Un
grupo de policías igualtecos de élite formaban una banda de choque que
trabajaba para Guerreros Unidos. De acuerdo con testimonios e indagatorias
oficiales conseguidos por Proceso, en septiembre pasado este comando tuvo una
participación clave en el ataque contra los estudiantes de Ayotzinapa, 43 de
los cuales fueron víctimas de desapariciones forzadas. La noche de la agresión
y a la vista del Ejército, estos hombres obligaron a los normalistas a bajarse
de los autobuses en los que se transportaban.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- “Los Bélicos”. Así se hacían llamar los policías de élite de
Iguala que formaban parte del Cártel de Guerreros Unidos y, con armas
prohibidas por su alto poder, controlaban las entradas y salidas de Iguala,
fueron responsables de las extorsiones masivas, detenciones ilegales,
desapariciones de personas y asesinatos perpetrados durante el mandato de José
Luis Abarca y misteriosamente tolerados por los militares del 27 Batallón de
Infantería con sede en esa ciudad.
A
pesar de que está probada su participación en el asesinato de los normalistas
de Ayotzinapa y en la desaparición de los 43 estudiantes ocurrida la noche del
26 de septiembre –eran los encapuchados que vestían de negro y usaban armas
potentes–, la mayoría de sus integrantes están libres y viven todavía en esa
ciudad.
Las
declaraciones que varios de los detenidos han rendido ante funcionarios de la
Procuraduría General de la República (PGR) dan pistas sobre cómo operaban,
cuánto les pagaban, quiénes son algunos de los líderes y las armas que
accionaron la noche que los estudiantes fueron cazados como animales o
desaparecidos. Según la versión que tiene la PGR fueron policías de Iguala y de
Cocula quienes entregaron a los normalistas a los miembros de Guerreros Unidos
para que ellos los asesinaran, calcinaran y desaparecieran los cuerpos.
Aunque
Iguala está bajo resguardo de la Gendarmería de la Policía Federal, pronunciar
el nombre de este grupo de narcopolicías sigue prohibido en la ciudad. El
trauma no ha pasado, los culpables siguen libres.
“No
lo menciones ni lo digas porque si alguien aquí lo oye puedes tener problemas,
porque van a pensar que sabes mucho más”, dice nervioso un joven igualteco
cuando se le pregunta sobre ellos.
“Mire,
ésos que están ahí son de Los Bélicos, ahí siguen”, responde en voz baja una
activista social durante un recorrido mientras señala a unos hombres fornidos que
charlan afuera de una casa, cerca del centro.
Este
grupo de élite no fue creado con José Luis Abarca, alcalde de Iguala cuando el
ataque. Comenzó dos administraciones antes, durante el gobierno municipal de
Antonio Jaimes, quien lo heredó a Raúl Tovar. Este grupo de acción inmediata
usaba un uniforme camuflado gris, similar al del ejército, por eso la gente les
apodaba Los Pintos. Al mando estaba un hombre llamado Jesús Castro…
Fragmento del reportaje que se publica
en la edición 2016 de la revista Proceso, ya en circulación.
(PROCESO/
SEGUIR A @REVISTAPROCESO LA REDACCIÓN/ 20 DE JUNIO DE 2015)
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