En lo que va del año, cerca de 70 bebés
han sido abandonados por sus madres -adictas a alguna droga- en hospitales
públicos de la entidad, de hecho llegan drogadas, embarazadas y solo a parir,
para inmediatamente abandonar el nosocomio. Son los niños “expósitos”, marcados
por el rechazo materno, así empiezan su camino por este mundo. En albergues del
DIF en Mexicali y Tijuana hay 450 menores -no todos por abandono, puede ser por
consumo de drogas, omisión de cuidados, violencia-, y en BC, el organismo
trabaja con 108 casas hogar que albergan 2 mil 700 menores, de los cuales mil
600 están “bajo tutela del Estado” en Sistema DIF
Delgado en extremo, no mide
más de 30 centímetros y a sus pocos días de nacido ya ha estado entubado y con
cables por todos lados. Su debilísima piel muestra pliegues y arrugas, sus
pequeños piececillos sobresalen entre la incubadora. Su respiración parece
agitada y de repente lo sacude un espasmo.
El bebé de apenas días de
nacido muestra todos los síntomas del síndrome de abstinencia, igual que el de
los adictos adultos, con escalofríos, diarrea, temperatura.
Es uno de los 33 bebés que en
lo que va de este año han sido abandonados en el Hospital Materno Infantil en
Mexicali. Los dejan madres adictas a alguna droga y que solo acudieron al
nosocomio a parirlo, para luego huir del lugar sin saberse más de ellas.
“Se escapan en cuanto pueden,
salen con la bata del hospital y aun con el catéter central pegado”, explica la
subdirectora médica del Hospital Materno Infantil, Marina Montañez Hinojoza,
quien añade que estas mujeres llegaron al hospital traídas por alguna
ambulancia, o un vecino, o recogidas de un “picadero”, a punto de dar a luz.
De acuerdo con la procuradora
de Defensa del Menor, Consuelo Luna Pineda, a nivel estatal suman cerca de 70
los menores abandonados en los diferentes hospitales de Baja California. A
estos bebés expósitos -abandonados- se
les inicia un procedimiento legal que busca reunirlos con familiares, o en su
caso, concretar un proceso legal de adopción.
Todos ellos se suman a los
450 infantes que actualmente se encuentran “tutelados por el Estado” en alguno
de los albergues de la institución, aunque sea por otros motivos -no por ser
abandonados al nacer-, pero corren riesgo de sufrir maltratos, violencia y
descuido.
A SU SUERTE
En el Hospital Materno
Infantil de Mexicali -el cual depende del Sector Salud- anualmente se atienden
7 mil nacimientos de madres derechohabientes del Seguro Popular que no tienen
otro tipo de seguridad social.
“La principal causa de
abandono es la drogadicción materna”, explica la ginecóloga y subdirectora
médica del nosocomio en alusión a mujeres adictas al cristal, heroína,
marihuana, quienes ni dan su nombre, ni muestran identificación alguna, o
llegan directamente de un “picadero”.
Eso implica que estas féminas
vayan casi directamente al parto, sin control prenatal, por lo que, como primer
trámite, deben practicarles un examen antidopaje, ya que previamente se abre un
expediente y son sometidas al interrogatorio médico que incluye el posible uso
de drogas.
“Vienen desnutridas, enfermas,
con punciones en los brazos o en otras partes del cuerpo. Otras vienen con
hepatitis, sida…”.
La trabajadora social agrega
que en ocasiones las jóvenes madres se drogaron dos horas antes del parto. “Lo
refieren ellas que es para aguantar el parto”, comenta la pediatra Blanca
Estela Márquez, jefa del servicio de Neonatología.
La trabajadora social Magda
Tabanico explica que en ocasiones la madre -recién parida- solicita alta médica
para no continuar ningún tratamiento, sobre todo porque ya empieza a sentir el
síndrome de abstinencia y opta por abandonar el hospital, dejando ahí a su hijo
recién nacido.
“Sí son partes más difíciles
porque no hubo control prenatal, generalmente están enfermas, anémicas, sí
tiene un poco más de riesgo; en ocasiones se trata de bebés prematuros”,
refiere la doctora Barrera.
