martes, 8 de mayo de 2012

RUTAS ESCOLARES, UN TRAYECTO PELIGROSO





   
De la casa a la escuela, escolares a bordo de transporte irregular

Gabriela Soto 
Unidades del transporte escolar ofrecen sus servicios a instituciones académicas sin contar con el registro y medidas de seguridad adecuadas para transportar a sus usuarios, los niños en edad escolar.



Al iniciar o concluir la jornada de estudio, algunos vehículos color amarillo circulan sin placas concesionadas, permisos provisionales, revisión mecánica, ni seguro para el viajero.


En otros casos, sus choferes no portan el gafete oficial que los acredite como conductores.


En Culiacán hay aproximadamente mil 242 escuelas de nivel básico. Del total, la Secretaría de Educación Pública y Cultura y la Dirección de Vialidad y Transporte desconocen a cuántas se les otorga dicho servicio. 


Esta última dependencia mantiene un registro de 121 concesiones vigentes, otorgadas de 1976 hasta 2010, y 75 permisos provisionales para el resto de las unidades. 


Según un recorrido realizado por Ríodoce, se constató que en promedio un 25 por ciento de las revisiones a los conductores del transporte de educandos carecían de los documentos oficiales para ofrecer el servicio. 


Además, la Ley de Tránsito y Transporte de Sinaloa y su reglamento no norma sobre los permisos provisionales otorgados a las unidades que tienen su solicitud de concesión en trámite.

El conductor de la combi con placas particulares TX-84-942, quien prefirió mantener su nombre en el anonimato, reconoció que no portaba su permiso provisional para conducir un vehículo de transporte escolar, cuando esperaba que los pequeños estudiantes subieran, se acomodaran en alguna de las cinco bancas disponibles en el ajustado espacio y se aventuraran a un viaje de aproximadamente dos horas sin aire acondicionado, en un día soleado de 35 grados centígrados.

“Sí tengo, pero no lo traigo —dijo—; el permiso se renueva cada seis meses, lo renovamos en septiembre y en enero se saca otro, son dos permisos al año (escolar) los que tenemos que sacar. Este (transporte) es un modelo 94, no exigen mucho que sea modelo nuevo, sino que la unidad esté en buen estado. Imagínate para tener una unidad con antigüedad de cinco años hablamos de un vehículo entre 120, 150 mil pesos, y ahorita el transporte desgraciadamente no da para tanto, o sea, en puro seguro anual estamos gastando entre seis mil o siete mil pesos”, expuso el conductor que transporta a 18 niños.

Así como existe un mercado ilegal para la venta de licencias para explotar rutas de transporte urbano, se presenta una situación similar con el transporte de educandos. El chofer y dueño de la unidad expuso que compró a 130 mil pesos el permiso hace siete años. La legislación actual no solicita un cobro por poseer dicho documento.

De igual forma, el conductor del vehículo con placas particulares VLP-33-51, quien no ofreció su nombre, tampoco portaba los documentos. “Ahorita lo único que traigo es la tarjeta de circulación y la licencia. Es que (el vehículo) estuvo en el taller y bajan los permisos”, dijo el conductor al arrancar la unidad con aproximadamente 20 niños abordo.

Otro conductor de un transporte escolar que circula sin placas, negó ofrecer entrevista, pero aseguró tener permiso de las autoridades para ofrecer el servicio, aunque al solicitarle los documentos no los portaba, a pesar de la obligatoriedad. 



En la escuela primaria Josefa Ortiz de Domínguez, el transportista Felipe Arauz, afirmó que no portaba gafete oficial para conducir la unidad con permiso provisional vigente desde septiembre que ofrece el servicio, y hace una semana apenas solicitó su capacitación.

“Está en trámite, lo que pasa es que a mí me metieron al curso de los (choferes) del transporte urbano porque el curso de combis no estaba programado, pero el curso de nosotros dura cuatro días, que eso fue la semana pasada”, explicó.

En cambio, Karla Beltrán, empleada y conductora de transporte escolar Alejandra, que otorga servicio en la primaria Josefa Ortiz de Domínguez y el Instituto Valladolid, portaba el permiso provisional vigente hasta mayo, seguro de viajero y licencia. Los entrevistados, con o sin permiso provisional, manifestaron que la Dirección de Vialidad y Transporte solo otorgaba concesiones a cambio de favores políticos.

Concesiones sepultadas
De acuerdo a la Secretaría General de Gobierno, en Culiacán existen 121 concesiones al transporte de educandos vigentes.



Del total, 42 fueron otorgados en 1976, 37 en 1986, 29 más entregados de 1990 a 2010, y 13 correspondientes a 2001 a 2010. La Ley de Tránsito y Transporte de Sinaloa dice que el permiso tendrá una vigencia de 25 años. 


En la presente administración del gobernador Mario López Valdez ha entregado alrededor de seis concesiones.


Sin embargo, se renuevan mensualmente 75 permisos provisionales para que los transportes ofrezcan servicios, sin ser sometidas a la rigidez de la ley.


Para realizar este último trámite, la normativa faculta a la DVyT tomar los criterios para determinar qué vehículos sí están en condiciones de circular.

