Manuel Quezada Barrón
Chihuahua— Las
labores de verificación de los ranchos agrícolas para supervisar las condiciones
de trabajo de los jornaleros y detectar la ocupación de menores de edad en las
labores agrícolas no es nada fácil, ya que en diversos sitios los inspectores
aseguraron que son recibidos por gente armada que les advierte que entrarán
“bajo su riesgo”.
Personal de los
gobiernos estatal y federal indicó que debido a la falta de presupuesto y
viáticos deben hacer esfuerzos extraordinarios, como salir de la ciudad capital
alrededor de las 6 de la mañana si se va a Jiménez por ejemplo, llegar a la
cabecera municipal unas cuatro horas después, conducir en terracería otras
horas hasta los ranchos, hacer la inspección, probar algo de alimento y
regresar entrada la noche, sin derecho a un pago de tiempo extra.
En esas
inspecciones, es común ver que los mismos dueños de los cultivos ponen de
acuerdo a los campesinos y sus hijos, para que en caso de una inspección,
nieguen que los menores trabajan, aseguraron.
Cuando se encuentra
a niños entre los surcos o las parcelas, los padres y los mismos menores
acostumbran a decir que “están jugando”.
Otras estrategias
para evadir la ley que prohíbe la ocupación de menores de 14 años es que al
llegar los inspectores a los ranchos, se tiene gente con encargo de alertar a
los jornaleros a través de silbidos o gritos, a fin de que los menores puedan
retirarse de la zona antes de ser vistos.
Los inspectores
indicaron que esa migración de productores junto con sus familias tiene
múltiples aristas sociales, ya que aunque ahora la ley prohíbe la ocupación de
los niños, lo cual es bueno, por años eso se hizo como una ayuda importante
para la economía de los núcleos familiares que llegan del sur a la entidad.
También comentaron
que hay jovencitos de 14 años que no cuentan con el permiso de la autoridad
para trabajar, pero que ya tienen una compañera que espera un hijo.
(EL DIARIO, EDICION JUÁREZ/ El Diario / Manuel Quezada
Barrón/ 2013-05-22 | 22:59)
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