“Tenemos casos muy tristes,
de pacientes con 18, 19 hijos”, comenta a su vez la doctora Montañez,
recordando que esa mujer había “regalado” a todos sus hijos.
Clínicamente los bebés
nacidos en estas condiciones empiezan a mostrar de inmediato el llamado
síndrome de abstinencia, la doctora Barrera así lo detalla.
“Depende del tipo de droga
que haya utilizado la mamá, las manifestaciones más frecuentes que hemos tenido
es con heroína. En todos los aparatos y sistemas del niño repercute, la mayoría
de los casos es a nivel gastrointestinal, puede presentar náuseas, vómitos,
distención abdominal, dificultad respiratoria, muy similar a lo que sucede con
los adultos”.
De acuerdo con el nivel de
las manifestaciones, en ocasiones se tiene que utilizar algún tipo de
medicamento para contrarrestar estos síntomas que incluyen dificultad
respiratoria, temblores y crisis convulsivas.
En ese contexto, resulta
contraproducente que la madre pueda alimentar con pecho, dado que buena parte
de estas madres vienen infectadas con hepatitis o VIH, y podrían contaminar al
bebé.
Entre las repercusiones
futuras, las especialistas enuncian que hay casos en que pueden presentar el
síndrome de abstinencia por seis meses y hasta un año después, y en otros casos
-ya más crecidos- se han visto síntomas del síndrome de atención y una mayor
problemática social, a lo que se le suma algún tipo de predisposición al uso de
drogas en la edad adulta.
“Desafortunadamente en un
niño que tuvo síndrome de abstinencia, el cerebro desarrolla memoria”, expone
la doctora Barrera.
Ante la desaparición de la
madre del hospital, se da aviso al
Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), donde
el caso pasa a la Procuraduría de Defensa del Menor y la Familia, y el bebé, al
albergue temporal, instancia que también depende de DIF Estatal.
Según datos del Hospital
Materno Infantil de Mexicali, en el transcurso de 2015, 33 bebés han sido
abandonados por madres adictas; el año pasado fueron 16, en el anterior solo
seis, pero en 2012 sumaron 25 y en 2011, ocho.
EXPÓSITOS
Para poder decretar el
abandono institucional, se debe desahogar un procedimiento administrativo y
determinar en su momento una posible designación en adopción, argumenta la
titular de la Procuraduría de Defensa del Menor y la Familia, Consuelo Luna
Pineda, quien confirma que este año han recibido 32 casos pero en uno hay
gemelos, por lo que los bebés suman 33.
La funcionaria complementa
que la primera acción que tienen con estos niños, es tratar de favorecer el que
puedan reintegrarse con algún familiar. Menciona el caso de Mexicali, donde de
los 33 menores abandonados, 15 ya han sido entregados a algún familiar,
generalmente tíos o abuelos.
“En todos los casos de
menores que se encuentran bajo protección, siempre la preferencia es que el
menor retorne a su familia de origen”, asegura la abogada mexicalense.
Una segunda opción es
colocarlo en adopción o, en su caso, se tramita el ingreso a una casa hogar.
Según la situación médica,
hay ocasiones en que desde el hospital tardan en darlos de alta y, de acuerdo
con los requerimientos de atención médica, en el albergue deben prepararse para
poder recibirlos y ahí la procuradora subraya que en ocasiones los niños
requieren de vacunas para fortalecer el aparato respiratorio, las cuales tienen
un costo aproximado a 10 mil pesos, por lo que hay que contar con la dotación
para cuando el bebé sea turnado al albergue.
Luna Pineda dice indica que a
partir de que el menor está a disposición de esa dependencia, la Ley define
tres meses para decretar el llamado “abandono institucional”, el cual se
caracteriza porque ningún familiar ha realizado algún trámite para recuperar al
bebé.
El procedimiento marca que el
área de Trabajo Social tenga que acudir para tratar de localizar a la madre -en
muchos casos dan datos falsos-, por lo que la misma Ley incluye la realización
de pesquisas públicas para la localización de familiares.
En caso de que no se localice
ni se presenta nadie y hayan trascurrido esos tres meses, la Procuraduría de
Defensa del Menor y la Familia puede emitir una determinación -de abandono- y
que el bebé pueda ser canalizado a un hogar sustituto en vías de adopción.
