Entre el 31
de mayo y el 2 de junio, criminales en Tijuana se reactivaron contra
integrantes del Consejo Estatal de Seguridad de Baja California. Mandaron
coronas de flores y asesinaron a un oficial en condiciones de burla hacia la
autoridad
La semana que
concluye fue de afrentas criminales hacia las corporaciones policíacas.
* Asesinaron al agente Carlos Domínguez Murillo a
plena luz del día, a un lado de una caseta de la Secretaría de Seguridad
Pública Municipal instalada, precisamente, para dar seguridad a los vecinos.
* Una corona fúnebre fue enviada, en franca señal de
amenaza, a los policías municipales Jesús Alberto Torres Estrada y Víctor Hugo
Alavez Rodríguez.
* Otra corona fúnebre se depositó en las instalaciones
de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en Tijuana, con siglas
y códigos que identifican al comandante operativo de la Policía Ministerial,
Juan Manuel Ojeda Sotomayor.
* Días antes a Ojeda Sotomayor le habían enviado, a
las cercanías de la Procuraduría, un empaque de comida con unas patas de puerco
cercenadas. En el contenedor de alimentos estaba escrito el apellido del
comandante.
De hecho, Ojeda ya
había sido señalado por criminales desconocidos en una narcomanta en mayo de
2015.
Las amenazas a los
policías previo la celebración de las elecciones, completa una oleada de
ataques a las corporaciones policiacas, que iniciaron con el asesinato de la
capacitadora Itzel Medina, de la PGJE,
el 1 de mayo; la ejecución del agente del Ministerio Público, Omar Vázquez
Hidalgo, el 21 del mismo mes; y el homicidio del policía municipal Alberto
Jáureguí el 20 de mayo. Los tres casos, sin avances en la investigación.
MÁS EJECUCIONES EN MAYO DE 2015
Los asesinos no
detenidos, e identificados por las autoridades como parte de bandas del
narcotráfico en Baja California, continuaron con las ejecuciones. De hecho las
balaceras de la semana incluyeron el ataque -por confusión- a la familia
Campos, en el que una madre y dos niños resultaron heridos.
EN TOTAL:
* 54 asesinatos en abril.
* 71 en mayo.
* 231 ejecuciones en lo que va del año en Tijuana.
* 297 en Baja California.
Solo en la semana
del 28 de mayo al 3 de junio, diez hombres fueron asesinados en Tijuana: el
agente Domínguez Murillo, César Antonio Murillo Andrade, José Montiel García,
Rigoberto Rincón Palomar, Carlos Alberto Ramos Mendoza, Noel Ramón Rodelo
López, Agustín Pineda López, Brayan Noel Amaral Flores, Luis Everardo Cevallos
Estrella y una persona no identificada.
Ante el ascenso en
los homicidios, y el nulo mensaje de las autoridades de seguridad sobre las
amenazas directas y los asesinatos, representantes de sectores productivos
solicitaron públicamente cambios de estrategia en materia de seguridad.
De hecho la nueva
racha de inseguridad y violencia se da cuando autoridades del Estado,
Federación y Municipio, presumen una coordinación que no se ve respaldada con
hechos o disminución en la estadística de inseguridad.
AFLORA CORRUPCIÓN POLICIACA
Una de las líneas de
investigación sobre las amenazas dejadas al comandante Ojeda Sotomayor, es que
se trata de fuego amigo. Policías ministeriales que quieren amedrentarlo.
El fantasma de la
corrupción persigue de nueva cuenta a las corporaciones policiacas, tras las
declaraciones hechas por los cuates Roberto Carlos y Marcos Rafael Toscano
Rodríguez, así como lo dicho por Daniel Eduardo Tapia López “El Tanque” después
de su captura el 22 de mayo. Y las entrevistas hechas a partir del ataque a
tres jóvenes el 30 de mayo en la colonia Libertad.
Entre las
declaraciones, por supuesto en propiedad del Ministerio Público, se leen frases
como: “…hay un equipo de municipales deteniendo gente y entregándosela a ‘Los
Aquiles’”, o “…un grupo de ministeriales estuvo acompañando a ‘Los Cuates’
(Cerda Pacheco) la semana pasada, para amenazar a la gente que tenía que
aliarse con ‘Los Aquiles’”.
Además, en febrero
de 2015 se habló de la captura de unos narcomenudistas y el robo de 10 kilos de
cristal por parte de agentes ministeriales, que originalmente se hicieron pasar
por elementos de la agencia de Narcomenudeo. Pero se descubrió que los
perpetradores estaban asignados a la zona en Tijuana, y ello causó la remoción
de los jefes en la delegación La Mesa. Se han detectado otros tres casos
similares.
Y en el caso de los
policías recientemente asesinados, la versión al interior de la corporación ha
sido: “Busquen dentro de la Policía”.
