lunes, 15 de diciembre de 2014

CRISIS EN EL RIVIERA DEL PACÍFICO



Irregularidades en las declaraciones patrimoniales, fuga de capital, errores de contabilidad y quejas por falta de transparencia, son algunos de los conflictos que provocaron la suspensión temporal de Maribel Quintero Solaiza de la administración del Centro Cultural más emblemático de Ensenada

El Centro Cultural Riviera del Pacífico, uno de los edificios emblemáticos de Ensenada desde 1930, sufre la peor crisis de su historia, al detectarse actos de corrupción como irregularidades en la entrega de tres declaraciones patrimoniales, quejas por información que no se hace llegar al órgano de Transparencia, fuga de efectivo y errores en la contabilidad.

El 4 de diciembre de 2014, la ex administradora, Maribel Quintero Solaiza, fue suspendida de manera temporal por Sindicatura Municipal, entidad que lleva a cabo investigaciones por presuntas anomalías, y, en caso de que se comprueben las posibles faltas, el director del Riviera, Jorge Ramírez García, tendrá que asumir responsabilidades.

El síndico procurador Iván Barbosa Ochoa, explicó que estos cuatro expedientes en la subdirección jurídica -o Departamento de Responsabilidades- y otros reclamos relacionados con obras asignadas de manera directa sin pasar por un proceso de licitación, descuentos por renta de salones cuando el único facultado para autorizar reducciones, es el alcalde Gilberto Hirata Chico, desorden en la contabilidad y en general, los débiles sistemas de control interno, se encuentran en investigación.

“Cabe mencionar que cada una de las partes tiene que comparecer y entregar sus pruebas, y como convenga resolver. Será en ese momento cuando se determine si son responsables o no, de los actos que se les imputan”, añadió.

Entre las observaciones, el Órgano de Fiscalización Superior del Estado advirtió sobre las cuentas públicas de 2011, 2012 y 2013 que no se entregaron en tiempo, cuando la fecha límite en cada una fue el 31 de marzo. En ese sentido, el ORFIS está por concluir sus investigaciones y también hará sus observaciones.

En tanto, el director, titulares de contabilidad, administración o quienes sean mencionados durante las diferentes audiencias, serán llamados a comparecer.

“Las investigaciones han sido complicadas porque hay desorden en la contabilidad, para seguirle la huella a un movimiento requiere tiempo. Buscamos que se recupere la confianza de la ciudadanía en las instituciones públicas, esa es nuestra principal labor como Sindicatura”, apuntó el funcionario.

Sindicatura solicitó un contrato en el que se especifican, de manera detallada, las funciones de la administradora, para poder “amarrar” con las actividades que dijo realizar al frente de la administración por los descuentos en los salones y retenciones a una ex empleada.

“Le vamos a dar un tiempo, porque como su abogado renunció y ya no la va a representar, legalmente tiene que tener una debida defensa; vamos a citar para que presente a la nueva defensa. Se cierra el periodo de alegato y se cita para resolución”, comentó Barbosa Ochoa.

ZETA trató de comunicarse con Maribel Quintero Solaiza, quien en redes sociales habló sobre su situación laboral, asegurando que su escaso oficio político le ha traído consecuencias.

EL ERROR DE LOS TRABAJADORES DEL RIVIERA

En febrero de 2014, una auditora de Sindicatura Municipal se acercó a las oficinas del Centro Cultural Riviera del Pacífico para pedir en renta uno de los salones sociales del inmueble, con motivo de la celebración de un evento familiar. Como parte de sus responsabilidades como servidora pública, realizó una revisión a la paramunicipal, y encontró que el depósito del dinero con el que pagó el salón no estaba registrado. Tres meses después, se ingresó el monto en la contabilidad, aunque fue en octubre cuando se inició con el proceso.

Existen señalamientos pendientes de corroborar, como que se cobraron tarifas menores a las establecidas para la renta de salones sociales, es decir, se encontraron precios que no coinciden con los autorizados en los paquetes, mismos que incluyen el salón, la bebida y el mobiliario.

LA HISTORIA

De inicio, el Riviera funcionó como hotel y casino, pero 50 años después, se solicitó a la Comisión Nacional de Zonas y Monumentos Artísticos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que el Riviera fuera declarado Patrimonio Histórico de México.

Desde hace más de 40 años, el edificio del Riviera, ubicado en el corazón del Bulevar Costero de Ensenada, obtiene parte de sus ingresos municipales de la renta de salones sociales, jardines y oficinas.

En anteriores ayuntamientos desestimaron el potencial económico de este lugar, que anualmente deja por lo menos 10 millones de pesos de ingresos a la administración pública municipal, hasta que detectaron abusos en detrimento del presupuesto.

El diseño arquitectónico ha pasado por varias etapas desde que se construyó por primera ocasión, ya que de entrada se destruyó casi la totalidad del inmueble y, después, un incendio deformó parte de la arquitectura.

