miércoles, 25 de enero de 2012

LA PGR AL SERVICIO DE JORGE HANK RHON


Las aves que fueron descubiertas por elementos del Ejército Mexicano en el jet privado que fue rentado a una compañía en Las Vegas para trasladar a Jorge Hank, a María Elvia Amaya de Hank y diez personas más en un vuelo redondo de Tijuana a Toluca, el domingo 15 de enero no contaban con permisos y ni documentación que probara su legítima procedencia, su legal posesión y la regulada transportación. 

Ni siquiera contenían el marcaje que otorga la SEMARNAT a este tipo de animales. Dos de las especies están protegidas por una norma mexicana, su posesión en esas condiciones constituye un delito penal federal. 

Sin embargo, el ex presidiario no fue llamado a declarar, ni siquiera después que uno de sus escoltas declaró que los animales provenían de un rancho del ingeniero en el Estado de México y que él sólo había acudido a recogerlas. 

Lo detuvieron a él, quien el miércoles fue identificado por sus abogados, como el legítimo comprador de las aves. La burla de Hank a la justicia con el apoyo de las autoridades mexicanas, en todo su esplendor.

Lo dejaron ir.
A Jorge Hank Rhon y a María Elvia Amaya de Hank, la Policía Federal y la Procuraduría General de la República, les favorecieron para no enfrentar la ley por delitos contra la fauna, establecidos en el Código Penal Federal.

Funcionarios de la autoridad federal, dieron por válida una inverosímil versión sobre la procedencia y transporte de aves, entre las cuáles se encontraban dos especies protegidas por la NOM-059-SEMARNAT-2010, lo cual convierte la acción en un delito grave que se castiga con pena corporal de uno a nueve años de prisión.

Para evitar que quienes rentaron el avión y encabezaron a los pasajeros del jet Grumman Gulf Stream con matrícula N250M5, fueran consignados por violentar el artículo 420 del Código Penal Federal, que consigna la sanción a delitos contra la fauna, y que en su inciso IV refiere: a quien “realice cualquier actividad con fines de tráfico o capture, posea, transporte, acopie, introduzca al país o extraiga del mismo, algún ejemplar, sus productos o subproductos y demás recursos genéticos de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres o acuática en veda, considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, o regulada por algún tratado internacional del que México sea parte…”, en la delegación de la PGR aceptaron que un Policía Comercial de Tijuana, con un sueldo de 8 mil 272 a la quincena, adquirió 24 aves en el Estado de México, y utilizó a la familia Hank y el avión que éstos rentaron para trasladarse de Tijuana a Toluca y viceversa, para que le trajeran la aviaria adquisición.

De esta manera, la Procuraduría General de la República dejó ir una vez más a Jorge Hank Rhon, tal como lo hicieran en 1995 entonces bajo el mandato de Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando fue retenido apenas unas horas por contrabando en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México.

El gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, contribuyó una vez más, como lo hiciera en junio de 2011, a la impunidad en la que vive Jorge Hank Rhon y ahora su esposa María Elvia Amaya de Hank, quien es aspirante a la candidatura al Senado de la República por el Partido Revolucionario Institucional.

La historia real del tráfico de aves
En los dos partes informativos elaborados, uno por la Policía Federal, el otro por el Ejército Mexicano, sobre lo sucedido el lunes 15 de enero, dan cuenta que el oficial de la policía comercial de Tijuana, Óscar Gómez Islas, quien se identificó como la persona que adquirió las aves y las transportó, nunca fue un pasajero en el avión.

De hecho, él arribó una vez que la familia Hank y sus acompañantes habían abandonado el Aeropuerto Internacional de Tijuana, y lo hizo en su calidad de empleado bajo la orden de descargar el equipaje y las cajas que documentaron en el Estado de México, los privilegiados pasajeros.

Cuando fue abordado por elementos del Ejército primero, y por la Policía Federal después, el agente rentado por Hank al Ayuntamiento de Tijuana para su protección personal, declaró que las cajas que contenían las aves “provienen de un rancho ubicado en Toluca, Estado de México, propiedad del ing. Jorge Hank Rhon”.
El mismo oficial, hoy liberado luego de declarar a la PGR que él adquirió las aves y presentar la documentación que lo acreditaba, declaró a la Policía Federal, que él se encontraba en el hangar porque tenía la encomienda de “venir a recoger las aves antes mencionadas, haciéndose acompañar por los C.C. Raúl Ortiz Elisea, Luis Enrique León Briseño y Sergio Iván Parra Vite, manifestando no traer consigo ningún documento de dichas aves”. El parte informativo fue firmado por los oficiales de la Policía Federal. Osvaldo Campos Quintana, Miguel Ángel Ramos Macedonio, Ismael Mora Limón y Rommel Espinoza Monterrubio.

