Tijuana.- La Procuraduría General de Justicia del Estado
(PGJE) capturó a las dos personas que participaron en el asesinato de un
hombre en la Macroplaza, quien resultó era el sustituto de Rogelio
Alonso Castillo González, “El 300”, líder del narcomenudeo en la Zona
Norte. Fuente: El Mexicano
En esos crímenes participó Daniel Alejandro Rivas Espinoza, “El Tecato”, de 30 años, detenido por agentes de la Policía Ministerial de la Unidad de Homicidios Dolosos, indicó Miguel Ángel Guerrero Castro.
El coordinador de la Subprocuraduría Contra la Delincuencia Organizada (SCDO) que depende de la PGJE explicó que también aseguraron a su cómplice Julio César Cabrero Mendoza, “El Cabo”, de 27 años.
Ambos se pusieron de acuerdo para matar a Ulises Agni Tapia Navarro, el miércoles pasado al mediodía.
Agentes de la Policía Ministerial asignados a la Unidad de Homicidios Dolosos los atraparon ese mismo día en el puente vehicular que conecta a la Vía Rápida con la avenida Internacional.
Se daban a la fuga en una camioneta Jeep Cherokee, color verde, en donde escondían dos armas de fuego, una tipo escuadra calibre 9 milímetros, utilizada en el homicidio de la Macroplaza.
Y un revólver calibre .38 Especial, además de dos “bolsitas’’ que contenían 46 dosis de la droga “cristal”.
Al presentarlo ante los medios de comunicación, Daniel Alejandro presumió asesinar a “ocho o nueve personas”.
Entre sus víctimas están “El 300”, ocurrido el pasado 10 de marzo en el hotel Segovia, ubicado en el callejón Pío Pico.
“Yo soy mi propio jefe”, aseguró el “sicario”, pero de acuerdo a Guerrero Castro sirve desde hace cuatro años a un grupo del Cártel de Sinaloa que pelea la venta de drogas en la ciudad.
“Peleamos la plaza”, expresó el detenido al preguntarle por qué asesinó a Tapia Navarro.
El coordinador de la SCDO explicó que también se dedican al cruce de migrantes a los Estados Unidos, y en el caso específico de Daniel, a ejecutar personas y por cada uno le pagan 15 mil pesos.
“Todos (los homicidios) son derivados de deudas de narcomenudeo, cobros o bandas rivales”, según confesaron, detalló Guerrero Castro.
Ellos, mencionó, identifican a su jefe como “El Checo”, quien tiene a su cargo la plaza de Mexicali de parte del Cártel de Sinaloa.
La víctima de la plaza comercial estuvo involucrado en el homicidio de dos personas ocurrido a la entrada del fraccionamiento Los Álamos en abril de 2013.
Pero salió libre por no existir elementos en su contra, indicó Guerrero Castro.
En esa ocasión explicó había llegado a Tijuana, proveniente de Mexicali, en donde también se dedicaba a actividades relacionadas a la delincuencia organizada.
En su momento, el ex secretario de Seguridad Pública en Tijuana, Alberto Capella Ibarra, comentó que dicho delincuente “trabajó para el Cártel de Tijuana, que a su vez cambió de línea delictiva y ahora está al servicio del Cártel de Mexicali, que pertenece a la gente de Sinaloa”.
En esos crímenes participó Daniel Alejandro Rivas Espinoza, “El Tecato”, de 30 años, detenido por agentes de la Policía Ministerial de la Unidad de Homicidios Dolosos, indicó Miguel Ángel Guerrero Castro.
El coordinador de la Subprocuraduría Contra la Delincuencia Organizada (SCDO) que depende de la PGJE explicó que también aseguraron a su cómplice Julio César Cabrero Mendoza, “El Cabo”, de 27 años.
Ambos se pusieron de acuerdo para matar a Ulises Agni Tapia Navarro, el miércoles pasado al mediodía.
Agentes de la Policía Ministerial asignados a la Unidad de Homicidios Dolosos los atraparon ese mismo día en el puente vehicular que conecta a la Vía Rápida con la avenida Internacional.
Se daban a la fuga en una camioneta Jeep Cherokee, color verde, en donde escondían dos armas de fuego, una tipo escuadra calibre 9 milímetros, utilizada en el homicidio de la Macroplaza.
Y un revólver calibre .38 Especial, además de dos “bolsitas’’ que contenían 46 dosis de la droga “cristal”.
Al presentarlo ante los medios de comunicación, Daniel Alejandro presumió asesinar a “ocho o nueve personas”.
Entre sus víctimas están “El 300”, ocurrido el pasado 10 de marzo en el hotel Segovia, ubicado en el callejón Pío Pico.
“Yo soy mi propio jefe”, aseguró el “sicario”, pero de acuerdo a Guerrero Castro sirve desde hace cuatro años a un grupo del Cártel de Sinaloa que pelea la venta de drogas en la ciudad.
“Peleamos la plaza”, expresó el detenido al preguntarle por qué asesinó a Tapia Navarro.
El coordinador de la SCDO explicó que también se dedican al cruce de migrantes a los Estados Unidos, y en el caso específico de Daniel, a ejecutar personas y por cada uno le pagan 15 mil pesos.
“Todos (los homicidios) son derivados de deudas de narcomenudeo, cobros o bandas rivales”, según confesaron, detalló Guerrero Castro.
Ellos, mencionó, identifican a su jefe como “El Checo”, quien tiene a su cargo la plaza de Mexicali de parte del Cártel de Sinaloa.
La víctima de la plaza comercial estuvo involucrado en el homicidio de dos personas ocurrido a la entrada del fraccionamiento Los Álamos en abril de 2013.
Pero salió libre por no existir elementos en su contra, indicó Guerrero Castro.
En esa ocasión explicó había llegado a Tijuana, proveniente de Mexicali, en donde también se dedicaba a actividades relacionadas a la delincuencia organizada.
En su momento, el ex secretario de Seguridad Pública en Tijuana, Alberto Capella Ibarra, comentó que dicho delincuente “trabajó para el Cártel de Tijuana, que a su vez cambió de línea delictiva y ahora está al servicio del Cártel de Mexicali, que pertenece a la gente de Sinaloa”.
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