Las
recientes ejecuciones en Zacatecas encendieron con anticipación los
focos rojos en la entidad, territorio que, a costa de sangre y fuego, el
Cártel del Golfo busca arrebatar a Los Zetas. Así, los ciudadanos se
alistan para renovar los ayuntamientos y el Congreso local en medio del
temor, su decepción de un gobierno priista que no les devolvió la
tranquilidad como había ofrecido y la polarización política que ya ha
desatado sus propios pleitos.
ZACATECAS, ZAC. (apro).- La
tarde del viernes 21 de junio, el expresidente municipal de Saín Alto,
José Ramírez Román, se encontraba reunido en su domicilio con el equipo
de campaña de su cuñado Martín Arturo Zamora, candidato del PRI a la
alcaldía, cuando un comando irrumpió en el inmueble y, luego de sacarlo
violentamente, lo asesinó a las puertas de la casa.
Los sicarios
obligaron a las 15 personas que se encontraban en la reunión de trabajo a
que se tiraran al piso; enseguida, les arrebataron computadoras
personales, carteras y relojes y, después de ejecutar al exalcalde, se
dieron a la fuga en la camioneta de su víctima.
Cuatro días
después del crimen, el martes 25 de junio, el procurador Arturo Nahle
García aseguró en entrevista radiofónica que “ya estaba resuelto” el
homicidio de Ramírez Román.
El titular de la PGJE señaló que la
Policía Ministerial (PM) tenía detenidos y confesos a dos autores
materiales del crimen y se estaba ubicando a un tercer implicado. “El
móvil del homicidio –sostuvo el procurador– fue el robo”.
Pero el
informe de la PGJE no fue compartido por Juan Carlos Lozano Martínez,
dirigente estatal del PRI, quien en entrevista asegura que la ejecución
del exalcalde tuvo motivaciones políticas.
“En Saín Alto falleció
un gran amigo mío y compañero personal: Pepe Román… estaba en una
reunión en su casa, una reunión de campaña de su cuñado José Arturo
Zamora, que es nuestro candidato a la presidencia municipal… (este
homicidio) es de un contexto político, más que otro tipo de evento”,
acusó.
El domingo 7, los zacatecanos buscarán dejar a un lado su
miedo a la violencia –desatada por la pugna entre el Cártel del Golfo y
Los Zetas, quienes se disputan a fuego y sangre la plaza– para elegir a
30 diputados y renovar las autoridades en 58 ayuntamientos.
No
obstante, para Gerardo Espinoza Solís, dirigente estatal del PRD, desde
hace tres años, cuando el PRI recuperó la gubernatura, “vemos que hay un
asunto oscuro tras el poder.
“Cuando ganaron la elección hace
tres años, algo pasó cuando alguien quedó inconforme y se vino una
escalada de violencia en el estado. Solamente digo lo que veo, al igual
que la mayoría de los zacatecanos: en el estado desde hace tres años se
desató una escalada de violencia que el gobierno no ha querido ni ha
podido acabar”.
Y lo peor, asegura Espinoza Solís, es que en la
recta final de este proceso electoral hay indicios de que la violencia
se agravará en los próximos días.
“Consideramos que estamos nada
más a unos días de que esto se desate. Este gran problema que se ha
querido tapar, que es la violencia, la inseguridad y la pobreza, puede
tener un trágico desenlace para el proceso electoral. Ya hay muertos en
Zacatecas, ya hay sangre en las elecciones, y la autoridad electoral no
dice nada”.
Por separado, Arturo López de Lara, dirigente estatal
del PAN, partido que en la entidad formalizó su alianza con el PRD,
afirma que la violencia en las campañas electorales “es un riesgo
latente, lo acabamos de ver con el homicidio del exalcalde de Saín
Alto”.
En el PAN se tienen reportes de la presencia de comandos en
los municipios de Jiménez del Teúl y Chalchihuites –limítrofes con
Durango–, que han amedrentado a la población en general y a los equipos
de campaña de partidos opositores al PRI.
El “voto del miedo” en
Zacatecas, sostiene el dirigente del PAN, está presente en varias zonas
de la entidad, en una situación comparable a la de Michoacán en la
pasada elección de gobernador, “donde en varios municipios el crimen
organizado fue un factor fundamental y comandos armados presionaron y
obligaron a la población a votar por el PRI, ¡y está documentado de
principio a fin!, aunque aquí ojalá el día de los comicios no se llegue a
esos excesos”.
Y prácticamente ningún partido se ha salvado de los incidentes perpetrados por los grupos delincuenciales.
En
la última semana de abril, el diputado local con licencia Benjamín
Medrano Quesada, candidato a la alcaldía de Fresnillo por el PRI, se
encontraba en una reunión con su equipo de trabajo en la casa de campaña
y gestión ubicada en la calle Lázaro Cárdenas del centro de esta última
ciudad (bastión del PT), cuando un grupo de hombres que portaban armas
largas arribó al lugar y sometió a todos los presentes.
El grupo
era mensajero de amenazas de muerte para el abanderado tricolor y los
miembros de su equipo: “O abandonan la campaña o les va a pesar”,
advirtieron los gatilleros para luego retirarse del lugar.
Desde
entonces, el candidato del PRI es escoltado, día y noche, por una
veintena de policías ministeriales y estatales, la mayoría de ellos
vestidos de civil.
