lunes, 18 de noviembre de 2013

ALGUIEN DEBE DEFENDER LA CIUDAD

Joven protestando. Que no esté solo.
 
Muchos nos hemos quejado, durante lustros, de la falta de ciudadanía. Los gobiernos, a pesar de los cambios democráticos aparentes siguen siendo iguales o peores de corruptos y han encontrado en esos vacíos de sociedad, de ausencia de reclamos, espacios para el saqueo implacable de los recursos públicos.

No hay límites para alguien que, teniendo el poder, está dispuesto a enriquecerse de la noche a la mañana. Los candados que significan las nuevas leyes de transparencia y rendición de cuentas han sido insuficientes para detener el saqueo pues estos ni siquiera se atienden. Ahí están las observaciones de la Comisión Estatal de Acceso a la Información Pública hechas a los municipios, completamente ignoradas sin que esto tenga ninguna consecuencia. La mayoría de las administraciones municipales terminarán en diciembre sus periodos, tan opacos como empezaron en el manejo de sus recursos, sin que nadie los castigue.

Y no debe esperarse que pase nada en cuanto a la administración estatal, una de las más voraces que ha padecido Sinaloa en toda su historia, sin que ningún poder, ninguna instancia, le ponga un alto. No, mientras tengamos una sociedad desmovilizada, apática, contemplativa y hasta cobarde. Por eso hay que reconocer el esfuerzo que alumnos y maestros de diversas escuelas, universitarios, jóvenes, están haciendo para que en la plazuela Obregón no sean construidos baños que ya fueron concesionados por 25 años a una empresa que apenas tenía tres semanas de haberse constituido. Un acto de sobrado influyentismo en el que todos en el Ayuntamiento, el alcalde y sus funcionarios y hasta los regidores, resultaron cómplices.

De repente en el Ayuntamiento se dieron cuenta que no hay baños públicos y en vez de asumir la responsabilidad para satisfacer esa necesidad, hacen negocio con ella. Pero no se han dado cuenta que desde hace años no hay en la ciudad una biblioteca. O sí lo saben, pero también que prestar libros no es negocio. Y menos que la gente se cultive. Tontos no son.

La semana pasada me encontraba con José Luis Franco en la explanada del Instituto Sinaloense de la Cultura, cuando se acercó a nosotros un joven de acaso 15 años, todavía con uniforme escolar. Nos preguntó si sabíamos dónde estaba la biblioteca. Solo nos miramos y lo miramos, un poco turbados. Aquí no hay ninguna biblioteca, le dije con cierta aflicción. “En este pueblo no hay bibliotecas”, parafraseó el Pepe, tratando de hacer menos tirante ese minuto. Le preguntamos si buscaba algún libro en especial y dijo, todavía agrandando la calamidad, que no, que solo buscaba un espacio y un libro para leer. Después de eso se fue como fantasma.

¿Sabrá el mundo que en Culiacán, una de las ciudades más violentas del país, no hay una sola biblioteca pública? ¿Están enterados la Secretaría de Educación Pública, el Consejo Nacional para la Cultura y la Artes, los diputados sinaloenses, nuestros senadores? ¿Lo sabrá el acalde, Aarón Rivas? ¿Le importa? ¿Cuántos de los 55 mil millones que Malova recibirá el año próximo de presupuesto estaría dispuesto a meterle a la construcción, no de una, sino de dos, tres, diez bibliotecas en el estado? Y del presidente Peña Nieto ni ocuparnos, si ha leído tres libros en su vida.

Me temo que a nadie le importa y si saben o no que “en este pueblo no hay bibliotecas”, es sencillamente irrelevante. A ellos les importan las carreteras, los hospitales, las grandes obras, porque son las que dejan jugosos dividendos. Y las heladas y las tormentas, porque también en medio del desastre y la tragedia, ellos se echan dinero a los bolsillos.

Por eso es invaluable lo que están haciendo los jóvenes, los estudiantes y maestros que han estado protestando por la construcción y concesión de los baños en la plazuela Obregón. Ese gesto, a pesar de que son apenas tres decenas de muchachos, con cartulinas y clausuras simbólicas, es del mismo tamaño de la estupidez que ha mostrado el Gobierno al reprimirlos. Por eso hay que apoyarlos. Esta ciudad necesita quién la defienda.

Bola y cadena

OTRA COSA INTERESANTE EN EL CASO de los jóvenes que protestan en la plazuela Obregón es que se trata de algo aparentemente simple. Pero no debiera verse así. Detrás del hecho se esconde un mar de corrupción, solo hay que levantar la cortina para verlo. Pero nos cuesta mucho trabajo a veces.

Sentido contrario

¿DE DÓNDE SACA FUERZAS Gerardo Vargas Landeros para presumir “que en materia de feminicidios Sinaloa es de los pocos estados en el país que cuenta con una agencia especializada en delitos contra las mujeres? ¿Y que en el gobierno actual “se han actualizado una serie de programas, tratando siempre de tener lo último en la materia…? ¿Del cinismo? Pues es la única manera de entenderlo.

Humo negro

¿POR QUÉ TANTO REVUELO ante la aparición de Jesús Vizcarra a un lado de la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, la señora Angélica Rivera? ¿Que ya tiene un pie en el estribo para regresar a Sinaloa? Pues ojala que regrese… ¡lo que se llevó!

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