lunes, 29 de abril de 2013

PERIODISMO AL PAREDÓN



Alejandro Sicairos/ Observatorio
Cien días bastaron para que el periodismo mexicano cayera en cuenta que con el regreso del régimen priista los reporteros y medios de comunicación siguen con las armas de los criminales apuntándoles a la sien. La alternancia en la Presidencia de la República ha sido un mero procedimiento de desalojo y ocupación puesto que solo mudan las organizaciones partidistas pero siguen ahí, inamovibles y agazapadas, las células criminales que quizá ven en la noticia al único fisgón en sus pactos con el Gobierno.

Las secuelas de la pesadilla panista —la de seis años de un prolongado silencio por miedo— ni siquiera se habían disipado cuando la delincuencia remarca las reglas de muerte, amenazas e intimidación contra el periodismo. Sin dejar espacio para la creencia de que la libertad de expresión se fortalecería al terminar la roja noche del calderonismo, el hampa se aferra al dogma del terror como modo de control de periódicos y noticieros.

Y está apuntando a lo alto. La amenaza directa que el 19 de abril sufrió en México la organización Artículo 19, instancia independiente dedicada a la defensa del periodismo, confirma el abandono que acompañará a la prensa durante el mandato de Enrique Peña Nieto. A ningún gobierno, emane del partido que sea, le importa la fragilidad de medios y comunicadores frente a la poderosa capacidad ofensiva y destructiva de la alta delincuencia.

Días antes, la revista Proceso denunció amenazas contra su reportero Jorge Carrasco, permeando la preocupación al semanario más importante del país como un viento frío que recorrió todas las redacciones. Ya para entonces habían asesinado en 2013 a los periodistas Jaime Guadalupe González Domínguez, director y reportero del periódico Ojinaga Noticias (Chihuahua, 31 de marzo), Alonso de la Colina Sordo, ex conductor de un noticiero de televisión en Guerrero (Puebla, 16 de abril) y ocurrido también el ataque con artefactos explosivos a la sede del periódico Mural (Guadalajara 17 de abril). Para cerrar el círculo de intimidación, el jueves 25 asesinaron en Saltillo a Daniel Alejandro Martínez, fotógrafo del diario Vanguardia.

Los grupos delictivos han identificado la gran vulnerabilidad del periodismo en México, flaqueza que deriva de la ausencia de justicia que irremediablemente sella todos los casos de agresiones a reporteros y publicaciones. El Estado no investiga y en consecuencia no castiga. La acumulación de agravios y el efecto inhibidor que estos tienen en medios que optan por callar antes que ser víctimas, pareciera convenirles a autoridades bajo sospecha de realizar pactos sórdidos con aquellos que mantienen a la sociedad bajo un permanente sitio de horror.

Los periodistas asesinado, 82 contabilizados de 2000 a la fecha y 40 de estos casos cometidos en el sexenio de Felipe Calderón, van quedando regados en el suelo de la impunidad. Por cada periodista asesinado o atentados a medios, la única estrategia que queda a las víctimas es el repliegue informativo, menguando a la vez las garantías constitucionales. Abatidas las trincheras públicas y reducidas a mero papel la carta magna a la ciudadanía le resta solo la apatía, último reducto de la cobardía, para autodefenderse de las hordas que a sangre y fuego intentan una nueva conquista de México.

Las muertes de reporteros y las amenazas a medios y organizaciones de defensa de la libertad de expresión preconfiguran este año un deplorable ejercicio del periodismo. Aquella labor que llegó a considerarse el cuarto poder luce ahora arrinconada y turbada porque la artillería criminal apunta hacia ella. En este asedio intolerable ni siquiera es posible publicar un quejido porque también la denuncia ha sido secuestrada.

Rehén de una delincuencia que pretende borrar todo testimonio de sus fechorías, el periodismo sigue en el paredón puesto ahí por estructuras criminales reivindicadas mediante un sistema político que regresó para restablecer el ambiente de ingobernabilidad, oculto hoy bajo el tapete de una paz simulada. Aquí no pasa nada, por la fuerza de las mismas armas que lo aplastan todo.

RE-VERSO

Si lo permite el estampido, si las armas se distraen, hagamos público el quejido, de las tribunas que caen.

LOS PEPENADORES

La “piratería” política que se acuñó en Sinaloa en 2010 cuando la alianza PAN-PRD le arrebató al PRI no únicamente a Malova sino centenas de votos, será otro factor que jugará en la elección del 7 de julio. Los panistas y perredistas entendieron que en las justas comiciales no es posible ganar si se juega limpio. Como pepenadores en basurero ajeno trataron de convencer a la locutora Silvia Miriam Chávez para que se sumara a la fórmula alcaldía-diputación que encabeza en Guasave Armando Kory Leyson. Al final salieron bañados en mugre y se vieron obligados a buscar a Raúl Inzunza Dagnino y Ricardo Armenta Beltrán. ¡Qué cochinero, oiga!

REÍR LLORANDO

Por donde se le busque, el payaso Cometín, postulado por el Movimiento Ciudadano para buscar la diputación local por el distrito 14, haría mejor papel que muchos payasos desmaquillados de la actual legislatura estatal, cuyo único chiste ha sido el de traicionar y traicionar a los sinaloenses.

(RIODOCE.COM.MX/ Columna Observatorio de Alejandro Sicairos/Abril 28, 2013)

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