El “voto del enojo”
Un integrante del gabinete estatal –que pidió reservar su identidad– dijo:
“Todo
mundo ha hecho sus encuestas, todo mundo se vende como el favorito para
ganar, pero nadie ha medido el voto del enojo… hay mucha gente que se
siente agraviada, siente que Miguel Alonso Reyes, a tres años de
gobierno, no cumplió”.
Si la gente sale a expresar ese disgusto en las urnas, advirtió, “entonces sí, el PRI en Zacatecas se llevará muchas sorpresas”.
Además
de sus escándalos por presunto enriquecimiento ilícito y de los severos
cuestionamientos por la incapacidad de su gobierno para contener y
revertir la violencia y la inseguridad, al priista Miguel Alonso Reyes
no se le reconoce algún logro.
Reportes de la Secretaría de la
Defensa Nacional (Sedena), a los que la reportera tuvo acceso, reflejan
el encarnizamiento con que el Cártel del Golfo y Los Zetas disputan este
territorio, a sus anchas: en los primeros seis meses del año han muerto
al menos 280 personas.
Las víctimas han sido ejecutadas, quemadas
o mutiladas, lo mismo en enfrentamientos entre presuntos integrantes
del crimen organizado que en las refriegas entre éstos y las
corporaciones federales y estatales.
La cifra oficial del gobierno
del estado sobre los caídos en la guerra del narco en Zacatecas es muy
inferior a la que registran la propia Sedena y la Marina Armada de
México, que en este tipo de reportes dan cuenta de los cadáveres que son
“recuperados” por comandos que operan fugazmente como un “servicio de
limpieza” antes de que acuda al lugar de las ejecuciones el personal de
la Policía Ministerial y los peritos forenses.
A unos días de la
elección, mientras en Fresnillo se desencadenan verdaderas matanzas y en
todo el territorio estatal partidos, candidatos y militantes se azuzan
unos a otros en su propio lenguaje de violencia política, el gobernador
Alonso Reyes guarda total silencio, y muchos de sus colaboradores optan
por dedicarse de lleno a trabajar en las campañas del PRI.
Esta
ausencia del gobernador es un vacío que se suma al que buscan crear los
propios grupos del crimen organizado y del narcotráfico, con el
escenario electoral encima, afirma el doctor Rubén Ibarra Reyes,
director del Postgrado de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma
de Zacatecas (UAZ).
“Nadie del gobierno del estado ha salido a
pedir mesura, mientras candidatos están azuzando a sus propios equipos a
ser violentos. Ha habido enfrentamientos verbales, físicos y se rumora
que también armados”, dice en entrevista.
El investigador apunta
varios “focos rojos” en esta combinación de violencia y elecciones para
el próximo 7 de julio, con Fresnillo a la cabeza.
“Fresnillo lo va
a ser, ya lo es desde ahorita; si la violencia no tiene que ver con el
asunto electoral, tiene que ver con el dominio de un poder y las
elecciones importan. La capital lo va a ser; Guadalupe; Villa de Coss
serán municipios muy difíciles. Y después de éstos, los del norte: Río
Grande y Sombrerete”.
Estos focos rojos tienen mucho que ver con
el tema de la violencia, “pero no sólo de los grupos organizados, sino
de los militantes de los partidos políticos. Esta barrida que está
haciendo un cártel con el otro ha agitado aún más el avispero, y lo que
vemos ahora son delincuentes menores haciendo de las suyas en términos
violentos, eso calienta el ambiente social”.
Si a ello se suma que
en municipios como Fresnillo hay una sociedad muy polarizada, “las
campañas y declaraciones de los candidatos encienden la mecha para un
posible conflicto social y postelectoral”, alerta.
El investigador prevé un fuerte voto de castigo contra el gobierno priista de Miguel Alonso Reyes, y otro voto: el del miedo.
“El
zacatecano no va a votar por desencanto. La promesa más importante del
gobierno actual (de Miguel Alonso) fue acabar con la violencia, terminar
con el narcotráfico y, al no verse atendida esta necesidad social, el
ciudadano se va a abstener de votar”, dice.
En este escenario tan
revuelto, “hay candidatos que públicamente lo han dicho (que son
amenazados); otros muchos lo dicen en sus mítines, en sus casas de
campaña, a sus colaboradores más cercanos”.
Este voto del miedo,
traducido en abstencionismo, puede beneficiar al PRI en ciudades como la
capital, donde quiere mantener la alcaldía, pero ir en su contra en
Fresnillo, donde lucha por arrebatar el gobierno al Partido del Trabajo…
o a los Monreal Ávila, mejor dicho.
“En los estados del
centro-norte del país es claro el desplazamiento de un grupo criminal
por otro, pues aquí se nota el desplazamiento del Cártel del Golfo por
Los Zetas. Los grupos del narcotráfico están buscando la forma de
generar un vacío de poder del Estado, y lo consiguen mediante esta
violencia”, reflexiona.
Aunque todavía no existen pruebas
contundentes que permitan afirmar que hay candidatos financiados por el
narco, precisa Ibarra Reyes, “sí existe la terrible posibilidad de que
se generen compromisos de los posibles gobernantes para que la
delincuencia organizada pueda operar.
Si el país está fragmentado en
municipios, entonces se pueden hacer este tipo de compromisos. Michoacán
es el ejemplo más claro, pero en Zacatecas está latente esa
posibilidad”, remata.
/ 6 de julio de 2013)
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