Los colchones aún
están cubiertos por un plástico protector, las camas siguen empaquetadas entre
tarimas y cartones y los cuneros jamás han sido utilizados.
Al caminar por sus
pasillos nuevos cualquiera pensaría que faltan pocos días para inaugurar el
moderno edificio, pero la sorpresa llega al observar una enorme placa con la
leyenda “Unidad Hemato-Oncología Pediátrica, inaugurada el 6 de mayo de 2013”.
Ese lunes de 2013,
la secretaria de Salud federal, Mercedes Juan López, acompañó al gobernador
Mario López Valdez en una gira de trabajo por Sinaloa.
En el Hospital
Pediátrico de Sinaloa, la funcionaria federal cortó el listón de la Unidad que
atendería a un promedio de 80 a 100 pacientes diarios, tras una inversión del
gobierno federal y estatal por 122 millones de pesos.
La Unidad de
Hemato-Oncología Pediátrica ha sido una promesa desde el 2010 y a pesar de que
el año pasado se montó una ceremonia para su falsa inauguración, el área sigue
siendo sólo eso, una promesa.
OBRA DEL MEGACRÉDITO
En enero del 2011,
López Valdez dio un banderazo para comenzar la segunda etapa de la obra, luego
de que los trabajos fueran suspendidos en el sexenio de Jesús Aguilar Padilla.
La Unidad se enlistó
entre las obras que recibirían recursos del megacrédito de 2 mil 600 millones
de pesos.
De acuerdo con el
sitio web del Consejo Ciudadano para la Vigilancia y Transparencia del
Megacrédito, la unidad se encuentra entre las 14 obras que se realizaron en
materia de salud y es la tercera con más recursos asignados de ese grupo.
Gil Leyva
Edificaciones S.A. de C.V fue la empresa contratada para concluir la
edificación del área para niños con cáncer, con una inversión de 25 millones de
pesos.
Según se muestra en
el contrato de obra pública CONT-SDUOP-LP-HOSP-199-2011, la empresa estaba
obligada a iniciar los trabajos el 19 de enero de 2012 y concluirlos el 31 de
mayo del mismo año.
En el sitio de
internet http://www.consejociudadanosinaloa.org se asegura que la obra fue
concluida en la fecha especificada, además se puede acceder a una galería
fotográfica donde se muestra el exterior del edificio con una leyenda sobre la
imagen que dice “terminada”.
Para mayo de 2013,
la Secretaria de Salud federal dijo en su discurso inaugural “La creación de
esta unidad nos permitirá atender con mucha mayor eficiencia y con mayor
dignidad a nuestros niños”.
Deficiencias en la
infraestructura
En medio de una
protesta de médicos, enfermeras y personal administrativo para exigir mejores
condiciones laborales, el director del Hospital Pediátrico de Sinaloa, Carlos
Alberto García Bueno, explicó que el edificio no ha sido recibido por el
hospital debido a que la infraestructura está inconclusa.
El director del
nosocomio señaló que sólo funciona la planta baja donde se utilizan los
consultorios y se ofrece el servicio de quimioterapia ambulatoria.
En el segundo piso,
donde todo está a oscuras y empaquetado, hay un área de hospitalización con 24
camas, área de trasplante de médula ósea, unidad de cuidados intermedios, sala
quirúrgica y aula hospitalaria, sin funcionar.
“Al hospital no se
le ha entregado oficialmente ese edificio porque la constructora no se lo ha
entregado oficialmente al gobierno del estado. Está parado, no podemos usar las
camas que hay en el segundo piso y eso repercute mucho en nuestras necesidades”,
indicó García Bueno.
“¿Por qué hubo una
inauguración el año pasado?”, se le cuestionó al directivo.
“Bueno, se empezó a
usar la planta baja, se da quimioterapia ambulatoria. Tengo entendido que
faltan todavía 12 millones de pesos para que sea entregada en su funcionamiento
total. Son muchos aspectos de la infraestructura y son tan importantes que no
podemos tener pacientes ahí por seguridad”, enfatizó García Bueno.
En un recorrido que
Ríodoce realizó por el segundo piso de la Unidad Hemato-Oncología Pediátrica,
se observaron plafones caídos e instalaciones eléctricas al descubierto. La
sala donde se proyecta el quirófano no tiene piso y le falta el revestimiento
de las paredes.
Según explicaron
algunos médicos, durante el huracán “Manuel”, el agua de las lluvias se filtró
por el techo e inundó el lugar hasta en 20 centímetros de altura, varios
plafones colapsaron y aparecieron manchas de humedad en las paredes y techos.
