Con Malova vuelven clientelismo, corrupción y sometimiento
A tres años de haber iniciado, el gobierno de Mario López Valdez
representa un estancamiento económico, político y social, y el regreso
de prácticas que la ciudadanía esperaba que fueran desterradas, como el
clientelismo, los negocios de unos cuantos, la corrupción y el
servilismo de los diputados hacia el mandatario.
Así lo expresó Luis Roberto Loaiza Garzón, ex presidente estatal del
Partido Acción Nacional (PAN) y ex diputado local, quien lamentó que los
partidos, sobre todo los de oposición, estén desempeñando un papel
lastimoso frente a la decepción que representa el mal llamado “gobierno
del cambio”.
—Todos veíamos que se necesitaban pesos y contrapesos para que esto
cambiara, pero en estos tres años todos los factores que empujaban
fueron sometiéndose a cierto servilismo y complacencia para que las
cosas funcionaran como siempre, solo cambiando a las personas.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a clientelismo, servilismo, un Congreso complaciente con
el gobernador, concediendo todo a las peticiones que venían del
Ejecutivo en cuanto a cuentas públicas, transparencia, encubrimiento a
opacidad y muchos de los cuestionamientos que se hicieron respecto a
algunas decisiones que tomó este gobierno, como las patrullas, los
aviones, el uso de los créditos, entonces el Congreso del Estado fue
complaciente y encubridor.
—Muchos dicen que a tres años se enterró la alternancia y la transición democrática en Sinaloa.
—Creo que sí. Revisando vemos que el entorno nacional cambió, los
priistas están buscando la restauración del poder central, entonces el
Gobierno estatal se ha visto en una aparente pluralidad política, pero
claramente se ve que hay una actitud más caciquil. Dicen que hay
pluripartidismo, pero hay pleitesía al personaje y da pena cómo los
priistas tienen conflictos internos por ese alineamiento con el
personaje central de la política local, que es el gobernador.
—Y más allá de formalismos, de si se afilia o no, también es
evidente el matrimonio y la reconciliación entre él y el Partido
Revolucionario Institucional (PRI).
—Es una relación simbiótica. No es que el PRI se esté doblegando a Malova o que Malova
esté doblegando al PRI, sino que lo están aprovechando a conveniencia y
en función de circunstancias. Es el pragmatismo político que han estado
restaurando, no hay rencores ni sentimientos, hay mutua comprensión,
van para adelante porque así conviene, no hay postura institucional,
todo es en función de conveniencia y ganancia, a partir de intereses
personales o de grupo por encima del interés general, del bien común.
“Si quieres evaluar estos tres años percibes un estancamiento si no
un retroceso. En transparencia, por ejemplo, ha habido un retroceso, las
tomas de decisiones ahora han sido centralizadas, de manera
encubierta”.
—En todo esto, ¿cuál ha sido el papel de la oposición?
—Lastimosa. En una palabra, lastimosa. Ha estado muy lejos del papel
que debe tener de contrapeso, de denunciar las arbitrariedades.
—¿Se tardó el PAN en deslindarse de Malova?
—No creo que se haya deslindado. Le “pintan la raya” al gobernador
pero ahí andan de comparsa de algunos funcionarios. Siguen siendo lo
mismo y lamentablemente muchos personajes simbólicos del PAN también han
caído en esa actitud complaciente y cómplice, de encubrimiento hacia
esta administración estatal.
—¿A quiénes te refieres?
—A personajes del PAN, ahí tú revisa quiénes son los que tienen
puestos en el Gobierno y a cambio de qué ha sido, de su silencio o su
complicidad, de privilegios, a cambio de qué. Están en algún puesto o
tienen ahijados o recomendados o patrocinados en posiciones dentro de la
administración malovista.
—El costo que esto va a tener en la ciudadanía es alto. Se plantea
la alternancia y un “gobierno del cambio”, pero hay retrocesos y esto
tienen costo político grave que nadie ha medido, a pesar de que es muy
grave.
—No hay mal que por bien no venga. Los ciudadanos tarde o temprano
van a abrir los ojos y van a encontrar que esa farsa de la competencia
de partidos o de democracia arreglada no es el camino para los cambios.
Creo que en la elección pasada, en la que hubo un abstencionismo mayor
al 60 por ciento, hubo un mensaje de no convalidar todo esto.
“Ningún gobernante puede presumir que hay sido elegido por la
población, más bien se le impuso a la población. No hubo un triunfo de
la confianza, del respaldo ciudadano. Están fuera del respaldo popular,
son impopulares. Lo paradójico es que son populistas, porque aparentan
ayudar a la gente, cuando en realidad los están estancando, fregando,
sacando su voto y trayéndolos como cartel propagandístico y presumen que
son su gente, que son sus seguidores. Pero luego los abandonan.
“Creo que va a haber otras vías, ahí está la reacción de la gente, la solidaridad cuando pasó lo del huracán Manuel,
así puede haber un movimiento social que los ponga en su lugar a
quienes usurpan una función pública, de representación política o de
autoridad.
—¿Qué nos espera en los tres años que siguen de gobierno malovista?
—Por este camino, nada. Si en los tres primeros años con los bonos
altos, con el bono democrático y de confianza, de expectativa que se
generó, no fueron capaces de aprovecharlo.
“Y conforme transcurran los siguientes meses y años se va a debilitar
el poder, ante la competencia que se va a dar de manera soterrada por
la sucesión”.
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