Aunque las licencias expedidas tienen la vigencia de un mes, algunos conductores señalaron que se pueden extender hasta por tres meses.

“Nosotros hemos estableciendo criterios; si son eventos de educandos nosotros hemos otorgado permiso por uno, dos o tres días, pero ya para estarles prestando un servicio… varía de un mes a tres meses”, reconoció el jefe del Departamento de Permisos y Concesiones.

Miguel Ángel Robledo Depraect consideró que la antigüedad de las unidades escolares “no importa” mientras se encuentre en condiciones aptas para transitar.



En el recorrido realizado se observó que hay modelos con una antigüedad de 17 años, modelos desde 1995.


Las cuales no traen cinturones de seguridad para los pequeños, el espacio es reducido para el traslado de los pequeños y algunas más no tienen instalado el sistema de refrigeración.

Por su parte el subdirector de Vialidad y Transporte, Rubén Medina Beltrán, rechazó que la dependencia sea débil para infraccionar a quienes infringen la ley, y consideró que sí están vigilando permanentemente a todo tipo de transporte.

“No es debilidad y no siguen igual; yo creo que la percepción de la gente es esa, había un rezago tan grande que a lo mejor no se perciben los avances que hemos logrado”, dijo al ejemplificar con los operativos realizados al transporte urbano y taxis.

—¿Y lo mismo sucede con el transporte escolar? Porque se pueden ver que hay combis sin permisos, ni placas…
—Con todos ellos se está trabajando, con el Departamento de Inspectoría, y todos estamos metiéndolos al orden.

—Pero, ¿cómo, si ellos siguen ofreciendo servicio en estas condiciones?
—Los detectamos y actuamos sobre ellos. Que bueno fuera que estamos actuando y la gente viera y no se metiera, la gente se mete siempre, aun cuando los infraccionamos, les quitamos las unidades o las mandamos al corralón. Y vuelven ellos a meterse, y ahí estamos.

“El criterio de superioridad”
Robledo Depraect comentó que otorgar una concesión al transporte escolar requiere de un “criterio de superioridad” que le corresponde solo al Ejecutivo estatal.



Al otorgar el permiso, la DVyT tendría un registro oficial de los vehículos que ofrecen el servicio escolar, además se someterían a un esquema fiscal.


En el departamento existen 92 permisos de concesiones, algunas tienen aproximadamente diez años de antigüedad, sin que se haya expedido una resolución.


“Obviamente que yo no lo encuentro justificables, en mi criterio personal, pero puede que para otros, para la superioridad, para el Gobierno, haya elementos que justifiquen el hecho de que no se emitan esas resoluciones, a lo mejor las que se estuvieron presentando no estuvieron bien, o no cayeron bien. Aquí sí creo yo que hay un elemento por el cual no se va a entregar”, dijo.

—¿Qué elemento?
—La necesidad que hay de que las concesiones queden en manos de gente que realmente reúnen el perfil de solicitantes, que realmente se dediquen a esa actividad, y que la necesiten como un medio de subsistencia, como una fuente de ingresos para el sostenimiento de su familia, porque hay mucha gente que solicita y no necesita, hay gente que ni siquiera es chofer, ni es nada, y quieren no un permiso, dos, tres…

“Por problemas, lagunas que tiene la ley (de Tránsito y Transporte de Sinaloa) y el reglamento es un acaparamiento de permisos que se ha venido dando de una manera sistemática aquí en la sociedad, en donde las clases económicas más pudientes están en condiciones de acaparar beneficios que debieran de resolver a muchas familias”.

Agregó que una limitante para la DVyT es el rezago acumulado por la falta de personal para atender el trabajo burocrático.

Concesiones a transporte escolar en Culiacán
Permisos: 121


Permisos provisionales: 75


Solicitud de trámite de permiso: 92


Sanciones aplicadas: 0

Con información de DVyT

Número de escuelas en Culiacán
Preescolar: 468


Primaria: 580


Secundaria: 194

Con información de Sepyc.

Ley de Tránsito y Transporte de Sinaloa
ARTÍCULO 23. El certificado de aptitud se expedirá a todas aquellas personas que tengan licencia de manejar, y a quienes hayan aprobado los exámenes médicos y teórico-prácticos.

ARTÍCULO 41. Las placas y tarjetas de circulación servirán como identificación del vehículo.

ARTÍCULO 57. Los vehículos de transporte escolar deberán portar dos lámparas adicionales en la parte posterior y dos en la parte anterior, colocadas de tal forma que indiquen las dimensiones de la unidad.

ARTÍCULO 72. Los vehículos deben portar equipo indicador para casos de emergencia.

ARTÍCULO 158. Las autoridades de tránsito llevarán actualizado un registro y control de los vehículos que hayan sido registrados en el estado.

ARTÍCULO 159. Las autoridades de tránsito deberán llevar actualizado un registro y control de cada conductor.

ARTÍCULO 194. Las concesiones para explotar el servicio público de transporte se concederán preferentemente a quien garantice la prestación del servicio en las condiciones de calidad requeridas por esta ley y sus reglamentos.

 

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