La información no ha
sido aceptada por los titulares de las corporaciones, ni las investigaciones
han avanzado para determinar el nivel de corrupción al interior de las mismas,
pero tales declaraciones despertaron mayor desconfianza entre unos y otros,
descuidando con ello la seguridad de los tijuanenses.
LAS CORONAS FÚNEBRES
En 22 días, Juan
Manuel Ojeda Sotomayor, comandante operativo de la Procuraduría de Justicia de
Baja California, ha recibido tres mensajes anónimos, presuntamente de miembros
del crimen organizado, que se interpretan como amenazas.
La noche del martes
2 de junio, alrededor de las 9:00 pm, agentes operativos en las instalaciones
de la PGJE en Zona Río Tijuana, fueron llamados y congregados en las oficinas
de la Unidad de Robo. Hasta ese lugar había llegado una persona con una corona
funeraria que en el listón llevaba escrito “Sotomayor”, que corresponden a la
clave al segundo apellido del comandante
Ojeda.
La persona que
llevaba la corona fúnebre era un taxista que forma parte de un servicio
prepagado a una florería ubicada en Calle 9 de la Zona Centro en Tijuana, fue
entrevistado y se limitó a explicar que lo habían contratado. En la florería
solo pudieron describir al comprador como un hombre alto, delgado, moreno y con
poco cabello.
Antes, el lunes 1 de
junio, también en las inmediaciones de las oficinas de la PGJE en Zona Río,
sobre una banqueta dejaron una bolsa de plástico con un contenedor de espuma
sólida como el utilizado para empacar comidas para llevar; en el interior había
unas una patitas de puerco y, sobre la caja, escrito el apellido Sotomayor.
Los elementos de la
Ministerial descubrieron el paquete con las patas de cerdo luego de recibir una
llamada anónima: “Hablaron para avisar que habían dejado algo afuera, a un lado
del teléfono”.
El 11 de mayo, el
nombre del comandante Ojeda fue escrito en una narcomanta que desconocidos
colgaron en el puente de la Central Camionera de Tijuana, supuestamente firmada
por la capacitadora de la PGJE asesinada el 1 de mayo, Itzel Medina. En el
mensaje de la manta se acusaba a Marco Javier Luján Rosales de mandar matarla,
y al comandante de no hacer lo suficiente por capturar a los homicidas de la
joven.
Al respecto, el
subprocurador de Zona Tijuana, Gilberto Cota, jefe de Ojeda, respaldó el actuar
del comandante y señaló que pese a considerarlos puntos de alerta, no los están
tomando como amenaza de criminales porque solo han puesto su nombre, no se han
dado advertencias; aunque reconoció el mensaje implícito en la corona
mortuoria, “pero nosotros seguimos trabajando”.
En la Secretaría de
Seguridad Pública Municipal de Tijuana, la amenaza a los policías municipales
llegó muy temprano el 31 de mayo, antes
de las 7:00 am, frente a la casa del agente
Jesús Alberto Torres Estrada en el fraccionamiento Villas del Sol,
Delegación La Presa.
La corona era de
flores blancas y tenía un listón negro en el que se leía “Torres y Alavez 022
Por Ratas, atte. El Aquiles”. Contrario a lo acostumbrado, el Ayuntamiento no
intentó ocultar el hecho y lo denunció, con el agregado de que “esos agentes no
traen buenos antecedentes”.
Alberto Torres y
Víctor Hugo Alavez están asignados a la delegación Cerro Colorado.
CAE OTRO POLICÍA
Aproximadamente a
las seis de la tarde del martes 2 de junio, el agente municipal Carlos
Domínguez Murillo llegó a la caseta de Policía instalada a un costado del
parque en la colonia Independencia para montar turno, lo asignaron a ese punto
fijo porque estaba convaleciente.
En febrero, mientras
perseguían y disparaban contra un sospechoso, su entonces compañera, llamada
Lilian, lo hirió. Una de las versiones internas indica que la mujer se sintió
mal y renunció; otros, reclaman que esos hechos no se investigaron, pese a que
la ex policía “tenía relación con miembros de la delincuencia”.
Al arribar a la
caseta, a “El Chato” Murillo lo esperaría una pareja de agentes, pero no
estaban en el lugar. Casualmente se habían retirado -dejando sola caseta de
seguridad- para cargar gasolina, justo cuando ocurrió el ataque a Domínguez.
De acuerdo a
testigos que se ejercitaban en el parque, pudieron ver en la zona a “una güera”
que al parecer era besada y abrazada por un hombre que de espaldas solo
pudieron identificar porque traía una chamarra negra con la leyenda “BMW”, en
la segunda vuelta, ya no los vieron, y en la tercera escucharon los balazos y
después vieron correr a un hombre “alto y flaco, con sudadera gris de
capuchón”, que se dirigió a la calle Nueve y por ahí bajó rumbo a la Zona
Centro.
