sábado, 2 de noviembre de 2013

MIENTE OMAR NÚÑEZ: OSCAR ACOSTA



Asegura que el ex presidente del PAN no dimensionó alcances de falsas declaraciones ante el MP

Carlos Razcón Valenzuela
Como un caso de “bullying” político que derivó en desgracia --por la muerte de María de Jesús Llamas Cornado--, calificó el profesor Oscar Acosta Castro el caso de Omar Núñez Caravantes; a éste último lo consideró un mitómano irredento, que no dimensionó los alcances de sus falsas declaraciones ante las autoridades.

 Aunque ya no es militante activo, el mentor aún apoya políticamente y tiene muchos amigos al interior del Comité Directivo Municipal (CDM) del Partido Acción Nacional, del cual fue presidente de 1995 al '97.

Al igual que a otros reconocidos activos del PAN, no le extraña sobremanera la afición de Omar Núñez por la mentira, “la cual practica como si fuese deporte”.

“La cosa fue de volada: me agarraron y metieron a la casa; me desnudaron, tomaron fotos y, se fueron”, sintetizó Omar Núñez lo que le ocurrió a la primera hora de aquel viernes 26 de septiembre en casa de su amiga “La China”, enclavada en colonia Petrolera; “no mencionó pistola alguna y me confió que no le golpearon”, indicó Oscar Acosta.
Llamado en dos ocasiones por Omar Núñez --desde su celular, que tampoco le robaron-- llegó en unos once minutos al lugar del suceso; conoció de primera mano el evento, narrado por la presunta víctima, así como por María de Jesús Llamas “y el novio de una prima” que estaba en la misma casa, cuidándole los niños mientras “La China” salía con el licenciado en educación física y ex delegado regional de SEC.

Las falsedades de Omar Núñez empezaron desde poco antes de las dos de la mañana de aquel viernes cuando desde la calle, retirado del domicilio donde ocurrieron los hechos, le hace señas con brazos y manos a Oscar Acosta, para indicarle su posición; cuando llega a él, ¡ya está atado y con la camisa desabotonada!

“Es que le dije a ellos --señaló a La China y a su acompañante-- que me dejaran así para que me vieras y me sirvieras de testigo...”.

Pero como testigo lo ofreció la defensa de Francisco Javier López Lucero, del ex policía municipal Ernesto Guadalupe Lemus Trillas, así como del fotógrafo Sergio Rafael Covarrubias Johnson, Sergio Francisco Millanes Grijalva y Francisco Javier Oseguera Sánchez; todos ellos, al igual que en su oportunidad “La China” le confió a su abogado, fueron paseados de noche, por la periferia --dos de ellos confesaron golpes-- y luego obligados firmar declaraciones ya elaboradas, sin leerlas.

A su esposa la regidora Irasema Ramírez Soberanes y al mismo Oscar Acosta, con quienes siempre se ha conducido con verdad, López Lucero sostuvo que las declaraciones que firmó ante el Ministerio Público del Fuero Común del Sector I, no son sus palabras: Y jamás mencionó a político alguno, del PRI ni del PAN, que le hayan encargado darle “un escarmiento pero con mano izquierda” a su heredero en la dirigencia panista.

A la media hora de que Oscar Acosta le recomendara denunciara los hechos, Omar Núñez exclamaba una ola de imprecisiones al agente de la PEI en turno, éste tuvo que exigirle se dejara de fregaderas y hablara con la verdad, si quería se le resolviese el asunto; lo mismo le pidió su amigo que le dio el primer “salvataje”.

Cuando llegan a casa de “La China”, el carro de Omar estaba en la acera, cuando dijo lo había dejado frente al mismo domicilio; tampoco permitió se lo llevasen a la PEI para extraer posibles huellas dactilares de sus atacantes.

Es que, cuando los agentes y Oscar le acompañaron hasta Guaymas Norte, ya estacionados Omar sacó debajo del asiento de su auto, la cartera que supuestamente le habían hurtado, con diez mil pesos en efectivo; en ella aparecían sus tarjetas bancarias, también.

El resto, incluyendo la conferencia de prensa en Hermosillo con el dirigente estatal Juan Bautista Valencia Durazo y desmentido al procurador Carlos Navarro Sugich, más otros señalamientos contra autoridades municipales, para Oscar Acosta son actos magnificados por Omar Núñez, tal vez en intento por posicionarse como víctima y de allí ir en busca de algún cargo de elección popular.

(LA VOZ DEL PUERTO / Carlos Razcón Valenzuela/ 02 de Noviembre 2013)        

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