lunes, 18 de noviembre de 2013

"GOBIERNO DEL CAMBIO": TRES AÑOS DE RETRASO


Con Malova vuelven clientelismo, corrupción y sometimiento

A tres años de haber iniciado, el gobierno de Mario López Valdez representa un estancamiento económico, político y social, y el regreso de prácticas que la ciudadanía esperaba que fueran desterradas, como el clientelismo, los negocios de unos cuantos, la corrupción y el servilismo de los diputados hacia el mandatario.

Así lo expresó Luis Roberto Loaiza Garzón, ex presidente estatal del Partido Acción Nacional (PAN) y ex diputado local, quien lamentó que los partidos, sobre todo los de oposición, estén desempeñando un papel lastimoso frente a la decepción que representa el mal llamado “gobierno del cambio”.

—Todos veíamos que se necesitaban pesos y contrapesos para que esto cambiara, pero en estos tres años todos los factores que empujaban fueron sometiéndose a cierto servilismo y complacencia para que las cosas funcionaran como siempre, solo cambiando a las personas.

—¿A qué te refieres?

—Me refiero a clientelismo, servilismo, un Congreso complaciente con el gobernador, concediendo todo a las peticiones que venían del Ejecutivo en cuanto a cuentas públicas, transparencia, encubrimiento a opacidad y muchos de los cuestionamientos que se hicieron respecto a algunas decisiones que tomó este gobierno, como las patrullas, los aviones, el uso de los créditos, entonces el Congreso del Estado fue complaciente y encubridor.

—Muchos dicen que a tres años se enterró la alternancia y la transición democrática en Sinaloa.

—Creo que sí. Revisando vemos que el entorno nacional cambió, los priistas están buscando la restauración del poder central, entonces el Gobierno estatal se ha visto en una aparente pluralidad política, pero claramente se ve que hay una actitud más caciquil. Dicen que hay pluripartidismo, pero hay pleitesía al personaje y da pena cómo los priistas tienen conflictos internos por ese alineamiento con el personaje central de la política local, que es el gobernador.

—Y más allá de formalismos, de si se afilia o no, también es evidente el matrimonio y la reconciliación entre él y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

—Es una relación simbiótica. No es que el PRI se esté doblegando a Malova o que Malova esté doblegando al PRI, sino que lo están aprovechando a conveniencia y en función de circunstancias. Es el pragmatismo político que han estado restaurando, no hay rencores ni sentimientos, hay mutua comprensión, van para adelante porque así conviene, no hay postura institucional, todo es en función de conveniencia y ganancia, a partir de intereses personales o de grupo por encima del interés general, del bien común.

“Si quieres evaluar estos tres años percibes un estancamiento si no un retroceso. En transparencia, por ejemplo, ha habido un retroceso, las tomas de decisiones ahora han sido centralizadas, de manera encubierta”.

—En todo esto, ¿cuál ha sido el papel de la oposición?

—Lastimosa. En una palabra, lastimosa. Ha estado muy lejos del papel que debe tener de contrapeso, de denunciar las arbitrariedades.

—¿Se tardó el PAN en deslindarse de Malova?

—No creo que se haya deslindado. Le “pintan la raya” al gobernador pero ahí andan de comparsa de algunos funcionarios. Siguen siendo lo mismo y lamentablemente muchos personajes simbólicos del PAN también han caído en esa actitud complaciente y cómplice, de encubrimiento hacia esta administración estatal.

—¿A quiénes te refieres?

—A personajes del PAN, ahí tú revisa quiénes son los que tienen puestos en el Gobierno y a cambio de qué ha sido, de su silencio o su complicidad, de privilegios, a cambio de qué. Están en algún puesto o tienen ahijados o recomendados o patrocinados en posiciones dentro de la administración malovista.

—El costo que esto va a tener en la ciudadanía es alto. Se plantea la alternancia y un “gobierno del cambio”, pero hay retrocesos y esto tienen costo político grave que nadie ha medido, a pesar de que es muy grave.

—No hay mal que por bien no venga. Los ciudadanos tarde o temprano van a abrir los ojos y van a encontrar que esa farsa de la competencia de partidos o de democracia arreglada no es el camino para los cambios. Creo que en la elección pasada, en la que hubo un abstencionismo mayor al 60 por ciento, hubo un mensaje de no convalidar todo esto.

“Ningún gobernante puede presumir que hay sido elegido por la población, más bien se le impuso a la población. No hubo un triunfo de la confianza, del respaldo ciudadano. Están fuera del respaldo popular, son impopulares. Lo paradójico es que son populistas, porque aparentan ayudar a la gente, cuando en realidad los están estancando, fregando, sacando su voto y trayéndolos como cartel propagandístico y presumen que son su gente, que son sus seguidores. Pero luego los abandonan.

“Creo que va a haber otras vías, ahí está la reacción de la gente, la solidaridad cuando pasó lo del huracán Manuel, así puede haber un movimiento social que los ponga en su lugar a quienes usurpan una función pública, de representación política o de autoridad.

—¿Qué nos espera en los tres años que siguen de gobierno malovista?

—Por este camino, nada. Si en los tres primeros años con los bonos altos, con el bono democrático y de confianza, de expectativa que se generó, no fueron capaces de aprovecharlo.

“Y conforme transcurran los siguientes meses y años se va a debilitar el poder, ante la competencia que se va a dar de manera soterrada por la sucesión”.

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