De acuerdo a la información que proporcionó el agente Óscar Gómez, él nunca fue pasajero de la aeronave.

El viernes 13 de enero de 2012, Jorge Hank Rhon, su esposa María Elvia Amaya de Hank y otros familiares, llegaron al hangar privado del Aeropuerto Internacional de Tijuana para abordar un vuelo privado que los llevaría al Aeropuerto de Toluca, Estado de México.

El domingo 15 regresaron en el mismo avión rentado a una compañía con sede en la ciudad de Las Vegas en Nevada. Contra las reglas de seguridad en cualquier aeropuerto mexicano, los pasajeros del avión descendieron de éste y se retiraron sin ser revisados por autoridad alguna. Ni por la seguridad del Aeropuerto Internacional de Tijuana, ni por la Policía Federal, menos por Aduanas y elementos del Ejército Mexicano tampoco los molestaron.

Los pasajeros que salieron impunes de la aeronave privada donde “se trasladaba el ing. Jorge Hank Rhon”, fueron –en orden de anotación en el parte:

* María Elvia Amaya de Hank.
* Sergio Amaya.
* María Claudia Aranjo.
* María Guadalupe Amaya.
* Nirvana Amaya.
* José María Amaya.
* Rodrigo Hank.
* Paulina Esquineo.
* Roxana Esquineo.
* Nallely Aguilar.
* Michel de Aguilar.

Aparte, la sobrecargo no identificada por nombre, y el piloto de la nave identificado como Gabriel Reyes.

Después que vehículos privados se llevaron a los pasajeros lejos del Aeropuerto, elementos del Ejército Mexicano observaron que dos camionetas particulares ingresaron, “con la anuencia del personal de seguridad del Aeropuerto”, al hangar. Se ubicaron contra la regla, en las inmediaciones del jet Gulf Stream y comenzaron a bajar cajas de cartón e introducirlas a los vehículos. 

Esta acción llamó la atención de los militares, quienes inspeccionaron la carga en concordancia con la directiva para el combate integral al narcotráfico 2007-2012.

La acción quedó registrada así en el documento informativo:
“…al observar el ingreso de dos vehículos particulares tipo pick up, tripulados por Óscar Gómez Islas, Policía Municipal de Tijuana, Raúl Ortiz Elisea, Luis Enrique León Briseño y Sergio Iván Parra Vite, hasta el área de carga de aviación general, con la autorización del personal de seguridad privada del aeropuerto, se procedió a verificar la carga que transportaba dicho avión, localizando diversas cajas de cartón, selladas con cinta adhesiva, que en su interior contenían: 1 halcón cabeza blanca, 4 tucanes, 18 aves cenzontles, 1 cardenal…

“por lo anterior y al carecer de la documentación legal que acreditara la legítima posesión de tales especies, se estableció coordinación con el personal de la Policía Federal… a fin de que las personas, los animales y demás artículos, fueron puestos a disposición del agente del M.P.F”.

En la forma del plan de vuelo entregado por el piloto a las autoridades, se confirma que quien encabezaba a los pasajeros era Jorge Hank Rhon, y que el resto lo comprendían los familiares ya mencionados. Ninguno de los oficiales está anotado en la lista realizada a mano por el piloto.

Es evidente de acuerdo a las declaraciones iniciales del policía municipal Óscar Gómez Islas, que él se presentó al hangar privado del aeropuerto de Tijuana, únicamente para recoger las aves y trasladarlas a la casa de Jorge Hank en el hipódromo Agua Caliente, donde de hecho, el ex presidiario –fue detenido en junio de 2011 por acopio de armas– habilitó un zoológico, el cual se presume era el destino final de las aves que antes de ello –también por declaraciones del policía– se tuvo conocimiento que se encontraban en “un rancho del ing. 

En el Estado de México”, como es conocido, la propiedad perteneció a su padre, Carlos Hank González y se le identifica como Nirvana.

