Después del
crimen de un inocente por confusión en la colonia Revolución, la gente de “El
28” y de “El Pepillo”, comenzaron un pleito entre las “Fuerzas Especiales de
Dámaso” en La Paz
Después de seis
meses de participar juntos en levantones, ejecuciones, balaceras, fusilados y
hasta descuartizados en la ciudad de La Paz, Baja California Sur, los
cabecillas de las Fuerzas Especiales de Dámaso, entraron el 16 de enero en una
fuerte pugna interna luego del crimen de un civil inocente, quien por
confusión, fue ultimado de 4 tiros, cuando descansaba en su cama junto con su
esposa dentro de su vivienda localizada en la calle Bernardo Maldonado entre
Luis Barajas y Enrique Von Borstel en la colonia Revolución de la capital del
estado.
Según las primeras
investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) los
sicarios pretendían asesinar a los hijos del señor Humberto Juárez Lucero, de
54 años.
Los testigos
explicaron que la noche del ataque –alrededor de las 10 de la noche— uno de los
sicarios ingresó armado al domicilio, preguntó por Humberto Juárez. Al entrar a
la habitación del señor, el padre de familia respondió “yo soy”, por lo que el
pistolero disparó en cuatro ocasiones en contra de la víctima y todavía
preguntó por los otros dos hermanos.
La esposa de nombre
Gabriela Mora Angulo, de 35 años respondió que “no estaba ninguno de sus tres
hijos en la vivienda”, a quienes presuntamente buscaban, y la persona que
habían atacado era el padre, por lo que el homicida salió del lugar.
El cuerpo de
Humberto Juárez, de oficio pescador, quedó tendido sobre la cama; vestía un
pantalón de mezclilla, cinto negro y camisa tipo polo color verde. En la escena
del crimen, la PGJE encontró 4 cartuchos percutidos calibre 45, y cuyas balas
hicieron blanco en el pecho y la espalda de la víctima.
Los matones –de
acuerdo a las indagatorias— pretendían asesinar esa noche a los hijos de la
víctima, quienes responden a los siguientes nombres:
1.- Josué Humberto Juárez Mora “El Pollón”, de 26 años
de edad.
2.- José Carlos Juárez Mora “El Pala”, de 24.
3.- Jonathan Omar Juárez Mora “El John”, de 23.
Después del crimen,
los tres órdenes de gobierno, iniciaron un operativo de búsqueda de los agresores,
y justamente cuando circulaban por el lugar, la Policía Estatal Preventiva,
interceptó a una camioneta línea Cherokee y marca Jeep, y donde viajaban las
siguientes personas.
1.- Eduardo Martín Alvarado “El Kumi”.
2.- Eduardo Hernández Mendoza “El Cóndor”.
Los dos sujetos
–según el parte informativo— “al observar a la patrulla, pretendieron huir y
aceleraron la velocidad, pero fueron alcanzados y se les marcó el alto”, y
entonces descendieron del vehículo, y el cual fue sujeto de revisión.
En el interior de la
unidad fueron encontrados 23 envoltorios de plástico conteniendo cristal, y
otro envoltorio que contenía mariguana.
Los detenidos y la droga fueron puestos a disposición del
Agente del Ministerio Público del Centro de Operaciones Estratégicas (COE).
LAS DELACIONES
Durante el
interrogatorio, Eduardo Martín Alvarado “El Kumi”, cayó en una serie de
contradicciones sobre lo que andaba haciendo esa noche muy cerca de la escena
del crimen, y terminó por confesar que había participado en el crimen porque
los hijos de la víctima de 54 años, Josué Humberto, José Carlos y Jonathan Omar
de apellidos Juárez Mora, no se habían querido alinear en la venta,
distribución y trasiego de droga en esa zona de la ciudad, después de que
durante mucho tiempo habían formado parte de su célula criminal.
El delincuente dijo
trabajar para la gente de la Zona Sur, es decir, y fue más explícito, para
Alejandro Sánchez Trejo “El Frank”, “El Frane” o “El Peinado”, y su brazo
derecho, José Fernando Torres Montenegro y/o José Francisco Ojeda Torres “El
Pepillo”.
Cuando los agentes
de investigación preguntaron cuál había sido su participación en el homicidio,
dijo que él había “puesto” a los tres hermanos, había dado la ubicación del
domicilio y llevó a los sicarios hasta afuera de la casa, y después que
ingresaron y mataron por error al padre, huyó del lugar y fue cuando lo
interceptaron.
Sin necesidad de
presionarlo, “El Kumi”, reveló que ese crimen era prácticamente el primero de
una fuerte pugna que se había desatado entre Las Fuerzas Especiales de Dámaso,
porque –según explicó—“la gente de El 28, andaba ofreciendo venta de droga más
barata y de mejor calidad a todos los vendedores de El Pepillo, y algunos ya
estaban empezando a jalar con él”, como es el caso de los hermanos Josué
Humberto, José Carlos y Jonathan Omar de apellidos Juárez Mora.
El criminal dijo que
eso “había molestado a El Pepillo, y entonces pidió a toda su gente estar
alerta y detectar y ubicar a todos los traidores para chingarlos”, incluso
–según su declaración preparatoria— “había mucha tensión ahorita en la ciudad
porque El 28, había enviado la advertencia de que el que no jalara con él iba
ser arremangado, como lo habían estado haciendo con la gente de Ismael El Mayo
Zambada”.
