martes, 8 de mayo de 2012

ABUSO DE PODER DE DELEGADA FEDERAL EN BCS

Amalia Camacho delegada del trabajo, exige disculpas públicas para su sobrinaA raíz de que el servicio fue negado a la sobrina de Amalia Camacho, el propietario de Lapaz-lava afirma  que su negocio fue inspeccionado por la Secretaría del Trabajo y se le señalaron 60 medidas, cada una de las cuales genera una multa de 14 mil pesos. La funcionaria responde a ZETA: “Yo no tengo ningún interés de afectarlo, ni soy responsable”.

Alejandro Acuña
El 17 de febrero de 2012, alrededor de la 1:30 de la tarde, Karla Gajón de la Toba, licenciada y sobrina de la delegada federal del Trabajo y Previsión Social en Baja California Sur, Amalia Camacho Álvarez, llegó al car wash conocido como Lapaz-lava para solicitar un servicio de limpieza a su vehículo. En ese momento se le estaba dando mantenimiento al túnel pulidor, por donde entran los autos.

Por tal situación, el servicio le fue negado. Luego de unos minutos, Karla Gajón regresó a pie a las instalaciones y se introdujo al área de lavado, que tiene letreros visibles de acceso restringido. Molesta, la joven solicitó hablar con el dueño de la empresa, el señor Javier Leonardo Obregón Lindacher, quien no se encontraba en el negocio.
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Como lo muestran las cámaras de seguridad, Gajón irrumpió hasta la parte donde se encuentra el túnel y entró sin pensar en el peligro que corría, ya que dentro hay maquinaria peligrosa, macro ventiladores, bombas de agua industriales que al menor descuido podrían provocar un grave accidente. Los empleados y la gerente le solicitaron que saliera de inmediato, lo que enojó aún más a Karla, quien finalmente salió del área de lavado y amenazó que ya tenían una denuncia en la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) y ante la Secretaría del Trabajo. El incidente quedó grabado en las cámaras de seguridad y los celulares de algunos trabajadores del car wash.
El reclamo de la clienta tuvo eco. Sólo transcurrieron cinco días para que llegara el primer inspector, quien solicitó datos completos de la empresa. “Sin ningún problema le dimos lo que nos pidió”, expresó el señor Obregón, apoderado legal de la empresa.
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Pasaron otros cinco días cuando apareció otro inspector de la Secretaría del Trabajo, identificado como José Antonio Vargas Escobar, pero ahora con un acta, notificando que había 60 observaciones a solventar. El dueño asegura que la mayoría de las observaciones que les hizo el inspector eran absurdas.
“Sesenta medidas entre las cuales me piden el programa anual de mantenimiento del aire acondicionado, siendo que somos una empresa que en ese tiempo teníamos dos meses de haber abierto y el aire acondicionado es nuevo, cuando vemos este atropellamiento y nos enteramos de que la cliente, de nombre Karla Gajón de la Toba, es sobrina de la delegada de la Secretaría del Trabajo, Amalia Camacho, pues digo, esto es más evidente que el agua, un abuso de poder, abuso de autoridad”, declaró Leonardo Obregón a ZETA.
Posteriormente se le entregó un emplazamiento de medidas de seguridad e higiene, con oficio número 123/ET/0004/2112, donde se le especifica que las condiciones de seguridad e higiene no se ajustan a los ordenamientos legales en la materia, lo que impide garantizar la salud y vida de los trabajadores, como lo establece la fracción XV del Artículo 123 de la Constitución mexicana; por lo que se le requirió hacer modificaciones importantes al establecimiento en los siguientes 20 días hábiles, de lo contrario, el comercio sería clausurado.
Las modificaciones que solicitó la Secretaría iban desde instalar sencillos extinguidores de fuego, poner detectores de humo y botiquines, hasta colocar barandales en las áreas de trabajo, cosas al parecer sencillas que de inmediato se solventaron.
momentos en que Karla Gajón irrumpe a la zona restringida
Lo difícil fue recibir los 60 señalamientos en el expediente 123/000126/2012, inspección extraordinaria de condiciones generales de seguridad, donde la Secretaría exige al car wash documentación sobre los procesos de actividad económica, información sobre los agentes contaminantes biológicos que emplean, instalaciones y áreas en el centro de trabajo, manejo y almacenamiento de materiales y procedimientos de seguridad; condiciones del ruido que se genera, registros de almacenamiento de fuentes de radiaciones ionizantes, documentación que acredite que no se generan radiaciones magnéticas no ionizantes, documentos acreditables que los empleados trabajan en condiciones  térmicas elevadas abatidas, e informes de riesgos de trabajo para hacer estadísticas por mencionar algunas. Observaciones que no se le han planteado a otros auto-lavados y que son excesivas para un negocio de este giro.
