jueves, 6 de marzo de 2014

DAN ÚLTIMO ADIÓS A JOVEN ASESINADA EN MAZATLÁN




"Vete tranquila que yo me hago cargo de ellos", prometió la hermana menor de Azucena, al pie de la tumba
        
MAZATLÁN.- Marianita, de 6 años, lloró bajito, se tapó la cara con sus manos mientras sepultaban a su mamá; su hermano Javiercito, de apenas 8 meses, se durmió en ese momento.

La niña entendió la despedida, él algún día sabrá que su mamá fue la joven asesinada en la Plazuela Machado, un martes de Carnaval.

"Vete tranquila que yo me hago cargo de ellos, descansa, no tengas pendiente", prometió la hermana menor de Azucena, al pie de la tumba.

Azucena Pacheco Rohas, de 30 años, perdió la vida de dos disparos.

Ayer a las 11:30 horas su cuerpo salió de la funeraria a la parroquia La Sagrada Familia, en Lomas de Mazatlán, ahí el padre Amador Campos la recibió.

"Hay mucha tristeza, pero tengan fe, esa fe da esperanza. Algún día se encontrarán con ella", les dijo a los familiares.

El dolor fue desgarrador.

Nadie aguantó el llanto, nadie entendía la muerte de Azucena, así tan de repente. En cambio todos quieren justicia, respuestas, hechos.

"Ay Diosito Santo, ayúdame con este dolor, no voy a poder, no puedo. El corazón me explota, me duele de tanta tristeza. Malditos los que le hicieron esto a mi muchachita", gritó doña Esperanza en el sepelio.

Azucena era ama de casa, la madrugada del crimen estaba en la Plazuela Machado con amigas de la infancia.

Ayer su esposo Francisco, cargó al bebé durante el sepelio, lloró lo que pudo.

"Duraron dos años de novios y se casaron en diciembre. Ella estaba feliz, tranquila, era hermosa mi niña. Ya no hay nada qué hacer, lo que sí se puede hacer es castigar al que hizo esto", reclamó doña Esperanza Rojas, de 56 años.

El sepelio de Azucena fue más allá de la tristeza. El dolor se olía, penetraba el ánimo colectivo.

Azucena era la tercera de cuatro hermanos, en 2004 falleció el mayor, el varón, también a disparos. Hoy a doña Esperanza sólo le quedan dos hijas. A su esposo también lo perdió hace 25 años en un accidente vial.

Los hijos de Azucena se despidieron de ella para siempre.

"La niña ha llorado mucho. Ya habrá tiempo de explicarle a Javiercito cuando pregunté", dijo una prima de Azucena.

JUSTICIA, NOMÁS

Antes de sepultar a su Azucena, doña Esperanza reveló que ninguna autoridad se había acercado a informar, tampoco para el pésame.

"Nadie (se ha acercado) porque no les interesa, ni una llamada, ni una muestra de apoyo", dijo casi llorando.

"Queremos lo que todos piden: Justicia, nomás", agregó doña Esperanza.

(NOROESTE/ Sheila Arias/ 06-03-2014)

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