viernes, 18 de septiembre de 2015

UNA INCÓGNITA LLAMADA LORENZO DE CIMA


La neta, como dicen los morros, durante la campaña a Lorenzo de Cima, fueron pocas las propuestas de gobierno –eso debían de ser— interesantes que se le oyeron.

Es cierto que una campaña electoral es para ganar el voto ciudadano para acceder a una posición de poder o de representación política y los candidatos dan prioridad a la percepción o la imagen que a lo programático.

Por eso, no es lo mismo llegar a un puesto legislativo que a uno de carácter ejecutivo. He ahí las diferencias en la actividad que habrán de desplegar tanto Lorenzo como Manuel Villegas Rodríguez, quienes se moverán en escenarios diversos y con responsabilidades diferentes.

UN AYUNTAMIENTO NO SE INVENTA CADA TRES AÑOS

El primero heredará una administración andando y con programas en ejecución.

En cambio el Congreso del Estado conforme a los tiempos o períodos tendrá que agendar el trabajo legislativo bajo la pauta de partidos representados en dicha instancia o a los proyectos de ley que la gobernadora vaya presentando para su procesamiento.

Así las cosas, es claro que un Ayuntamiento no se inventa cada tres años como muchos alcaldes pretenden.

Lo errado de tal concepción aunado al uso patrimonialista del poder tienen a los municipios en crisis.

El caso Iguala con José Luis Abarca, es ilustrativo de ello, pero algunos sonorenses en franca bancarrota no se quedan atrás.

En el Ayuntamiento de Guaymas a Lupita Campos de Oficialía Mayor alguna vez le sobraron sobres con la raya de empleados que nunca se presentaron a cobrar cuando César Lizárraga exigió el pago personal a cada uno de los empleados. Para no perder derechos pidió su jubilación, pero regresó con el Otto.

En Empalme, Carlos Enrique Gómez Cota, ya dejó entrever su inconformidad ante el estado en que le dejarán el Ayuntamiento y que hace ver al proceso de entrega-recepción como mero show.

En Guaymas, la estrella / ya apagadona) del momento lo fue el edil pluri en el gobierno entrante Marco Antonio Ulloa Cadena de Movimiento Ciudadano, en calidad de rudo.

Su “choque” con el Contralor Héctor Hernández, parece más armado que las luchas de la Triple A, cuando se sabe que gente del alcalde electo buscaron a “El Maizenas” para rescatar solamente a Carlos Cortez de la trituradora.

Los nexos de Lorenzo con Héctor Hernández, datan desde la misma campaña y aquellas reuniones nocturnas en el Burger King “en que” Ley y en el Playas de Cortés.

En el primero caso el Kiriki enfrentará el endeudamiento y desorden de Héctor Laguna y de los tres meses de Victoria Villa a quien manejó a su antojo el grupo del síndico Roberto “El Güero” Romero Guerrero, Edgar Vásquez Tello quienes, pusieron a Mariano Michel su tesorero a modo, coecheado por Jesús García, “El Chuy Pesado”, su maestro del ITSON. Beneficiados con obras en dicho período como Jesús “Negro” Saldaña y “El Beto” Vásquez de constructora Rono, le metieron lana a la campaña de Lorenzo de Cima en Guaymas.

El Mariano “Pichel” suena como Jefe de Personal de la entrante administración rielera, lo que indica que dicho grupo trabajó en el desbarranqué del PAN en Empalme, por su enfrentamiento con Héctor “El Archie” Laguna.

MOVIMIENTO CIUDADANO EN VENTA

El Cachorro, desde que era presidente del PRI pórtense era dado al histrionismo y sus pocas luces son conocidas. Manuelita Ojeda, que lo conoce requetebién, decía que cuando estuvo en el INEA sacó su certificado de primaria. Por eso fue mandado al frente de la comitiva del gobierno entrante para meter en un brete a la Comisión Mixta de Entrega-Recepción.

Su pertenencia al grupo de Germán Uribe Corona, El Chimpitas, como algunos otros aspirantes a funcionarios con el Chencho de Cima y que desde la campaña han rodeado al futuro primer edil le dan entrada y mano.

Sin embargo, Ulloa identificado con la clica de Bulmaro Pacheco y Alfonso Ayala Fonseca desde los tiempos del General, no es vaca que de leche y después de todo su papel como palero del PAN es ya evidente, tal como lo fue Librado Navarro, el Negro en la presente administración de Otto Claussen.

Con el Cachorro y el Negro, la oposición de “izquierda” representada por el partido naranja de Dante Delgado, es pura simulación y la venta de ideales fue puesta al mejor postor.

Norma Castro del PRD, Sergio Ibarra de PSD, José Ramón Uribe (PT) y Roberto Hugo Maciel (PT), juraron igual rol de comparsas con Antonio Astiazarán, Bernardino Cruz, Carlos Zataraín y César Lizárraga, respectivamente.

