La elección de este domingo marcará el futuro político
de Manlio Fabio Beltrones, uno de los priistas con mayor poder en este país.
Una victoria de su candidata en Sonora fortalecerá su proyecto para el 2018,
pero una derrota será un duro traspié en su carrera por la sucesión presidencial
"Para mí
sería un enorme privilegio ser considerado, como mucho otros priistas con
suficientes méritos, como para ser presidente del Comité Ejecutivo Nacional en
el futuro”
Manlio Fabio
Beltrones
Senador del
PRI
“Lo que
importa es que se abra para el estado una puerta al progreso que hasta ahora no
se ha logrado; de eso se trata más que de una encrucijada personal”
Manlio Fabio
Beltrones
La vocación
institucional la lleva en su ADN. En su sitio de internet Beltrones.com, el
legislador habla sobre un consejo que lo marcó
¿Cuál será el
resultado para el PRI en la elección del 7 de junio y qué pasará con Manlio
Fabio Beltrones?
Son las dos
preguntas que los priistas se hacen, pero que nadie puede contestar con
certeza.
El futuro político
del jefe de la bancada priista y uno de los políticos con mayor poder en este
país pasa forzosamente por el triunfo o fracaso que tendrá el PRI en la
elección de este próximo domingo tanto a nivel federal como en Sonora.
La mañana del 8 de
junio, un día después de la jornada electoral, se comenzará a descifrar el
camino que podrá tomar Beltrones una vez que deje la coordinación del grupo
parlamentario priista en el Congreso.
Hoy los tiempos
políticos que corren en México colocan al exgobernador de Sonora en una
encrucijada sobre lo que hará una vez que termine su periodo como diputado
federal, el 31 de agosto próximo.
En un primer
momento, se ubicaron dos destinos probables para el coordinador de la bancada
del PRI.
En uno, como
presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, que quedará vacante una vez
que César Camacho, su actual líder, tome su lugar como diputado federal de la
LXIII Legislatura.
Camacho encabeza la
lista de diputados de representación proporcional de la quinta circunscripción.
Otro, que sea
llamado al gabinete del presidente Enrique Peña Nieto para operar a favor del
Gobierno Federal en la segunda mitad de su sexenio.
Los cálculos
políticos de los priistas, sin embargo, ubican para Beltrones otra alternativa
que podría darle al político sonorense una oportunidad de tomar energías rumbo
a la elección presidencial del 2018.
Eso sí: todas las
alternativas pasan por el resultado de la elección en Sonora este próximo
domingo.
AL INTERIOR DEL PRI, NERVIOSISMO
Al ser cuestionados
sobre el futuro cercano de Manlio Fabio Beltrones, los priistas se ponen
nerviosos y tartamudean al contestar.
Nadie quiere hacer
un comentario que en algún momento se les pueda revertir. Saben que Beltrones
es un priista con mucho poder en el PRI.
Todos pronuncian
frases como “un gran político”, “un reconocido priista”, “un hombre poderoso”.
La ansiedad de los
priistas por definir el futuro de Manlio Fabio Beltrones proviene
principalmente de la forma en que “pagarán” al legislador la diligencia con la
que impulsó cada una de las reformas estructurales que se aprobaron en esta
Legislatura que termina.
A pesar de haber sido
contrincante de Enrique Peña Nieto en la contienda interna por la presidencia
de la República, Beltrones fue institucional y asumió su derrota.
El político
reconoció que era fundamental dar una imagen de unidad del PRI tanto al
interior como al exterior, por lo que asumió con disciplina el resultado de la
contienda interna.
El partido le pidió
incorporarse a la Cámara de Diputados como coordinador de la bancada del
tricolor, para ser la cabeza que dirigiera el cabildeo de las reformas en el
Congreso, de la mano de Emilio Gamboa en el Senado.
Así, una a una las
reformas estructurales fueron aprobadas. A veces en alianza con el PAN, otras
con el PRD, todas las propuestas enviadas por el Pacto por México pasaron el
filtro del Congreso de la Unión.
Pero esto no le
bastó a Beltrones para ganar el pase automático hacia la presidencia nacional
del PRI, a donde muchos apostaban que llegaría sin problemas.
Ahora en el tricolor
hay incertidumbre porque no encuentran la manera de “pagar” correctamente al sonorense
y con él, a todos sus cercanos.
Saben que darle una
cartera como la presidencia nacional del PRI puede ser una apuesta arriesgada
hacia el 2018. Pero también saben que no tomarlo en cuenta, podría representar
una fractura interior innecesaria en un momento en el que requieren mostrar
toda la unidad posible para enfrentar la adversidad.
Los priistas
aseguran que darle un lugar en el Gabinete tampoco es una opción. Gran parte
del equipo presidencial, se dice en los pasillos del PRI, prefiere ver a Beltrones
disminuido y sin figurar en la vida pública.
“A Manlio jamás le
darán la Secretaría de Gobernación, no en este sexenio. Es un cargo clave en la
administración del país, los ‘peñistas’ no permitirán que Manlio ‘se infiltre’
en el Gobierno federal, les quitaría el poder de facto”, comentó un miembro del
CEN del PRI.