Para su mala suerte, el dueño ahora comprende que cada una de las 60 observaciones es equivalente a una multa de 14 mil pesos cada una: “Cada medida tiene un costo, -si no las cumples a como ella dice- de 14 mil pesos, si yo multiplico 14 mil por 60 medidas, me da más o menos 900 mil pesos la multa, prácticamente si me llegan a multar, yo voy a tener que cerrar el negocio, a cerrar empleos, porque no puedo pagar, yo veo que ella es juez y parte, ella dice con quién, ella dice cómo, ella pone la multa y ella misma te lo manda a  la Secretaría de Finanzas para que pagues”.
Acto seguido, Obregón se dirigió al gobierno del estado a buscar ayuda y orientación, directamente en la oficina del gobernador, donde ante tanta insistencia, lo recibió el secretario particular, Juan Manuel Espinoza Somellera, a quien expuso el caso. El licenciado le concertó una cita directa con la delegada para solicitar una explicación y dar solución al conflicto.
El dueño del lavado asistió a la cita con una grabadora, argumentando que estaba en su derecho ante un posible abuso de autoridad. “En un principio la delegada se portó amable conmigo y mi abogada, conforme pasaban los minutos se iba alterando, al grado que me exigió le pidiera disculpas a su sobrina, lo tomó personal”, afirmó el comerciante.
Nadie está por encima de la Ley: Amalia Camacho
En contraparte, la delegada de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Amalia Camacho, dijo a ZETA que éste es un asunto político, dejando en claro que en su posición como funcionaria, tiene la obligación de realizar inspecciones de todo tipo a establecimientos donde existan riesgos para las personas, desde restaurantes, hoteles, gasolineras y lavados de autos.
Para Camacho, lo que está sucediendo en el caso particular del car wash Lapaz-lava, es que el dueño no quiere recibir a los inspectores y está volteando las cosas para intimidar a las autoridades. “Yo no tengo ningún interés de afectarlo, ni soy responsable, tengo muchos familiares y amigos, yo no soy responsable si el señor tuvo un disgusto”, defendió la funcionaria.
En Baja Califonia existen en registro poco más de 2 mil empresas, en las cuales laboran 112 mil trabajadores. Cada una de esas compañías tiene la obligación de recibir, cada que sea necesario, a los inspectores de la Secretaría del Trabajo, en operativos tanto de vigilancia como de prevención.
Ante cada inspección a los comercios, los agentes deben mostrar en todo momento identificación, ser cautelosos ante algunos patrones que generalmente no consideran grata la visita de alguien que los revise tanto en local como en documentos. Asimismo, tienen derechos, obligaciones y prohibiciones.
Cada negocio debe permitir el acceso del inspector al centro de trabajo y otorgar las facilidades, apoyo y material requerido de carácter administrativo -de conformidad con la Ley Federal del Trabajo, sus reglamentos, normas oficiales y demás disposiciones aplicables-, y permitir que se efectúen interrogatorios a los trabajadores. Además, el inspector podrá efectuar un recorrido por las instalaciones de la empresa con o sin el patrón. De no cumplirse estos reglamentos,  de inmediato se denuncia la irregularidad y el local podría ser multado.
La delegada asegura que la empresa no quiere ser revisada por las irregularidades que tiene, y que el comerciante está tomando un hecho aislado como el detalle con su sobrina, para amedrentar a la funcionaria federal y hacer de la situación algo mediático.
Sin embargo, en voz propia de Amalia Camacho, a través de una grabación hecha por el comerciante en la reunión que sostuvieron, ella amenazó que para finalizar con las acciones legales en contra de la empresa, debía ofrecer una disculpa pública a su sobrina Karla Gajón de la Toba; de lo contrario, se aplicaría la Ley.
En la cinta, se escucha claramente a Camacho decir que  tiene el poder de inspeccionar el car wash en innumerables ocasiones: “Yo estoy facultada para hacerte cincuenta mil visitas cada vez que quiera, te solicito una disculpa a mi sobrina”.
Para Javier Leonardo Obregón, dueño del establecimiento de lavado de autos, está claro que la funcionaria federal acosó a la empresa al enviar a inspectores federales, por un asunto personal. Incluso, considera que se están desviando recursos públicos para atender una cuestión familiar.
Por ahora, Lapaz-Lava, S. de R.L. de C.V. está en espera de la resolución a las respuestas enviadas a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, respecto a las 60 observaciones presuntamente encontradas por los inspectores.

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