La obra humana, otra de las falacias del “gobierno del cambio”
En la llamada obra humana, los logros y acciones anunciados en el
Tercer Informe de Gobierno distan mucho de la realidad que se vive en
Sinaloa. A pesar de la asignación de mayores recursos para programas e
infraestructura en este rubro, los discursos y las cifras aparentan
avances que no existen, cuando lo que hay son retrocesos en áreas como
cultura, educación y equidad de género. Lo más que han conseguido
algunas dependencias dedicadas a la política social en los últimos tres
años, es dar seguimiento a programas instituidos desde el sexenio
anterior, pero con otros nombres, y anunciar proyectos de construcción
que no se cristalizan.
Los rubros que integran la Obra Humana, uno de los ejes estratégicos
de la actual administración de Gobierno, son educación, cultura, salud y
protección social; desarrollo humano, asistencia social a grupos
vulnerables, equidad de género, deporte, vivienda e infraestructura
social básica; desarrollo urbano, medio ambiente y recursos naturales.
Deserción, reprobación y jóvenes a la deriva
En el área denominada Educación y formación para la vida, uno
de los principales indicadores es la eficiencia terminal en los
diferentes niveles educativos. En su informe 2013, el gobernador Mario
López Valdez señala como una de sus prioridades “elevar los niveles de
logro educativo”.
En este contexto, el ejecutivo estatal informa que “es prioridad de
mi gobierno privilegiar y asegurar a los sinaloenses una educación de
calidad con equidad (…) que les permita elevar su nivel de vida” y
apunta que la eficiencia terminal en el nivel de instrucción primaria
fue de 95.3 por ciento, en secundaria del 83.3, en media superior del
63.1 y en el grado superior 64.7 por ciento.
Las cifras son ciertas, pero comparadas con años anteriores y con
otras entidades federativas, nos ubican en los últimos lugares en
eficiencia educativa en el país. Según el Reporte de Indicadores
Educativos del Sistema Nacional de Información Estadística (SNIEE) de la
SEP, Sinaloa se ha mantenido los últimos cuatro años, de 2009 a la
fecha, como el estado con el más alto índice de reprobación en el país
en nivel secundaria.
Algo similar ocurre en primaria, en donde durante los últimos tres
ciclos nos ubicamos entre los nueve estados con puntuación más baja,
junto con San Luis Potosí, Campeche, Yucatán, Chiapas, Guerrero,
Michoacán, Veracruz y Oaxaca. Se mantuvo en la posición 24, mientras que
del 2006 al 2010 fluctuó entre los lugres 19 y 20.
Las estadísticas de reprobación se agravan en el nivel bachillerato,
que se incrementó diez puntos los últimos seis años, al ascender de 15,
14, 17 y 16 de los ciclos del 2006 al 2010, a 23 y 25 de 2010 a 2013. En
la asignatura de capacitación para el trabajo, el estado también se
encuentra entre los seis peor calificados, al subir de 21 puntos en
2006, a 27 en 2013.
Las estadísticas de la SEP arrojan que la deserción escolar en
primarias de Sinaloa empeoró en los últimos tres ciclos educativos, al
ser uno de los tres estados en donde más niños abandonan la escuela,
junto con Tamaulipas y Guerrero. Se ubicó en la posición 30, a
diferencia de los ciclos del 2006 al 2010, cuando varió entre la 4 y la
20. Lo mismo ocurre en secundaria, con una deserción escolar de 22, 24 y
26 puntos de 2011 a 2013, mientras que de 2006 al 2010 se mantuvo entre
los lugares 12 y 21. Es en este nivel donde muchos niños y jóvenes
quedan a la deriva, en la edad más vulnerable para ser reclutados por
grupos delictivos.
Dotar de uniformes y útiles escolares gratuitos a 100 por ciento de
los estudiantes de escuelas públicas de educación básica en Sinaloa es
uno de los programas más emblemáticos del Gobierno estatal. El informe
refiere que “solo en los tres primeros años de mi administración hemos
distribuido 3 millones 229 mil 290 vales para ser canjeados por
uniformes escolares gratuitos (…) así como 1 millón 716 mil 925 paquetes
de útiles escolares, con una inversión de 773 millones de pesos”.
Sin embargo, los empresarios del ramo textil y papelero del Estado no
están del todo satisfechos. El incumplimiento en financiamientos
prometidos y en pagos de mercancías ha sido una constante del Gobierno
estatal.
