Tiene cadena perpetua por declararse
culpable hace tres años
Alfredo Beltrán Leyva, el
Mochomo, se arrepintió de haberse declarado culpable en la Corte de Distrito de
Columbia.
El líder del Cártel Beltrán
Leyva se declaró culpable de importar y distribuir cocaína y metanfetamina en
los Estados Unidos en febrero de 2016; y en abril del siguiente año fue
condenado a cadena perpetua y al decomiso de 529 millones de dólares.
Antes de la sentencia, el
Mochomo intentó retirar la declaración de culpabilidad pero su solicitud fue
rechazada, y en octubre de 2018 presentó una apelación que también fue rechazada
por la Corte de Apelaciones el 26 de febrero pasado.
De acuerdo con la sentencia
de la Corte de Apelaciones dictada en febrero de este año, antes de que
comenzara el juicio, Beltrán Leyva se declaró culpable.
El documento señala que en la
audiencia en la que se declaró culpable, en febrero de 2016, el tribunal de
distrito entabló una larga conversación con el acusado antes de que aceptara su
declaración y luego el Juez le preguntó si había revisado y discutido la
acusación con sus abogados y contestó que sí.
Sus abogados confirmaron
además que habían revisado el documento con Beltrán Leyva en español y que él
había recibido una traducción en español en el momento de su extradición.
El tribunal de distrito
también preguntó al acusado si estaba satisfecho con su representación de los
abogados y dijo que sí; entonces, el tribunal pidió al Gobierno que resumiera
las pruebas que habría presentado en el juicio. Y el juez preguntó al acusado
si era culpable de las diversas acusaciones del Gobierno y dijo que sí lo era.
Durante la audiencia de
pruebas, el Gobierno presentó el testimonio de un agente del Departamento de
Seguridad Nacional y uno del FBI que habían entrevistado a tres testigos de las
actividades que realizaba el Mochomo.
Los testigos eran Jesús el
Rey Zambada García, Sergio Villarreal Barragán, el Grande; y Harold Mauricio
Poveda Ortega, proveedor de cocaína colombiano.
Cuando se le preguntó al
Mochomo si era “uno de los líderes de la organización Beltrán Leyva”, lo negó e
insistió en que ayudaba a su hermano Arturo.
Al final de la audiencia, el
juez del tribunal de distrito determinó que la declaración de Beltrán Leyva era
consciente, voluntaria y apoyada por una base independiente de hechos en cuanto
a cada uno de los elementos esenciales del delito, por lo que aceptó la
declaración de culpabilidad.
En febrero de 2017, antes de
su sentencia, Beltrán Leyva presentó una moción para retirar su declaración de
culpabilidad, argumentando que el tribunal no siguió plenamente lo que
establece la norma general del procedimiento penal, pero ésta fue denegada.
Tras la negativa, en octubre
del año pasado el Mochomo presentó una apelación en la corte en la que
argumentó que las pruebas no eran fiables en primer lugar, porque las
declaraciones de Zambada, Poveda y Villarreal son rumores, transmitidos al
tribunal por los agentes.
Además alegó que ellos
podrían haber estado esperando obtener un beneficio del gobierno por declarar;
que Zambada podría creer que él había tenido algo que ver con el asesinato de
su hijo; Poveda era un “capo de la droga” con una historia criminal violenta;
Zambada y Villarreal eran drogadictos; y Villarreal era “un policía corrupto” y
“un sádico asesino múltiple”.
De los testimonios de los
agentes sobre las declaraciones del Rey, el Grande y Mauricio Poveda, la Corte
señaló que es facultad del tribunal evaluar la credibilidad de los testimonios
y sopesar las pruebas.
Incluso, indica, las
declaraciones fuera del tribunal de un informante no identificado pueden ser
consideradas cuando hay una buena causa para la no divulgación de su identidad
y se puede corroborar la confiabilidad.
Los documentos establecen que
Beltrán Leyva admitió que “era miembro de la organización Beltrán Leyva” y que
la organización financiaba envíos de cocaína de Colombia a México para el
trasbordo a los Estados Unidos”. También que la organización producía
metanfetamina en México para su distribución en los Estados Unidos.
“El hecho de que el acusado
no haya hecho valer una reclamación viable de inocencia respalda aún más la
decisión del tribunal de distrito de no permitirle retirar su declaración de
culpabilidad”, establece la corte.
El Mochomo también apeló la
sentencia del decomiso de 529 millones de dólares, ya que el tribunal estimó
que transportó 25 mil 200 kilos de cocaína desde Culiacán, con un valor de 21
mil dólares por kilo en el lado mexicano de la frontera.
Alega que el cálculo de la
cantidad de cocaína que hizo el tribunal, se basó en pruebas poco fiables, pues
lo estimó con las declaraciones de Villarreal.
El Grande dijo que vio
caravanas de siete a 10 aviones con entre 300 y 350 kilos de cocaína en cada
avión, que salían una o dos veces por semana, pero para el cálculo el tribunal
tomó como referencia siete aviones con un promedio de 300 kilos y una
frecuencia de una vez a la semana.
La Corte de Apelaciones
rechazó también los alegatos sobre el monto del decomiso.
Según los documentos, junto a
sus hermanos Arturo y Héctor Beltrán Leyva operaban una organización de
narcotráfico que compraba cocaína de Colombia, y por tierra, aire o agua la
enviaban a México y luego la importaban a Estados Unidos, al menos de 2000 a
2012.
El cártel también produjo
metanfetamina en laboratorios en Culiacán y para mantener el control de sus
territorios y facilitar el transporte de sus envíos de drogas, sobornaron a los
oficiales locales y asesinaron a miembros de cárteles rivales, señala.
El Ejército Mexicano lo
detuvo en enero de 2008 en la colonia Burócrata de Culiacán, pero fue
extraditado hasta noviembre de 2014.
Artículo publicado el 31 de marzo de
2019 en la edición 844 del semanario Ríodoce.
(RIODOCE/ ALEJANDRO MONJARDIN/ 2 abril, 2019)
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