En la ficha técnica
del proyecto para la construcción de la unidad de oncología, la Unidad de
Inversiones del Gobierno del Estado aseguraba que sin dicha área se presentaban
largos tiempos de espera para consultas, gastos económicos al paciente y al
hospital, ocasionados por el traslado hacia clínicas privadas o a otros estados
donde sí se cuenta con la especialidad.
A pesar de la
inversión, el tiempo transcurrido y una falsa inauguración, actualmente los
problemas que se buscaban resolver persisten en el Pediátrico.
Médicos advierten
paro laboral
Pero la obra
inconclusa no es el único problema del Hospital Pediátrico de Sinaloa, un
organismo descentralizado del Gobierno del Estado.
En sus pasillos, la
irritabilidad laboral se percibe. Gafetes con la leyenda “trabajo bajo
protesta” lo confirman.
En la fachada del
hospital, cinco mantas cuelgan desde la azotea. “Queremos atenderles, sabemos
hacerlo pero no contamos con recursos”, revela una de las pancartas.
Desde meses atrás,
varios médicos del Pediátrico conformaron una sociedad médica al advertir la
posibilidad de que el nosocomio se privatizara y los empleados quedaran en la
indefensión.
El grupo de
profesionistas inició una lucha por convertirse en trabajadores de base del
gobierno estatal e ingresar al Sindicato de Trabajadores al Servicio del
Estado.
Según explican, su intención
es obtener mayor seguridad laboral y que además, al absorber el gobierno la
nómina del Pediátrico, los recursos que el hospital gasta en nómina se liberen
para su operatividad.
Al toparse con
puertas cerradas por parte del Patronato del Hospital, el 3 de noviembre
pasado, médicos, enfermeras y personal administrativo comenzaron a laborar bajo
protesta.
Tras colgar mantas
en la fachada del nosocomio y usar gafetes de protesta en sus uniformes, la
respuesta del gobierno de Mario López Valdez llegó.
Los médicos fueron
atendidos por el secretario de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, quien se
comprometió a apoyar su causa. Comenzaron reuniones de trabajo con la Dirección
de Recursos Humanos del Gobierno estatal, en las que la petición de
basificación parecía avanzar.
Pero el pasado
martes 9 de diciembre, a la dirección del hospital llegó el aviso de una
auditoría ordenada por la Secretaría de Administración y Finanzas.
El mensaje fue
tomado por los médicos como un acto intimidatorio y represivo hacia su
director, quien apoya el movimiento de los profesionistas y entonces acordaron
subirle el tono a su protesta.
“La respuesta a un
conflicto laboral, a un conflicto de recursos, es buscar fraudes que no han
encontrado antes, intimidación, ¿para qué? para que el director caiga, porque
es lo que están buscando, para poner entonces una gente que esté de acuerdo con
el presidente del patronato, causar problemas en el hospital, disminuir la
nómina, hacer toda una reingeniería empresarial para que el hospital truene,
tengamos problemas y entonces decir que se necesita un nuevo hospital”, criticó
uno de los médicos.
El pasado viernes
por la mañana, el personal de hospital salió a la calle, colocó sus mantas en
medio del bulevar Constitución y cerró la circulación vehicular.
Lo que no esperaban
era que a los pocos minutos de iniciar su protesta, el comandate de la Policía
Ministerial del Estado, Jorge Sajarápulos Corona llegó al lugar y advirtió a
los manifestantes que llamaría a patrullas para disolver la protesta.
La advertencia fue
rechazada por los médicos, lo que provocó un enfrentamiento verbal entre el
policía y los trabajadores, incluso, el comandante amenazó con detener al
director del nosocomio, Carlos Alberto García Bueno.
Mientras los médicos
aseguraban que se tirarían al piso si se intentaba disolver la marcha, el
procurador de Justicia del Estado, Marco Antonio Higuera Gómez arribó al lugar,
acompañado del Subprocurador, y el director general de Gobierno, Raúl Pérez
Miranda.
Los médicos
sostuvieron una reunión privada con los funcionarios en la que acordaron
instalar una mesa de trabajo a partir del próximo lunes. Higuera Gómez por su
parte, les solicitó el retiro de la manifestación, por el supuesto delito que
se comete.
Al terminar la
reunión, los trabajadores de la salud acordaron abrir la calle y continuar con
su protesta sobre la banqueta. Advirtieron que en caso de que el próximo lunes
no se cumpla con la mesa de trabajo, los empleados del Hospital Pediátrico
suspenderían la atención médica, con excepción del servicio de urgencias.
(RIODOCE/ MIRIAM
RAMÍREZ /DICIEMBRE 14, 2014)
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