ante los
Congresos federal y estatal para poder cumplir con los pagos pendientes y
responder a ciudadanos con la mejora de servicios de salud, dijo el
funcionario.
TUVO ANTERIOR GOBIERNO PRESUPUESTO PARA SALUD COMO
NUNCA ANTES
El presupuesto de la
Secretaría de Salud creció en 39% en el periodo 2010-2015, al pasar de 3 mil
166 millones de pesos a 4 mil 222 millones de pesos, con un aumento de la
nómina de más de 3 mil trabajadores, el descontento y las denuncias ciudadanas
se incrementaron por el mal servicio, la falta de medicinas y el mal estado de
los hospitales, dijo Ungson Beltrán.
No obstante el sobre
ejercicio de casi 4 mil millones de pesos, casi 50% de los recursos se
destinaron a contratación de personal administrativo y sólo 15% a personal
médico. Hubo un incremento de enfermedades como la rickettsia, el dengue e
incluso la proliferación de males que se consideraban ya erradicados como la
tuberculosis, así como el problema del sobrepeso en gran parte de población
sonorense.
Durante el periodo que
comprende de 2009 a 2014, Sonora cayó del lugar 12 al 17 en casos de rabia; de
sitio 12 al 18 en salud bucal; del 7 al 13 en casos de obesidad; del lugar 16
al 26 en enfermedades no transmisibles, del 15 al 29 en atención a casos de
VIH/Sida.
También registró retrocesos
importantes en enfermedades transmisibles al bajar del 8 al 25, es decir, tuvo
un descenso de 17 lugares; en tuberculosis caímos 20 lugares al pasar del 10 al
30 entre las 32 entidades de la República y en diabetes descendimos 24 lugares
al pasar del 2 al 26, precisó.
(DOSSIER POLÍTICO/ Fernando Gutiérrez R.
Reporte Especial / 2015-11-06)
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