“El agente estaba
comiendo -en su vehículo, una Tahoe blanca- cuando el homicida se acercó;
parece que alcanzó a ver a sus asesinos porque se echó a un lado, pero no pudo
evadir el ataque”. En el automóvil del victimado, los investigadores
localizaron una chamarra negra con las características descritas por los
testigos.
Hasta el momento los
policías entrevistados por la Procuraduría aseguran que su compañero no tenía
vínculos criminales y era muy calmado.
MÁS BALACERAS
El lunes 1 de junio
no hubo muertos en Tijuana, sin embargo, una familia sin antecedentes
criminales fue atacada a tiros. Médicos del Hospital Del Prado salvaron la vida
de un adolescente de 14 años que fue baleado.
Alrededor de las
6:30 pm, la familia Campos, cuyo padre es contador y renta un domicilio en
Colinas de Agua Caliente, Delegación La Mesa de Tijuana, regresaban a su casa.
Habían recogido a sus hijos en el centro educativo Agua Caliente, y pasaron por
unas nieves en Plaza Campestre. Decidieron estacionarse en el lugar del vecino
Carlos Humberto Ceseña, quien le había dicho a la esposa que estaría dos días
fuera y podían usar su espacio.
La madre y su hijo
de 14 años bajaron del auto a tirar la basura de la nieve y regresaban al carro
cuando desde un vehículo negro los balearon y huyeron.
Dentro del vehículo
estaban el padre, una niña de 11, y dos varones de 16 y 12 años.
Herido, el
muchachito de 14 corrió para esconderse frente al carro, la mujer se subió
tratando de protegerse y cuando concluyó el ataque, se dieron cuenta que el
joven tenía herida una pierna -le dieron en la arteria femoral, poniendo en
peligro su vida-.
La herida en la
pierna de la madre fue menor. A la niña le dieron un tiro en el brazo, el perro
que llevaba en el regazo murió, pero impidió que la bala penetrara el estómago
de la menor.
De acuerdo a la
PGJE, los padres de familia no tienen antecedentes de actividad o relaciones
criminales. Pese a que había suficiente luz para que los asesinos vieran a la
familia, la principal línea de la Procuraduría es que “los confundieron”.
El vecino Humberto
Ceseña sí está siendo investigado, sobre todo a partir de que los grupos de
inteligencia de por lo menos dos corporaciones, lo relacionan con Arturo Gómez
Herrera “El Gross” identificado como matón de Alfonso Arzate “El Aquiles”.
Aparte, uno de los autos en la zona fue relacionado con una mujer dedicada al
tráfico de personas.
En la semana fueron
asesinados:
César Murillo,
identificado como taxista y vendedor de droga; José Montiel, a quien ubicaron
como consumidor de enervantes con cargos de robo con violencia; el taxista Noel
Rodelo, ultimado por su copiloto; el identificado por la Policía como vendedor
de droga en Valle de Las Palmas, Agustín Pineda; Brayan Amaral, a quien
ubicaron como asaltante de establecimientos Oxxo; Luis Ceballos, baleado con
otros dos en la Zona Norte; y un hombre desconocido cuyo cuerpo apuñalaron y
abandonaron en la carretera al aeropuerto.
Mientras a Rigoberto Rincón y Alberto Ramos,
los asesinaron en un ataque dirigido a Rubén Sánchez Ornelas -consignado por
narcomenudeo e investigado por homicidio-, el único que sobrevivió al ataque del
30 de mayo en la colonia libertad.
DETENIDOS
El saldo positivo de
la autoridad se limita a las capturas.
La noche del 3 de
junio se concretó la detención de los cuates Lucre Antonio y Marco Antonio
Cerda Pacheco, quienes entre 2011 y 2014, fueron capturados en posesión de
armas y por robo con violencia. A finales del año pasado ya los identificaban
como líderes de célula al servicio de “El Aquiles”, encargados de quitar a los
representantes del CAF el control de la Zona Norte y la Libertad.
Posteriormente los
investigadores les ubicaron con criminales de Jalisco y asumieron que querían
independizarse, y, de acuerdo a declaraciones de uno de sus ex cómplices,
Daniel Eduardo Tapia López “El Tanque”, “traicionar al ‘Aquiles’”.
Sin embargo, al
momento de la aprehensión, las autoridades definieron que los cuates seguían
colaborando con los hermanos Arzate, y los ubican como responsables de varios
de los asesinatos ocurridos en lo que va del año en la delegación San Antonio
de los Buenos, Zona Norte y Libertad.
