Culiacán, Sinaloa.- La violencia, extorsiones y secuestros que se viven en la sierra de Sinaloa dieron por vencidas a miles de familias que huyeron de al menos 20 pueblos del centro y sur del estado para asentarse en cabeceras municipales de Mazatlán, Sinaloa de Leyva y Badiraguato.

De acuerdo con autoridades locales, más de 2 mil 300 familias han dejado sus hogares, ranchos y ganado para huir a los municipios grandes en busca de seguridad.

Comunidades como Ocoroni, San José de Hornos, Los Laureles, La Manza, La Joya de los Martínez, Los Alamitos, entre otros de Sinaloa de Leyva, se han ido quedando desiertos tras la huida de sus pobladores que llegaron a la cabecera municipal a vivir aunque sea en la vía pública, reveló el presidente municipal Saúl Rubio. A ellos, dijo, hubo que reubicarlos en otros sitios en casas prestadas o con rentas bajas.

Mencionó que la mayoría de las 300 familias que llegaron este 2012 fueron reubicadas a Surutato, en el municipio de Badiraguato.

“Fue necesario el traslado porque se hacinaron en la vía pública en busca de caridad”, detalló y pidió ayuda al gobierno federal y estatal para atender la situación que es un peso fuerte para la alcaldía.

Además reveló que varias escuelas fueron cerradas porque huyeron los alumnos, entre ellas una telesecundaria en la sindicatura San José las Delicias. Según el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en el estado, han sido reubicados 14 maestros que también se fueron por inseguridad en esos poblados.

En la zona serrana del centro y norte del estado se han presentado recientemente varios enfrentamientos. El último ocurrió el sábado 28 de abril cuando un choque entre militares y presuntos delincuentes en Choix dejó 22 muertos.

El éxodo también se registró en la zona serrana del sur del estado. En Mazatlán las autoridades han contabilizado cerca de 2 mil familias que llegaron sólo con lo que traían puesto.
Ahí llegó gente oriunda de pueblos de los municipios de San Ignacio, Concordia y La Noria.

“Es triste ver cómo las madres se van quedando viudas; buscan una forma de sobrevivir y se vienen a las ciudades grandes, pero no consiguen empleo porque no estudiaron”, comentó Marisol Lizárraga, promotora cultural que se ha dedicado a ayudar a los niños que huyen de la violencia dándoles talleres de arte en la cabecera municipal de La Noria mientras éstos son reubicados a otras sindicaturas o municipios.

Más recursos

Alejandro Higuera Osuna, alcalde de Mazatlán, admitió que el puerto necesita más recursos para atender a las personas que huyen de la violencia.

El presidente municipal explicó que no hay espacios para dar un predio a estas familias, y dijo que se reunirá con funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social en Sinaloa para encontrar mecanismos de atención particular para los desplazados.