Gobierno favorece a Hank
Jorge Hank Rhon pudo burlar a la justicia mexicana una vez más, al contar con una serie de apoyos institucionales que iniciaron en el aeropuerto de Toluca, donde al derrotado candidato al gobierno de Baja California en 2007, transitó sin ningún problema la aduana aeroportuaria para ingresar al avión rentado, las cajas de cartón que contenían las aves.

Los pájaros fueron internados primero al aeropuerto y después a la aeronave, sin documentación que acreditara la legal procedencia, la legítima posesión y los permisos para transportación por la vía aérea. Las autoridades del Estado de México y las federales en el aeropuerto le permitieron el paso en total impunidad. Con privilegios.

Al llegar a Tijuana, funcionarios del aeropuerto internacional de esta ciudad, policías federales y privados de la estación aérea, también le concedieron la garantía del libre paso. Ni los pasajeros ni la tripulación fueron molestados en su salida de las instalaciones. 

De hecho, a diferencia de otros pasajeros particulares y de aerolíneas comerciales, a los Hank no se les pidió estar presentes mientras su equipaje y cargamento era revisado por la autoridad. De no ser por la alerta de los elementos del Ejército, quienes se abocaron a tender la situación cuando las cajas eran descargadas, las pertenencias del hijo del profesor Carlos Hank habrían salido del hangar privado sin problema alguno.

La lista de funcionarios y actores que permitieron a Jorge Hank burlar una vez más la Ley, quedó anotada así en una tarjeta informativa:

* “Jaime Arroyo García, gerente de operaciones y seguridad del aeropuerto internacional Abelardo L. Rodríguez, con oficinas en la administración de dicho aeropuerto.

* “Édgar Arévalo Torres, elemento de seguridad que permitió el paso de vehículos particulares al aeropuerto para recoger el equipaje de los pasajeros.

* “Marco Antonio Santillán Patiño, comandante del aeropuerto.
* “Guillermo Villaca Morales, administrador del aeropuerto internacional Abelardo L. Rodríguez”.

Estas personas, fallaron en su calidad de supervisores y vigilantes del aeropuerto al no revisar el contenido en el equipaje de un vuelo privado que arribó al hangar.

Luego que elementos del Ejército descubrieran el cargamento de aves, y la ausencia de documentación de su procedencia, posesión y transportación, éstos remitieron a los escoltas de Hank junto con la carga, a los elementos de la Policía Federal asignada al aeropuerto, de hecho así lo anotaron. 

Mientras los de seguridad fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal, y las aves confiscadas y enviadas a un parque, al piloto se le permitió la salida del avión del aeropuerto para que continuara con su itinerario de vuelo, que de acuerdo a la bitácora estaba establecido así: Toluca, Estado de México-Tijuana, Baja California-San Diego, California.

En los días siguientes, los cuatro escoltas detenidos fueron procesados en la delegación de la PGR en Tijuana. El titular Fermín Gómez Gómez, quien no atendió los llamados de ZETA para obtener información sobre el caso, abonó al ambiente de impunidad para que los Hank no fueran siquiera citados a declarar sobre lo que aparentemente era tráfico de aves.

Aun cuando el avión fue rentado a una compañía con sede en Las Vegas, Nevada para la transportación de Jorge Hank, María Elvia Amaya de Hank y diez personas más, y que tanto el equipaje como la carga les pertenecían, la autoridad federal optó detener a los escoltas, con base en Tijuana y no parte de los pasajeros. En ningún momento, la autoridad federal consideró llamar a declarar a la persona que rentó el vuelo, y quien en compañía de su esposa y sus parientes, encabezaba a los pasajeros.

Cosa contraria, los abogados del Policía Municipal y sus tres compañeros escoltas, acreditaron tres días después del decomiso y la detención, que las aves las había adquirido el oficial y que contaba con todos los permisos, sin los cuales le permitieron a Jorge Hank en el Aeropuerto de Toluca, introducir las aves para trasladarlas a Tijuana y entregárselas al agente activo de la Policía Municipal de Tijuana que está dado de alta en la Policía Comercial para que Hank lo pueda rentar.

