En entrevista con Azucena Uresti, para Milenio Televisión, dijo que les llama la atención que no existan impactos de bala en ninguno de los cuerpos, sin embargo, aclaró que sigue la investigación.

“Esperamos que esta tarde tengamos la identificación de las personas. Muchos de ellos traen tatuajes, podrían tener indicios que son de Centroamérica, sin embargo no lo podemos afirmar”, aclaró.

LOS HECHOS
Monterrey, NL.-La impunidad con la que opera el crimen organizado en Nuevo León quedó evidenciada una vez más ayer con el hallazgo, sin precedente a nivel local, de 49 cadáveres mutilados a un lado de la carretera libre a Reynosa, en Cadereyta.

Decapitados y con los brazos y las piernas cercenados, los torsos fueron hallados por el Ejército alrededor de las 3:00 horas de ayer en el kilómetro 47, a un lado de un puesto de inspección de la Sagarpa en el entronque a la comunidad de San Juan.

En conferencia de prensa, Jorge Domene, vocero de Seguridad del Estado, reveló que un cártel del narcotráfico se atribuyó la masacre, entre cuyas víctimas –todas, al parecer, mayores de 25 años– fueron contabilizadas seis mujeres.

“Se hace el hallazgo de una manta alusiva en donde se ostenta que los que perpetran este hecho tan violento es autoría de narcotraficantes”.

En el sitio, en el que se desplegaron decenas de militares, ministeriales y policías federales y estatales, también se encontró una pinta de aerosol negro con la leyenda “Z 100%” en el arco de entrada a la citada comunidad.

Domene sugirió que los homicidas cercenaron a las 49 víctimas con el fin de complicar su identificación.

Sin embargo, el procurador de Justicia estatal, Adrián de la Garza, subrayó que no cuentan con denuncias por tal número de personas, por lo que, sin descartar que los occisos sean originarios de Nuevo León, se sospecha que podrían ser inmigrantes o personas de otros estados.

De acuerdo con la autoridades, los restos presentaban un avanzado estado de descomposición, por lo que se presume que las ejecuciones fueron días antes del hallazgo.

Con este hecho, suman 666 las ejecuciones en lo que va del año en Nuevo León, cifra que supera las de todo 2010, cuando se cometieron 611 asesinatos.