LA PRESIDENCIA ¿DEL PRI O DE LA REPÚBLICA?
A Manlio Fabio
Beltrones lo mismo se le ve codearse con líderes de derecha y de izquierda. Lo
mismo va a tomarse la foto con el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés del
PAN o con Silvano Aureoles, candidato del PRD al gobierno de Michoacán.
Además de ser un
político institucional, de llegar a la presidencia del PRI, Beltrones negociará
con todos los sectores del partido.
Sería una gran plataforma
de construcción de una candidatura presidencial para sí o para alguno de los
suyos.
“Manlio no es
sectario, tiene la habilidad de jalar a todos a sus causas, dándoles lo que
ellos necesitan o haciéndote sentir importante. Por eso tiene tanto magnetismo”,
afirmó un legislador priista que prefirió reservar su nombre.
Este es el gran
peligro que ven los priistas en Beltrones: su capacidad de aglomerar las
distintas corrientes y encaminarlas hacia un proyecto común que le dé
reflectores.
Y no solo reflectores.
Desde la presidencia nacional del PRI, el hoy diputado federal tendría la
batuta para construir la candidatura presidencial del tricolor en el 2018 y la
conformación del Congreso de la Unión a partir de la LXIV Legislatura, un
riesgo que pocos quieren correr.
Esto lo sabe
Beltrones. Y por ello, con el paso de los días, el diputado ha ido cambiando la
forma de referirse a un posible futuro como presidente del tricolor.
El 13 de mayo, en
una conferencia de prensa, el priista reconoció que cualquier militante del
partido quisiera ser tomado en cuenta para la sucesión en la presidencia del
PRI.
“No creo que exista
un militante de mi partido que no considere un privilegio el poder -algún día-
ser considerado para ser su dirigente nacional.
“Yo en lo personal
he procurado poner esa disposición por enfrente. Para mí sería un enorme
privilegio el ser considerado, como muchos otros priistas con suficientes
méritos, como para ser presidente del Comité Ejecutivo Nacional en un futuro”,
dijo el 13 de mayo.
Un día después,
Beltrones refrendó su interés en ser tomado en cuenta, pero dijo que el asunto
no le obsesiona.
“Soy un hombre de trabajo pero no de obsesiones (…)
No hay ningún militante -que se respete- de algún partido político que no
desearía ser el presidente de ese partido. En ese caso me encuentro yo, pero
sin obsesiones; creo que con méritos suficientes, pero que la vida como la
política habrá de decir cuál es mi destino”, afirmó el 14 de mayo.
Apenas cinco días
después, en un tono más serio y sin ahondar en el tema nuevamente, cortó de
tajo su aspiración a dirigir al PRI.
“Manlio, háblenos
sobre sus aspiraciones a la dirigencia nacional del PRI”, se le cuestionó al
sonorense.
“No tengo ninguna de
ellas por el momento”, cortó Beltrones.
EL RETIRO TEMPORAL, UNA EMBAJADA
Una de las
posibilidades, de acuerdo a priistas consultados, sería que el Gobierno federal
le diera a Manlio Fabio Beltrones la titularidad de una embajada.
Incluso, se habla de
la Embajada de México en Estados Unidos, cuyo exembajador, Eduardo Medina Mora,
es ahora ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Desde ahí, Beltrones
tendría la oportunidad de acercarse al vecino país del norte y fraguar alianzas
con diversos actores para influir en la política nacional.
El destino de una
embajada ya ha marcado a algunos colaboradores de Beltrones en el pasado.
Ocurrió así con
Fernando Castro Trenti, uno de los priistas más cercanos al diputado, quien
contendió por la gubernatura de Baja California en el 2013, de la mano de
Beltrones.
Al perder la
elección frente a Francisco Vega de Lamadrid, Castro Trenti fue enviado como
embajador de México en Argentina.
Sin embargo, la
opción de una embajada pone serio a Beltrones, quien dice a sus más cercanos
que acatará de forma institucional la decisión del PRI y Los Pinos sobre el
lugar que deberá ocupar.
Su vocación
institucional la lleva en su ADN. En su sitio de internet Beltrones.com, el
legislador habla sobre un consejo que lo marcó.
“Cuando le dije a mi
padre, quien era agricultor y antiguo capitán del Ejército Obregonista, que la
política era mi vocación, me dijo: ‘Ante la incertidumbre de la política, nunca
te canses de ayudar, y cuando te canses, retírate. Algunas veces estarás en el
lugar donde se da, así que no te quejes si te piden servicios. Si quieres
pedir, ponte en otro lado’.
“Nunca me he
cansado. Siempre he buscado servir. Tampoco me he quejado ni he querido salir
para ponerme del otro lado. Mi vida es la política”, sostiene el congresista.
Aunque sea retirado
de la primera línea de decisión o alejado de los reflectores nacionales,
Beltrones ha dicho, a quien quiera escucharlo, que no dejará de hacer política
esté donde esté.
