Sipse
Tulúm, Q. Roo.-
Dentro de su despacho, ubicado en pleno centro de la ciudad, el día de ayer,
aproximadamente a las 9:45 horas, fue asesinado cobardemente de dos balazos,
incrustados en el cuello y debajo de la tetilla izquierda, a quien de 1992 a
1996 fuera subdelegado jurídico de la Procuraduría Agraria, delegación Quintana
Roo, Álvaro López Joers, y que hasta la hora de su muerte fungió como abogado de
al menos 40 posesionarios de la codiciada franja costera de Punta Piedra.
El pistolero solitario había ingresado y tras ordenar a un socio del
ahora occiso que se metiera al baño, realizó la ejecución y salió cruzando por
donde estaban un grupo de escoltas, policías y la alcaldesa, a menos de sesenta
metros del escenario del crimen.
De acuerdo a información que proporcionó
el coordinador del Ministerio Público del Fuero Común (MPFC), Mario Iván Herrera
Suaste, fue asesinado en el despacho que compartía en esta ciudad con su
colaborador L.H.P., ubicado en pleno centro de Tulum, en la calle Dos Oriente
entre Centauro Norte y Satélite, los hechos y la versión del testigo quedaron
asentados en la Averiguación Previa 313/2012, por el delito de homicidio
calificado.
La fuente entrevistada dice que eran aproximadamente a las
9:45 horas del jueves, cuando un desconocido que sólo dijo llamarse "Erick"
entró en las oficinas del despacho y ultimó de dos tiros al abogado Álvaro López
Joers, luego que el pistolero solitario había ordenado a L.H.P., que se metiera
al baño; en el lugar de los hechos los peritos de la Procuraduría General de
Justicia del Estado encontraron dos casquillo percutidos, al parecer calibre
25.
Dentro de las primeras investigaciones, el coordinador ministerial
señaló que esto fue una ejecución, por la forma en que se cometió el crimen,
pues el abogado había sido arrodillado, y al parecer este crimen podría estar
vinculado con el asunto de tierras, una venganza y probablemente está
relacionada con la defensa de los lotes de los posesionarios de Punta
Piedra.
Ayer el abogado Álvaro López Joers, de 53 años de edad, apenas
había llegado a su despacho jurídico y minutos después de estar platicando con
su colaborador, llegó el sujeto. "Que tras saludar de mano al licenciado, ordenó
que el otro se metiera al baño, y según nos dice en su declaración, escuchó y
miró como le dijo a Álvaro que se arrodille para después soltarle los dos
balazos".
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