Este año, el Gobierno estatal redujo los montos de apoyo al
financiamiento para los empresarios del gremio textil de 40 a 12
millones de pesos, mientras que a los comerciantes papeleros de
Guamúchil les adeuda 50 millones de pesos. De acuerdo con el convenio,
los empresarios del ramo entregaron vales para el canje de útiles
escolares, con el compromiso de que les pagarían en menos de ocho días.
Hasta hoy, luego de tres meses, el dinero no llega.
Cultura en retroceso
En el área denominada Nueva dinámica cultural, el retroceso es
evidente. Tres años no han sido suficientes para concretar un proyecto
de biblioteca pública, luego del desmantelamiento de la Gilberto Owen,
convertida hoy en una galería más, con cientos de libros encartonados,
arrinconados y últimamente mojados por las lluvias en los patios del
Casino de la Cultura. Tampoco ha alcanzado el tiempo para reabrir el
único Museo Regional de Historia con que cuenta Sinaloa, en el Centro
Cívico Constitución, en donde yacen embodegadas piezas de las épocas
prehispánica, colonial y revolucionaria de la entidad.
Autoproclamado este 2013 por el Instituto Sinaloense de Cultura (Isic) como el Año de la infraestructura cultural,
se informa que se consiguieron 14 millones 330 mil pesos en fondos
bipartitos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta),
así como 180.6 millones de pesos de presupuesto federal —150 millones
de pesos más que en 2012—, del cual el 87 por ciento se canalizó
directamente a obras materiales.
Sin embargo, no hay avances concretos en las obras programadas para
este sexenio, como las construcciones de un teatro en Los Mochis, un
complejo arquitectónico para la Biblioteca Gilberto Owen en Culiacán, y
un Museo de Arte Moderno en Mazatlán, así como la instalación de 20
nuevas bibliotecas públicas en comunidades rurales y colonias populares.
Una de las metas de infraestructura, con un avance del 81 por ciento,
es la construcción de cinco centros comunitarios de cultura “ubicados
en zonas de alta vulnerabilidad social”, aunque cuatro de ellos se
concentran en el municipio de Sinaloa y uno en el ejido Corerepe, en
Guasave, ciudad en donde se construye un centro de las artes.
Uno de los proyectos que la directora del Isic, María Luisa Miranda,
ha ensalzado desde el principio de la actual administración es la de
“crear cinco orquestas infantiles y cinco coros de niños distribuidos en
las regiones de Sinaloa”, en el que afirma tener un avance del 40 por
ciento, cuando hasta el momento solo se ha instituido la Orquesta
Sinfónica Esperanza Azteca, a cargo de Impulsora para la Cultura y las
Artes y Fundación Azteca, ambas instituciones de la iniciativa privada.
El Isic no ha podido echar a andar el andamiaje organizativo para
crear una sola orquesta, a excepción de un coro infantil en Los Mochis.
En el informe del año pasado, el organismo cultural del Estado anunció
que a finales del 2012 integrarían el Coro Infantil y la Orquesta
Juvenil del Rosario, pero hasta hoy no se han concretado.
Por otra parte, 139 empleados administrativos, músicos de la Ossla y
maestros de las diferentes disciplinas artísticas, afiliados al
Sindicato Único de Artistas, Docentes y Trabajadores del Isic
(Suadtisic) estallaron en huelga y han estado trabajando bajo protesta
durante los últimos siete meses, en demanda de la firma de un contrato
colectivo de trabajo con las prestaciones laborales mínimas de ley, sin
haber por parte del Instituto un acercamiento a dialogar.
El informe menciona que este año, dentro del programa Sinaloa Lee,
“se trabajó para consolidar los 355 círculos de lectores establecidos
en los dos primeros años de gobierno”, cuando este mismo esquema se
encontraba ya consolidado y funcionando desde 2007 con el programa Sinaloa, un estado de lectores, que logró iniciar y mantener 300 círculos de lectura distribuidos en la entidad.
Mujeres, recursos perdidos
La creación de consejos y de unidades de igualdad de género en
ayuntamientos y en dependencias estatales, y los cursos que sobre
equidad y derechos de las mujeres reciben los funcionarios de la
administración pública, han sido insuficientes para crear conciencia de
la necesidad de políticas públicas que brinden más protección y
oportunidades a mujeres violentadas dentro y fuera de su familia.