Años atrás, el lugar albergaba varias piezas históricas de las que no se tiene inventario, y aunque también se realiza una investigación respecto al desaparición de arte y objetos valiosos, es difícil comprobar porque no existe un registro de éstos.

RETIENEN Y NO PAGAN

Una ex empleada de la paramunicipal, emitió una queja ante Sindicatura porque, al ser despedida de su trabajo, la administración del centro cultural le retuvo 32 mil pesos de su liquidación para cubrir una deuda con una casa financiera, sin embargo, ese dinero no se entregó a los prestamistas y cayó en cartera vencida. En octubre, el adeudo comenzó a generar intereses moratorios. Finalmente, del propio recurso del Riviera se solventó tanto el préstamo, como los intereses adicionales.

Con motivo de las posibles irregularidades en la administración del Centro Social, Cívico y Cultural Riviera de Ensenada, la regidora Ana Gabriela Bórquez Gómez, en su carácter de coordinadora de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, y consejera de dicha paramunicipal, manifestó su preocupación por la situación que enfrenta uno de los edificios más significativos en la ciudad.

Como edil, Bórquez Gómez dice estar atenta a dichas investigaciones y a la espera de los resultados de las mismas, en las que se deslinden las responsabilidades correspondientes y se apliquen las sanciones y acciones legales pertinentes contra quienes resulten responsables.

“No se debe tolerar en esta administración a servidores públicos deshonestos ni actos ilegales, que atenten contra la buena marcha de la administración pública municipal, considero necesario y oportuno que todas y cada una de las entidades paramunicipales sean auditadas y se verifique que su actuación esté apegada a la legalidad”, indicó.

Los cobros que no estén dentro de la nueva Ley de Ingresos no podrán realizarlos, ya que anteriormente las paramunicipales no registraban sus ganancias, como cobros por estacionamiento; en el caso del Riviera, los recorridos nocturnos subterráneos y de turistas de cruceros.

BASE DE EMPLEADOS

En el centro se tienen contratados 34 empleados, el 65 por ciento de ellos se dedican al mantenimiento general y jardines, líneas eléctricas y vigilancia. El resto son administrativos.

Hay 14 espacios sociales que se rentan, desde salones cerrados, hasta jardines, parques, teatros y estacionamientos. El costo varía entre mil 570 hasta 19 mil 150 pesos. La tarifa aumenta, dependiendo de los servicios que se contraten.

Jorge Ramírez García constató que a partir de su arribo al cargo como director general del edificio, se encontró con dificultades a  nivel administrativo, mismas que han tenido que sortear, “desde sabotaje a los regidores contables, hasta una rotación del personal motivada por la falta de compromiso de los despedidos”, asegura.

Más adelante, reconoce que están por concluir la cuenta pública, pero es necesario hacer una reorganización de actividades del personal, actualizar manuales para definir puestos acorde a los cambios financieros y fiscales, así como adecuarlos en su función interna a las normas, leyes y reglamentos vigentes.

“Nuestro registro ante Hacienda está como ‘sitios históricos, protección, conservación, restauración y recuperación del patrimonio cultural de la nación’, si perdemos ese registro, dejaremos de ser donataria autorizada por excepción”, advierte Ramírez García.

LA LEY

El órgano de control del gobierno municipal podría proceder de dos maneras: la vía administrativa, por actividad administrativa irregular, la vía penal, o por ambas, será decisión de la instancia.

En su Artículo 298, el Código Penal para el Estado de Baja California establece: “Comete el delito de peculado el servidor público que, para usos propios o ajenos, distraiga de su objeto, dinero, valores, fincas o cualquier otra cosa perteneciente al Estado o municipios, a organismos descentralizados o a un particular, si por razón de su cargo los hubiere recibido en administración, en depósito o por otra causa, hasta diez años de prisión, dependiendo del valor de los bienes desvirtuados e inhabilitación para ejercer otro cargo de carácter público”.

Por la vía administrativa, en lo que respecta a Responsabilidad Administrativa y bajo la premisa de que todos los servidores públicos deben desempeñar su función, empleo, cargo o comisión observando siempre los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia, actuando dentro del orden jurídico, la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Baja California especifica cuáles deben ser obligaciones de los servidores públicos.

En cuanto a las sanciones, el Artículo 59 determina que van desde la amonestación pública o privada que queda en su expediente, a la suspensión, que consiste en la separación temporal  sin goce de prestaciones; o en su defecto, la destitución, que deriva en la separación definitiva del cargo, empleo o comisión decretada mediante el procedimiento de responsabilidad; además de la sanción económica, que es el pago en dinero que en concepto de retribución, debe hacer el servidor público responsable a favor del erario estatal o municipal, por la infracción cometida, la cual será exclusivamente en los casos en que se obtenga lucro o se ocasionen daños o perjuicios al erario estatal o municipal.


(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/LORENA LAMAS/15 DE DICIEMBRE DEL 2014 A LAS 12:00:00)

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