Delitos contra la fauna
De acuerdo a un peritaje realizado por la PROFEPA (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente), de las nueve especies aviarias que transportó Jorge Hank en el avión que rentó para el viaje redondo Tijuana-Estado de México, dos se encuentran bajo protección de la autoridad. Una en calidad de especie amenazada, la otra como especie de protección especial.

Se lee en el peritaje de la PROFEPA:
“Se trata de 24 aves para su identificación: 17 aves canora y de ornato vivas de diferentes especies contenidas en jaulas dentro de cajas de cartón como embalaje y 01 ave de nombre común cardenal que se encontró muerto dentro de una jaula contenida en una caja de cartón como embalaje, 05 tucanes vivos dentro de una caja de madera como embalaje con cuatro compartimientos, contenidos tres especímenes de manera individual y dos juntos, 01 halcón caracará contenido de un jaula individual”.

En el mismo documento se especifica que de las 18 aves canoras, cuatro conocidas como Jilguero Común, “especies de nombre científico Myadestes occidentalis se encuentra en los listados de la NOM-059-SEMARNAT-2010, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 30 de diciembre del 2010 como especie de protección especial”.

Otras tres, identificadas como Clarines, “especies de nombre científico Myadestes unicolor se encuentra en los listados de la NOM-059-SEMARNAT-2010, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 30 de diciembre de 2010 como especie amenazada”.
El peritaje señala además que para la captura, posesión y transportación de las aves se debe contar con permisos, así como que cada animal al momento de ser adquirido debe contar con “el sistema de marcaje establecido por la secretaría, siendo éste un anillo metálico con las inscripciones de la Secretaría y un número de serie, así como la nota de remisión que contenga los datos de número y fecha del oficio de autorización de aprovechamiento de subsistencia”.

Finaliza el peritaje de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales sobre las aves transportadas por Jorge Hank en el avión particular:

“Durante la realización del presente dictamen no se tiene a la vista ningún tipo de documentación de comprobación de la procedencia legal de las aves.

“Ninguna de las aves en cuestión, trae algún tipo de marcaje”.

Elementos que ni la Policía Federal, ni la Procuraduría General de la República en Tijuana, consideraron necesarios solicitar al momento de turnar el expediente. De acuerdo a información pública, por los abogados de los detenidos, presentaron documentación, con todo y que las aves no contaban con el marcaje reglamentario.

Poseer sin autorización y transportar sin los permisos, aves sobre las cuales se tiene una clasificación especial, en este caso de amenaza y protección especial en una norma mexicana, constituye la comisión de un delito.

Un empleado de la PROFEPA refirió a ZETA el artículo 420 del Código Penal Federal, donde se sancionan los delitos contra la fauna:

“Se impondrá pena de uno a nueve años de prisión y por el equivalente de trescientos a tres mil días de multa, a quien ilícitamente:

“IV. Realice cualquier actividad con fines de tráfico o capture, posea, transporte, acopie, introduzca al país o extraiga del mismo, algún ejemplar, sus productos o subproductos y demás recursos genéticos de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres o acuática en veda, considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, o regulada por algún tratado internacional del que México sea parte…”.

Sin embargo, Jorge Hank logró burlar una vez más a la Ley, con la ayuda de la Policía Federal, de las autoridades aeroportuarias en el Estado de México y en Tijuana, así como la venia concedida por la PGR en Tijuana, para dar por cierta la versión de los abogados: Que los pájaros los compró el policía municipal Óscar Gómez Islas.

La fantástica historia que contrasta con las declaraciones iniciales del oficial Gómez, es que el 13 de enero adquirió las aves en la Ciudad de México, en el negocio Mundo Salvaje Importador y Exportador de Fauna Silvestre, a razón de seis mil pesos cada uno de los tucanes, a 500 pesos los clarines, a cuatro mil el halcón. Otra compañía, “le vendió” tres cenzontles, tres tigrillos, tres jilgueros, tres cardenales y tres mirlos en 2 mil 90 pesos por todos.

También informaron que el oficial con un salario que puede ir de los 8 mil 272 pesos a los 12 mil 400 pesos a la quincena de acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana, había pagado por el traslado, en avión privado, de las aves a Tijuana. Lo que no dijeron, fue dónde pensaba el policía, dar resguardo a las aves.

Jorge Hank Rhon, con estos dichos y contra la realidad inscrita en los documentos informativos de la tarde del domingo 15 de enero de 2012, logró una vez más, burlar a la justicia.

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