Los hermanos Cerda
Pacheco fueron arrestados en Rosarito, en posesión de droga y armas, en
compañía de otros cinco sujetos a los cuales se remitió a Narcomenudeo de la
PGJE, donde estarían por 24 horas para después enviarlos a la PGR por el delito
de portación de armas. Aún no se define si serán consignados.
DAN 69 PUÑALADAS PARA ABOGADO
El homicidio del
abogado José Miguel Alanís Ahumada apunta directamente a un crimen pasional, lo
anterior se desprende del modo en que fue atacado al recibir 69 puñaladas en el
cuerpo en hechos ocurridos el domingo 31 de mayo, refirieron al interior de la
Procuraduría del Estado.
Alanís Ahumada,
quien fuera regidor suplente en el periodo de Rodolfo Valdez, fue encontrado
muerto en su vivienda en Hacienda del Río por sus familiares en la tarde el
mismo domingo, pero la autopsia realizada por el Servicio Médico Forense señala
que el cuerpo ya presentaba rasgos de descomposición, por lo que su muerte se
pudo producir desde el viernes 29 de mayo.
La línea del crimen
pasional seguida por la PGJE se basa en que encontraron el cuerpo desnudo, no
se forzaron las puertas ni ventanas del domicilio, además de que, a simple
vista, no se apreciaba que faltara alguna pertenencia de valor, por lo que el
robo quedó prácticamente descartado.
Aunque son pocas las
pistas que se tienen sobre el agresor, Francisco Acuña Campa, jefe del SEMEFO,
afirmó que existió saña en el homicidio, porque se contabilizaron 69 puñaladas
que iban desde el cuello, pecho, tórax y genitales.
Alanís Ahumada fue
el regidor suplente de Pedro Antonio Arvizu Corasero del Partido Acción
Nacional en la administración de Rodolfo Valdez pero nunca lo cubrió, además,
información obtenida por ZETA señala que el abogado no atendía casos de
narcotráfico, aunque será la misma PGJE quien descarte esta posibilidad.
(Cristian Torres)
LA SALIDA DE SIDA
En conferencia de
prensa realizada el 3 de junio de 2015, Alejandro Lares Valladares, titular de
la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), confirmó la salida de
Patricia Sida Wilkes como directora de Policía y Tránsito Municipal, para
ocupar otro cargo dentro de la corporación.
Lares declaró que
Sida Wilkes habría solicitado este cambio desde hace meses, ya que las
exigencias del cargo le habrían impedido atender situaciones familiares.
El secretario
aseguró que a pesar de esto, Sida Wilkes nunca incumplió con su deber y que
tiene la “plena capacidad de desarrollar esta y otras funciones”, siendo que a
partir de mañana ocupará la Unidad de Seguimiento a Detenciones Policiacas, por
sus “conocimientos jurídico-técnicos y operativos” frente al Nuevo Sistema de
Justicia Penal.
“La estructura de
mandos no cambia, pero sí se perfecciona con algunas figuras nuevas que después
daremos a conocer” aseguró Lares, mientras que la Dirección de la Policía
Municipal carecerá de titular, encargándose de la misma en lo operativo Omar
Green y en lo Administrativo, Ariel Moreno, mandos que ya vienen desempeñando.
El funcionario
reiteró que dicho cambio no obedece al clima de inseguridad que se vive en la
ciudad y que “los cambios se hacen de
acuerdo a estrategias”.
Agregó que de manera
posterior se nombraría a un nuevo director de la corporación, que cumpla con
los lineamientos que señale el reglamento, un currículum y un perfil acorde al
puesto solicitado, sin existir una urgencia por realizar un nombramiento, ya
que el área operativa y administrativa se encuentran cubiertas.
Veinticuatro horas
antes del anuncio, el Ayuntamiento de Tijuana evidenció la falta de
coordinación interna en el tema de seguridad. El 2 de junio empezó a circular
le versión de la salida de la directora,
desde meses atrás se mencionaba que un familiar cercano enfrenta una grave
enfermedad y requería el tiempo y concentración de Sida. La mañana de ese
martes, funcionarios corroboraron que se había realizado una reunión en la que se decidió reubicarla.
Desde el
Ayuntamiento, el director de Comunicación, Rodrigo Bustamante, confirmó la
salida, y agregó que el proceso había estado a cargo del secretario de Gobierno, Bernardo Padilla,
quien después se comunicó a ZETA para negarlo y asegurar que ese tipo de
trámites son solo facultad del alcalde Jorge Astiazarán, y en entrevista, se
negó a ratificar el dato.
La reacción de
Alejandro Lares también fue desafortunada, porque en su calidad de superior
directo de Sida, durante todo el día
previo a la remoción, señaló desconocer que la funcionaria sería reubicada,
incluso en algún momento dijo que él no había sido “informado”.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Investigaciones ZETA
/ 08 de Junio del 2015 a las 12:00:48)
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