Una de las prioridades que maneja el Gobierno estatal en este rubro
es “garantizar el efectivo acceso de las mujeres a una vida libre de
toda forma de violencia”, en un estado en donde han sido asesinadas más
de 50 mujeres este año, cinco cada mes, la mayoría a manos de sus
parejas sentimentales.
La primera meta establecida en el PED en este rubro es “crear el
Centro de Justicia Familiar”, el cual evitará “la doble victimización y
los prejuicios de las y los operadores de justicia que frecuentemente
vulneran los derechos humanos de las mujeres o afectan las
investigaciones y el debido proceso”.
Pero la construcción de este centro se ha perdido entre la burocracia
e ineficacia de las dependencias involucradas, al igual que los ocho
millones 500 mil pesos asignados a la Procuraduría General de Justicia
del Estado en 2012 por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública (SNSP), a través del subsidio para el otorgamiento de
programas de apoyo a las entidades federativas en materia de seguridad
pública, a fin de iniciar con este proyecto, el cual ni siquiera se
menciona en el tercer informe.
A pesar del avance del 85 por ciento que el gobernador dice tener en
esta meta, aún no se cuenta con el terreno o las instalaciones adecuadas
para la construcción o modificación que eche a andar el centro,
mientras que este año, el SNSP no etiquetó partida presupuestal para
esta obra debido al incumplimiento de las obligaciones por parte de
Sinaloa, en los convenios de coordinación firmados y en las leyes
federales de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y de Fiscalización
y Rendición de Cuentas, así como de las normas presupuestarias que
dieron origen a la transferencia del subsidio federal y que no se
utilizó debidamente.
Apoyo deportivo por votos
El Gobierno del Estado informó que la inversión sin precedentes de
mil 431 millones de pesos para deporte y cultura física en este año se
ha destinado a la construcción, ampliación, rehabilitación y
equipamiento de 30 obras deportivas.
De la programación de estos nuevos espacios deportivos dentro del
PED, quedaron fuera los municipios de Cosalá, Concordia, San Ignacio,
Elota y Badiraguato, que casualmente fueron los ayuntamientos ganados en
2010 por la Alianza para ayudar a la gente, conformada por los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista y Nueva Alianza.
Es así que una de las principales metas en el rubro de deportes que
se reporta cumplida al cien por ciento es la construcción de “centros
deportivos integrales en cada municipio que incluyan campos de futbol,
beisbol, softbol, alberca, tenis, basquetbol, halterofilia, tenis de
mesa y judo, entre otros”, aunque esta se aplicó solo en 13 de los 18
municipios del estado.
Por otro lado, los deportistas ganadores del Premio Estatal del Deporte
en los últimos tres años siguen esperando sus premios. En 2011, a Itzel
Adilene Manjarrez Bastidas y Jorge Sauceda Benjamín González,
deportistas en la modalidad convencional y paralímpico, respectivamente,
les prometieron la entrega de una casa.
Lo mismo sucedió para los ganadores de este premio en 2012, Tania
Guadalupe Mascorro Osuna, de halterofilia, y el nadador paralímpico
Jesús Guadalupe Guijarro Valenzuela. Este año, los deportistas
triunfadores fueron la subcampeona mundial de taekwondo, Briseida Acosta
Balarezo, mientras que en la modalidad de paralímpicos le correspondió a
Jorge Benjamín González, mundialista en atletismo. Hasta ahora, ninguno
de ellos ha recibido los premios prometidos.
Los niveles de la pobreza
Una de las áreas que tienen que ver directamente con el bienestar de
los sinaloenses es sin duda la de desarrollo social y humano, que
comprende políticas de apoyo a familias en pobreza y a grupos
vulnerables. La alimentación, la vivienda, los servicios públicos y el
empleo son algunos rubros que se desenvuelven dentro de esta vertiente.
En la política social para el desarrollo humano, el Tercer Informe
indica que “en Sinaloa disminuyó la pobreza extrema en un 20 por ciento
en el período comprendido de 2010 a2012”. De acuerdo a las cifras del
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(Coneval), en el 2008 Sinaloa ocupó el lugar ocho en menor pobreza en el
país, para luego subir un escalón y ubicarse en el lugar nueve a partir
del 2010. Aún así, somos uno de los estados que mantiene una posición
estable, con una población de un millón 51 mil 400 personas en pobreza y
130 mil 200 en pobreza extrema.
