Desde René
Bejarano hasta Jesús Ortega compartieron el templete; Cuauhtémoc, el más
solicitado y aplaudido por la gente.
En el mitin del
Zócalo faltaron gobernadores perredistas, además de los ex del DF y Michoacán,
Marcelo Ebrard y Leonel Godoy, pero en representación de ausentes y presentes
habló el de Tabasco, Arturo Núñez, quien se lanzó contra la reforma energética
y el regreso del neoliberalismo priista, del que puso ejemplos negativos,
mientras Cuauhtémoc Cárdenas, el más aplaudido y solicitado, advirtió que la
iniciativa del Ejecutivo y el PAN es “privatizadora y entreguista”.
Las principales
cabezas de las tribus estaban en el templete, desde donde saludaban a sus
seguidores, quienes vitoreaban con banderas amarillas y negras, mientras el
anfitrión, Miguel Ángel Mancera, hacía las veces de maestro de ceremonias y en
escueto mensaje avalaba al PRD en su movilización por la unidad nacional en
defensa del petróleo; después, ya en el ayuntamiento, leería un comunicado en
el que defendía la postura del partido que lo llevó al poder.
Los citados
resistían en medio de la resolana, muchos de ellos en ayuno, pues venían de lejos, aunque más tarde serían
premiados con refrigerios repartidos en calles adyacentes. El cansancio, sin
embargo, les haría arrastrar los pies y algunos optarían por embutir pancartas
y gallardetes en los primeros botes de basura que encontraron; y ahí quedarían, repletos, como penachos de
banderillas. Pero eso fue al final, poco después del mediodía, cuando terminó
la congregación.
Una banda de viento
de Tultepec, liderada por Jorge Urbán, había llegado temprano, dispuesta a
interpretar música para cautivar a los presentes, a quienes también trataban de
alentar dos teloneros que hacían historia sobre la nacionalización petrolera.
De las bocinas brotaba la voz de Cuauhtémoc Cárdenas, como parte de la campaña
contra la reforma: “La modernización del país no puede venir del exterior”.
“Firma y defiende nuestro petróleo”.
En la tarima
estaban, entre otros, René Bejarano, Dolores Padierna, Armando Quintero, Amalia
García, Alejandro Fernández, Pablo Gómez, Arturo Núñez, Carlos Sotelo, Jesús
Ortega, Graco Ramírez, Carlos Navarrete, Silvano Aureoles y Francisco Hernández
Juárez, quien prefirió echarse al hombro una playera amarilla. Faltaba Marcelo
Ebrard, quien ha cuestionado a la dirigencia perredista.
LA ESPERA SE ALARGABA.
Y por fin, a eso de
las 11:30, aparecieron Cárdenas, Miguel Ángel Mancera, Jesús Zambrano y Raúl
Flores, éste presidente del PRD en el DF, quien no se despegaba del jefe de
Gobierno, que dio la bienvenida a “la izquierda”.
El primer orador,
Arturo Núñez, dijo estar contra las “intenciones privatizadoras del petróleo” y
pidió un referendo para decidir sobre la reforma.
Le siguió Cuauhtémoc
Cárdenas, quien frente al atril se ajustó los lentes y soltó: “El gobierno, de
un partido que se ostenta revolucionario, recuerda este aniversario”, el número
103, de la Revolución Mexicana,
“cancelando el desfile que tenía lugar todos los años el 20 de noviembre”.
Ya al término del
acto, Mancera, siempre protegido, bajó
del templete y entró a la estación Zócalo del Metro, luego de responder saludos
y tomarse fotos con algunas personas. Poco después, Cuauhtémoc Cárdenas —en
medio de aclamaciones, ruegos para
tomarse la foto e incluso bendiciones de señoras— caminó hacia el edificio de
la jefatura de Gobierno, donde se le preguntó: “¿Qué siente de tantos
vítores?”.
—Después platicamos
—respondió.
Y tocó el hombro del
preguntón.
(DOSSIER
POLITICO/ MILENIO/ Redacción / 2013-11-18)
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