lunes, 15 de julio de 2013

PANDILLAS SIN CONTROL

Saltillo, Coahuila.- El crecimiento inusitado de las pandillas en los últimos 10 años originó que éste sea uno de los problemas sociales más agudos para la capital del estado, según cifras del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública en la Región Sureste, que estima que en este año existen al menos 800 pandillas en las 860 colonias saltillenses.

Armando Gutiérrez González, presidente del organismo ciudadano, aseguró que el incremento de pandillas es alarmante e incluso se prevé que ya rebasó a las autoridades municipales, debido a que cada una de estas pandillas cuenta con un buen número de integrantes, lo que difi culta mantener la seguridad ante los robos, el vandalismo y la alteración del orden.

“El problema es serio porque la autoridad realmente está rebasada.

Hay más pandillas que policías; hay quien dice que Saltillo tiene 860 colonias y se estima que hay entre 800 y 900 pandillas. No necesariamente hay en las colonias residenciales, pero sí se sabe que hay sectores en los que llega a haber de cuatro a cinco grupos y eso balancea el equivalente de todas las colonias”.

Gutiérrez expuso la estimación basado en una prevalencia específica que señala que en 2010 se contabilizaron

alrededor de 575 agrupaciones delictivas, mientras que en 2007 la población de pandillas era de 300 congregaciones, según cifras del INEGI y de la Policía Preventiva Municipal.

“En el 2000 habíamos contabilizado alrededor de 420 pandillas registradas y hemos visto cómo esto ha ido al alza con el paso de los años. En 2007 la situación y la cifra se redujo a 300 pandillas, pero esto se debía a los confl ictos con organizaciones del crimen organizado que tomaron el control y reclutaban a algunos pandilleros para hacer todo tipo de actividades”.

El especialista reiteró que el incremento volvió con el repliegue del crimen organizado por la presencia de elementos del Ejército y de las autoridades de los tres niveles de Gobierno, lo que reactivó el surgimiento y la restitución de las pandillas, que en los últimos años comenzaron a recuperar sus territorios y a ajustarse a las rivalidades entre colonias y al interior.

“Las mismas familias los replegaron a sus casas para evitar que estuvieran en el fuego cruzado entre las autoridades y el crimen organizado.

Pero ahora que el crimen organizado va a la baja, según los datos ofi ciales, se ve que este problema regresó porque hay choques de violencia y rivalidad entre las pandillas para disputar alguna colonia o para alcanzar la hegemonía frente a otros grupos”.

EL ORIGEN DE LA PANDILLA

Gutiérrez insistió que el principal problema por el que las pandillas logran arrastrar a la juventud es por la falta del sentido de pertenencia, ya que el núcleo familiar experimenta disfunciones o fallas que obligan a los jóvenes a buscar la aceptación social de un grupo, donde la lealtad y el compromiso con sus semejantes le da un sentido de protección y al mismo tiempo de protector.

“Debemos manifestar nuestra preocupación como sociedad ante un tema tan importante, porque el incremento de las pandillas se ha ido a la alza, no sólo en grupos, sino también en su peligrosidad. El asunto es muy sencillo, el pandillerismo se origina desde la desintegración familiar.”.

El especialista en seguridad aseguró que el crecimiento de las pandillas se origina por la desintegración familiar, las condiciones de marginación y la precaria educación que los jóvenes entre los 13 y los 21 años reciben en los hogares.

“Los muchachitos no tienen formación.

El problema serio es que esto no radica en las autoridades porque están totalmente rebasadas.

La obligación de formar e informar a los hijos depende de los padres de familia. Ellos no lo hacen por las carencias y el cansancio de las jornadas laborales y eso ocasiona que la suma de factores los induzcan a ingresar a una pandilla”.

Gutiérrez reveló que según datos de la Policía Municipal, del 1 de marzo al 30 de junio se detuvo a 115 personas por semana relacionadas con pandillas, la mayoría siendo aún menores de edad.

“La mayoría de las faltas que cometen los pandilleros son riñas, alterar el orden público, insultar a la autoridad, hacer grafi tis y utilizar armas punzocortantes o piedras cuando tienen algún enfrentamiento con alguna pandilla rival. Son territoriales y esto se refl eja con las pintas que realizan para delimitar las fronteras de las calles que tienen ‘bajo su control’”.

ZONAS DE GUERRA

El presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad reveló que el rango de peligro y riesgo de las pandillas ocupa una buena parte de la extensión territorial de la ciudad, aunque especifi có que las principales zonas de riesgo se ubican en los extremos suroriente y surponiente de la ciudad.

“Las cinco colonias más peligrosas por la violencia con la que operan las pandillas son la Federico Berrueto Ramón, donde operan ‘Los Catrines’; Santa Teresa, con ‘Los Bóxers’; La Minita, con los ‘Hommies’; San Isidro, con ‘Los Vampiros’; Vicente Guerrero, con ‘Los Ponys’ y la Cerro del Pueblo, con ‘Los Calaveras’”.

Sin embargo, Gutiérrez explicó que otras zonas que se integran al rango de mayor peligrosidad son colonias como Miguel Hidalgo, Vicente Guerrero, María Luisa, Guayulera, Chamizal, Valle Verde, Santa Teresa, Anáhuac, Isabel Amalia, Tierra y Libertad, Valle de las Flores y Pueblo Insurgente.

“En algunos territorios no permiten que los vecinos de otras colonias pasen por las calles del territorio, que asumen está bajo su control, porque tienen rivales en esas zonas. Esto es un problema en el que tenemos que colaborar los padres de familia, el Gobierno con las corporaciones de seguridad y las organizaciones civiles como la iglesia y centros comunitarios, para que haya grupos de formación que saquen a los jóvenes desorientados de las pandillas”.

El consejero determinó que a la par de estos sectores populares se integran y recrudecen los actos de vandalismo y robos con violencia a transeúntes y negocios en el suroriente y norponiente de la ciudad, en colonias como Zaragoza, Morelos, Mirasierra, Fundadores, Omega y Asturias.

Además, agregó entre otras zonasde riesgo a colonias como Tierra y Libertad, Herradura, Nueva Imagen y Tlaxcala, donde las actividades de las pandillas han tomado más fuerza, junto a colonias como Buitres, Tanquecito, Lomas de San Javier y Universidad Pueblo, entre otras.

“Esto puede ir creciendo más y tomar más fuerza, como pasa en algunas colonias, donde los pandilleros se organizan y salen a otras colonias para delinquir. Principalmente lo que hacen es atacar negocios y comercios establecidos, y por eso es que tenemos que estar preparados para que haya formas de que estos muchachos sean hombres de bien”.
 
(ZOCALO/  Redacción /15/07/2013 - 04:00 AM)

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