LA ELECCIÓN EN SONORA, CRUCIAL
Al impulsar a la
senadora Claudia Pavlovich para la gubernatura de Sonora, Manlio Fabio
Beltrones se juega buena parte de su capital político.
Activo en su entidad
natal, Beltrones ha apoyado a Pavlovich en toda su campaña política; incluso,
ya se hizo acreedor a un ataque del PAN que lo acusó de haber gastado más de 3
millones de pesos solo en viajes a Sonora.
De ganar la elección
de ese estado, Beltrones aumentaría exponencialmente su capital político y de
negociación para obtener una mejor posición al terminar su periodo como
diputado.
De perder, el
sonorense tendrá menos capacidad para imponer su figura en el ámbito político
nacional. En Sonora, el peligro está en las propias filas del PRI.
La designación de
Pavlovich sobre Ernesto Gándara, uno de los priistas con mayor presencia y
seguidores en la entidad, trajo en el PRI sonorense un descontento que podría
jugar en contra de su propia candidata.
La suya era la del
2015. Sin embargo, las negociaciones en el centro del país determinaron que en
ese proceso, Beltrones y su gente llevarían mano en la elección del candidato.
Esta división en el
PRI sonorense podría cobrar la factura a Pavlovich y, de paso, a Beltrones.
A decir de priistas
sonorenses consultados, si el grupo beltronista gana la elección en Sonora, estará
en una buena posición rumbo al 2018, no solo para su futuro político inmediato.
Si pierde, lo más a
lo que puede aspirar será a continuar con su carrera parlamentaria como miembro
del Senado.
En Sonora, la guerra
sucia es la que ha tomado las riendas del ambiente electoral. Filtraciones,
espionaje y ataques entre los dos candidatos punteros es lo que ha dominado la
contienda electoral.
En la entidad
también se ha desatado una guerra de rumores sobre supuestos acuerdos para
ganar la elección.
Por un lado, se dice
que existe un acuerdo entre el gobierno de Sonora y Los Pinos para que el PAN
gane la elección y debilitar así a Beltrones en el escenario nacional.
Por otro lado, se
dice que el acuerdo sería entre Guillermo Padrés, actual gobernador de la
entidad, con Los Pinos para dar la gubernatura a Pavlovich a cambio de obtener
inmunidad total sobre las acusaciones que se han hecho en su contra.
La incógnita se
resolverá el 7 de junio próximo, día en que los ciudadanos acudirán a las urnas
a emitir su voto.
‘NADIE TIENE COMPRADO SU FUTURO’
Manlio Fabio
Beltrones es contundente sobre los tiempos por venir: nadie tiene comprado su
futuro.
En entrevista, el
legislador aseguró que continuará trabajando desde cualquier trinchera.
“He reiterado
públicamente que no soy un hombre de obsesiones sino de decisiones y la
decisión fundamental que tomé hace mucho tiempo es mi vocación por la política,
siempre desde las filas del PRI, de modo que una vez concluida mi
responsabilidad como legislador continuaré sirviendo el proyecto de
transformación nacional que encabeza el PRI como partido en el gobierno, desde
donde esté.
“Nadie tiene
comprado su futuro y no es bueno adelantar vísperas”, sentenció Beltrones.
El líder de los
diputados del tricolor reiteró que tiene interés en conquistar la Presidencia
de la República, aunque comentó que no son los tiempos para adelantar
aspiraciones.
“Mi interés en la
presidencia quedó claramente establecido cuando aspiré y competí en 2012 por la
candidatura de mi partido; en su momento decliné por las razones que entonces
expuse para adherirme a la campaña del licenciado Enrique Peña Nieto, y no me
equivoqué; ganamos (…).
“En política hablar
de pretensiones a futuro nunca da buenos resultados. Hay que dejar que los
tiempos lleguen, y los de hoy y hasta el 2018, son los tiempos del presidente
Enrique Peña Nieto”, sostuvo.
Beltrones insistió
en que su vocación es la política, la búsqueda de soluciones ante desacuerdos y
desencuentros y auxiliar en una “compleja agenda nacional y global” con
disciplina y lealtad al Estado.
En el caso de
Sonora, el proceso electoral cobra una especial importancia, consideró, por la
oportunidad de un cambio en el rumbo de la entidad y no tanto por lo que
personalmente significa para él.
“Como sonorense y
como priista, me interesa que el desencanto de mis paisanos ante los años de
corrupción e ineptitud en el gobierno estatal se traduzca en una opción de
cambio con orden y rumbo como la que encabeza Claudia Pavlovich (…).
“Lo que importa es
que se abra para el estado una puerta al progreso que hasta ahora no se ha
logrado; de eso se trata más que de una encrucijada personal”, aseveró.
Beltrones apuntó que
la única forma en que se puede lograr que en la vida política prevalezcan las
propuestas y las soluciones políticas sobre las “ocurrencias y difamaciones”
será con preparación y constancia, sin dejar de lado la lealtad a México.
(REPORTE
INDIGO/ IMELDA GARCÍA / Martes 2 de junio de 2015)
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