Según la funcionaria,
regularmente estos niños permanecen en el albergue durante todo este proceso,
pero ante falta de espacio, buscan canalizarlo a una institución de asistencia
social privada conocidas como casa hogar.
En cuanto a la patria
potestad, Luna Pineda afirma que después del alumbramiento se debe registrar al
menor con un certificado de nacimiento y con los datos con los que se cuenten
de la madre. Eso obliga a presentar un juicio familiar de pérdida de patria
potestad.
De acuerdo con la
trabajadora, el Consejo Estatal de Adopciones hace una asignación a un hogar
sustituto en vías de adopción y mientras tanto, corre el juicio de pérdida de patria
potestad, el cual puede durar de un año a año y medio.
Este lapso tiene que ver con
que, como no hay domicilio para notificar a la madre, y esto se debe hacer vía
edictos en los diarios de mayor circulación en el municipio donde haya nacido.
Mientras la Ley permite que el menor sea acogido en una familia -en vías de
adopción y en etapa de adaptación-, el juicio de adopción se inicia hasta que
se tenga la sentencia firme de pérdida de patria potestad.
El trámite concluye cuando
los padres adoptivos pueden tener un acta de nacimiento donde ya aparezcan como
padres legales del menor.
En el caso de las actas de
nacimiento de los menores abandonados -expósito, es el término-, el niño tiene
derecho a una identidad, por lo que se les designa nombre y apellido, los
cuales son seleccionados al azar y los espacios de los padres quedan en blanco.
La funcionaria comenta que el
que sean hijos de madres adictas no ha significado un obstáculo para que estos
menores tengan ofertas de adopción.
“No hemos tenido hasta el
momento ningún problema por esta situación, cuando se hace la propuesta a los
padres adoptivos, se les entrega un perfil psicológico y un perfil médico de
los menores y se les pone a disposición el expediente que nosotros tenemos para
que ellos lo revisen y puedan tomar la decisión de si aceptan la propuesta. Un
noventa por ciento de los padres adoptivos toman la decisión en el mismo
momento”, asegurando que de los recién nacidos no hay ningún problema para
encontrar un hogar sustituto en vías de adopción, sobre todo cuando no traen
una consecuencia de salud grave.
Esto debido a que algunos
menores hijos de madres adictas, sí presentan alguna condición médica grave, lo
que dificulta su adopción.
Luna Pineda insiste en que lo
primero que se busca es la reintegración familiar, y anota el caso de los 33
menores abandonados en Mexicali por madres adictas, de los cuales 15 se
encuentran reintegrados, ocho están en proceso de pláticas con la familia para
una posible reintegración, y dos de estos niños están canalizados al Consejo de
Adopciones para una posible asignación a un hogar sustituto en vías de
adopción. Otros siete están en el proceso de publicidad de las pesquisas para
la posible ubicación de familiares.
En los albergues del DIF en
Mexicali y Tijuana actualmente hay 450 menores -no todos son por abandono,
puede ser por consumo de drogas, omisión de cuidados, violencia-, y en la
entidad, DIF trabaja con 108 casas hogar
donde hay 2 mil 700 menores, de los cuales mil 600 están “bajo tutela del
Estado” en el Sistema DIF.
Para concluir, Consuelo Luna
expone que están por lanzar una campaña de adopción dirigida a niños mayores de
cinco años y niños con discapacidad, y a pregunta expresa, refiere que hay
casas hogar -principalmente en Ensenada- dedicadas a la atención de menores con
discapacidad, algunos ya mayores, pero que por la naturaleza de su situación,
siguen bajo tutela del Estado.
Eso implica que además del
abandono o el contexto familiar difícil, estos menores tienen alguna discapacidad
como síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, sordera, ceguera, VIH,
hepatitis C y otro tipo de enfermedades crónico degenerativas que “hacen
difícil una la colocación en hogar sustituto en vías de adopción”.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ SERGIO HARO
CORDERO / FOTOS. SERGIO HARO/ 05 DE
OCTUBRE DEL 2015 A LAS 12:00:42)
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