El delincuente dijo
que por esa razón “El Pepillo” retiró el apoyo logístico, económico y de
pistoleros a “El 28”, quien mandó a un grupo fuerte de Sinaloa para
establecerse y pelearle la plaza a “El Pepillo” y a Rolando González Moreno “El
Compadrón” y Luis Antonio Montoya Beltrán “El Montoya”, “El Artista” o “Don
Carlos”.
En sus
declaraciones, “El Kumi”, dijo que “El 28” no es Víctor Barraza Martínez “El
Vidal” o “El Víctor”, sino otro bato mucho más pesado, y del cual ofreció datos
y santo y seña, del jefe criminal.
No obstante, la
información fue entregada a la Unidad Especializada de Investigación de Delitos
contra la Salud de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de la
Delincuencia Organizada (SEIDO).
Las revelaciones de
“El Kumi” son para un integrante del llamado Grupo de Coordinación de Seguridad
Pública de Baja California Sur, “muy preocupantes”, porque –según su
perspectiva— “estamos ante un nuevo frente de batalla”, es decir, la pelea por
la plaza del narcomenudeo va a subir de nivel porque ahora son tres los grupos
criminales en pugna. Son los siguientes.
1.- Alejandro Sánchez Trejo “El Frank”, “El Frane” o
“El Peinado” y José Fernando Torres Montenegro y/o José Francisco Ojeda Torres
“El Pepillo”, y quienes tienen como brazo armado a Édgar Amílcar Acosta Reyes
“El Rayo”.
2.- Rolando González Moreno “El Compadrón”, y quien
tiene como su brazo armado a Luis Antonio Montoya Beltrán “El Artista”, “El
Montoya” o “Don Carlos”.
3.- “El 28”, y del cual hasta este momento se
desconoce su verdadera identidad, y su estructura criminal.
Al cierre de esta
edición, la PGJE había ejecutado una orden de aprehensión en contra de Eduardo
Martín Alvarado “El Kumi”, como uno de los responsables del crimen del señor
Humberto Juárez Lucero, víctima de una confusión.
LOS CRÍMENES
Un día después del
asesinato del pescador, por la tarde, un nuevo crimen sacudió a la ciudad de La
Paz.
Esta vez, reportaron
una persona muerta tirada sobre un camino vecinal rumbo al corralón municipal
de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal
de La Paz entre las colonias Perla del Golfo y La Fuente en la capital del
estado.
Después del
hallazgo, la PGJE, encontró el cuerpo sin vida de Hermenegildo García Mendoza,
de 30 años, y originario de La Paz, y en cuyo lugar se encontraron 6 cartuchos
percutidos por una pistola calibre 45.
La víctima tenía el
tiro de gracia por la nuca y cuya bala atravesó la cabeza y salió por la boca.
Las pruebas de
balística arrojaron que el arma disparada fue la misma que asesinó un día antes
al señor Humberto Juárez León, por lo que se presume –según los agentes de
investigación– que la víctima es gente de “El 28”.
Con estos dos hechos
de sangre el número de homicidios vinculados al crimen organizado subió a 62,
53 de los cuales fueron cometidos en el 2014 y 9 en lo que va del 2015.
Esta semana que
termina la violencia hizo una pausa, pero –según un integrante del Grupo de
Coordinación de Seguridad Pública—“con tres grupos criminales disputando la
plaza del narcomenudeo habrá de subir de tono y la ola de asesinatos en la
capital del estado”.
CAMBIOS EN SSPE
A poco menos de seis
meses de terminar la administración del gobernador del Estado de Baja
California Sur, Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, y en medio de la ola de
violencia que sacude La Paz, finalmente y tras una serie de resistencias, el
jueves 22 de enero hubo cambio en la Subsecretaría de Seguridad Pública Estatal
(SSPE).
Por instrucciones
del gobernador, el secretario general de Gobierno, Andrés Córdova Urrutia, tomó
posesión a Juan Pablo Noriega Rangel, en sustitución de Martha Cecilia Garzón
López.
Anteriormente, el
nuevo responsable de la Seguridad Pública fue director del Instituto
Interdisciplinario en Ciencias Penales, y director de Averiguaciones Previas de
la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Según su curricular,
es licenciado en Derecho y se tituló en el año 2000, en la Universidad Autónoma
de Aguascalientes.
Noriega tiene el
enorme reto de recuperar la credibilidad en esa noble institución, señalada y
sacudida por agentes, comandantes y funcionarios que, según algunas
averiguaciones previas, han sido vinculados con grupos criminales responsables
de la ola de violencia en La Paz.
La hoy ex
subsecretaria Martha Cecilia Garzón López era el penúltimo eslabón del grupo
que prácticamente se había apoderado de la institución, y estaba al servicio
del crimen organizado.
Hoy, únicamente
queda el comisionado de la Policía Estatal Preventiva, Francisco Javier Camacho
Manríquez, y algunos agentes y comandantes investigados por la PGJE y la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO).
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ BCS/Investigaciones ZETA/ 28 de Enero del 2015 a las 12:00:01)
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