Los indicadores del Coneval señalan que un millón 241 mil sinaloenses
tienen ingresos inferiores a la línea de bienestar y que poco más de
dos millones padecen al menos una carencia social: un millón 534 mil 200
personas tienen carencia por acceso a la seguridad social; 753 mil la
tienen a la alimentación; 536 mil padece rezago educativo; 482 mil 300 a
los servicios de salud; 294 mil a la vivienda y 467 mil a servicios
básicos.
Así, a tres años de distancia, el “gobierno del cambio” se ha
convertido en un gobierno de remedos, en el mejor de los casos. Y de
simulación de un avance que no se ve ni se siente.
“A pesar de contingencias y adversidades”…
Obra material cuestionada
El semáforo está en verde y hay que seguir derecho. Malova
está a la mitad de su gobierno y al 51.6 por ciento en el cumplimiento
del Plan Estatal de Desarrollo, según el SISEPSIN, el Sistema de
Evaluación y Seguimiento de Metas, un software creado y operado por la
Secretaría de Innovación para seguir los objetivos planteados en el Plan
Estatal de Desarrollo. Único instrumento para saber dónde está y qué
hace el Gobierno.
Verde, son metas con más del 41 por ciento de avance en la autoevaluación del gobierno de Mario López Valdez.
De los 26 temas que se compone la acción del Gobierno ninguno está en
rojo —por debajo del 31 por ciento en su cumplimiento—, y solo tres
están en amarillo —entre el 31 y el 41 por ciento de la meta. No hay
nada qué revisar, no hay anuncio de ningún ajuste, el gabinete plural
funciona como un reloj suizo.
Así, en medio del bombardeo mediático de la primera mitad del sexenio de Malova,
sin procesos electorales cerca, definidos los relevos en las
dirigencias de partidos, nadie vislumbra cambios en el “gobierno del
cambio”.
López Valdez supo explicar en campaña los tres apartados de lo que
sería su gobierno, condensó en tres palabras sus propuestas: obra
política, humana y material. Así está estructurado también el Plan
Estatal de Desarrollo, sus tres informes hasta la fecha, y así el
SISEPSIN. Pero ya en el Gobierno, en el camino, cuando las calabazas se
acomodan, se le fueron quedando algunos olvidos.
Construir sobre ruinas
La tarea de todos… los nuevos gobernantes que acompañaron a Mario
López Valdez fue desprestigiar a sus antecesores: carreteras
intransitables, hospitales enfermos, finanzas en rojo. El eslogan de
gobierno llevado al extremo. Mandaron y repitieron el mensaje de las
ruinas que había que reconstruir de la saliente administración de Jesús
Aguilar, según la visión del “gobierno del cambio”.
Pero de ese supuesto desorden no se acreditó casi nada, las cuentas
públicas pasaron en el Congreso y solo Ricardo Fuentes Milán es quien
enfrentó a la justicia malovista. De los otros expedientes integrados
por la Unidad de Transparencia y entregados a la Procuraduría no se supo
nada.
Pero aquel argumento de que la culpa era “de los que estaban antes
que yo”, se agotó. Y ahora la justificación es repetida en cada spot: “A pesar de contingencias y adversidades”, dice Mario López Valdez, “todo sigue en marcha”, y según ese argumento, todas las inversiones son históricas. Ahora, las culpas se envían a Manuel a Sonia y a las heladas de aquel lejano enero de 2011, porque como dice Malova “la naturaleza no perdona, nunca”.
Chequera suelta
De lo que no se puede quejar el gobernador es de la falta de dinero.
Presupuesto tras presupuesto, los recursos enviados de la Federación han
sido, esos sí, históricos. Todavía no asumía el mando y ya las
transferencias de Calderón eran sin antecedente, es decir, históricas:
45 mil millones de pesos. Ahora, Peña le da en 2014 el suficiente monto
para que no le falta nada: 54 mil 732 millones, en tiempos ajustados 7.1
por ciento más que el año que no se acaba, el 2013.
Aun así, Mario López Valdez recurrió al endeudamiento para su
apartado de obra material: primero con un préstamo de 2 mil 600
millones, y después con un esquema que el Gobierno federal les ofreció a
algunos estados, el Bono Cupón Cero —paga los intereses, desatiende el
adeudo.
El primero, el préstamo, se fue directo al rubro material con la
historia ya contada del retraso en la aplicación y obras cuestionadas
por el Comité Ciudadano que se encargaría de revisar su aplicación.
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