En todos esos casos la izquierda en sus múltiples manifestaciones terminó entregada como oposición y avalando el desastre.

“La oposición gobierna oponiéndose” sostenía José Luis Lamadrid, un cuadro priísta de la vieja escuela.

LA MUTACIÓN DEL CHENCHO

Dicen los que lo conocen que Lorenzo de Cima ha mutado de personalidad en su camino al poder.

Cuenta Daniel Cossío Villegas en su libro “La sucesión presidencial” que Luis Echeverría Alvárez, entonces secretario de Gobernación con Gustavo Díaz Ordaz, se mantuvo agazapado casi seis años hasta su destape como candidato presidencial. Entonces afloró su verdadero ser. Se volvió hablantín y mudo los trajes por la vistosa guayabera.

Algo parecido aconteció con el Chencho, quien era uno como Agente Fiscal, otro como aspirante y un desconocido cuando llegó a las oficinas del PAN para su registro a la candidatura a la alcaldía, cuando llegó rodeado de priístas y gente ajena a Acción Nacional y algunos fieles seguidores del partido, comentó un observador del hecho.

Si la tensa relación entre Carlos “Bebo” Zataraían y su sucesor en la alcaldía porteña Antonio Astiazarán, fue bien conocida, como lo es la del Chencho con Villegas, pero lo que no se sabía es que personas de su entorno cercano le cobraron a Victoria Villa $200,000.00 por “convencer” a Héctor Laguna de que no regresara al cargo.

EL EXTRAÑO RETORNO DEL PRI O EL DINOSAURIO SIGUE VIVO

Tanto hacer y deshacer en el entorno del alcalde electo empieza a llamar la atención entre los panistas que muchos nombres de los que se barajean para las principales carteras tienen un pasado ligado al PRI o nada que ver con el PAN y su doctrina.

Douglas Taylor, quien suena como Contralor es posición de Lucano de Cima, abogado de la familia Taylor en su litigio de los terrenos de la desviación a San José en la administración del Toño Astiazarán. Su esposa se desempeñó en la dirección de Cobranzas con Claussen.

El Comité de Festejos es un cargo ofrecido a Miguel Quiroz.

El IMCA a Yadira Cota, quien en unos meses más los abandonará para irse a trabajar con Susana Corella.

En la baraja de nombres se alude a David Kiamy como encargado de mantenimiento y a Omar González como director de Servicios Públicos Municipales, una dependencia asolada por el Güero Bellot, primo del Otto.

El único panista que amarró chamba es Alberto Albín Cubillas que va a la dirección Recursos Humanos como premio por haber jugado el papel de “juanito” en la elección interna, y lo cual sirvió para legitimar la candidatura de De Cima.

Oscar González, dicen va a Oficialía Mayor en donde caerá en blandito en las manos de Lupita Campos, operadora consentida junto a Jimena Jaramillo de Otto Claussen. En cambio Carlos Villarreal, decidió no abandonar sus negocios y aceptar puros caiditos de su amigo el entrante alcalde. Y es que tiene que hacer su cochinito porque en tres años más quiere ser el candidato.

Luis Felipe El Grillo Valenzuela, parece que se olvidó de dirigir al PAN local y de ser secretario del ayuntamiento y pidió el puesto que ocupa Miguel Pilo Gaspar, o sea una beca de unos 30 mil pesos mensuales. Pero no se lo darán.

En la operación política del futuro gobierno se perciben más nubarrones que días claros. El nombramiento para el cargo deberá de recaer en una persona sin broncas al interior del supuesto partido gobernante como al exterior de la administración. Ante esa tarea titánica sucumbieron en su momento Santiago Luna García en “El Gobierno de Ciudadanos” por su enfrentamiento con Joel Teco Mendoza y Manuel Villegas con el Toño por pérdida de confianza y andarle metiendo zancadillas a su consentido, el ex tesorero Everardo Millán.

No es gratuito que en los corrillos políticos cunda la especie de que el verdadero proyecto de Lorenzo para el 2018 se llame Susana Corella.

El rumor corrió desde que se supo que José Luis Marcos León Perea no era el candidato de Otto Claussen. De ahí que el actual tesorero Gastón Villaseñor Lozano un viejo zorro en las finanzas y asesor de la Susy, vaya a ser el verdadero cerebro financiero detrás de Arturo Lozano, uno de los mejores amigos de Lorenzo aunque ignorante en la materia.

La idea es que desde México Gastón atraiga recursos y con la mano izquierda guíe a su primo. Esa es la explicación que los panistas estén vetados de la administración entrante y que el alcalde electo alterne en San Carlos con Susana, Gastón y el jefe de ambos Antonio Astiazarán. Al tiempo.

Entre los conocedores durante los próximos seis años el PAN guaymense estará enterrado, salvo que el script se rompa por lo más flojo: la presión de los grupos panistas excluidos.


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna “La Viña del Señor” /04 Septiembre 2015, 17:41)

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