Llama a la
PGJE y a la CEDH a investigar…
”Lo dieron
por muerto sus agresores, después de ejecutar a su hermana y sobrino en el
rancho “El Recodo”, cercano a la población de Guadalupe Grande, en el municipio
de Sahuaripa Sonora, hoy vive para contarlo, dice no tener miedo mientras
muestra a Dossier Político las heridas de bala en su cuerpo…
Jesús Ortega
/ Dossier Politico
Hermosillo, Sonora
.Los hechos ocurrieron el 18 de junio cuando Adalberto Bermúdez Castro, de 44
años, caminaba por sus tierras de pastoreo en el rancho propiedad de la familia
en compañía de su hermana Concepción Bermúdez Castro de 46 años e hijo de ella,
Manuel de Jesús Bermúdez Castro, de 19 años, narra a este medio sonorense.
”Lo dieron por
muerto sus agresores, después de ejecutar a su hermana y sobrino en el rancho
“El Recodo”, cercano a la población de Guadalupe Grande, en el municipio de
Sahuaripa Sonora, hoy vive para contarlo, dice no tener miedo mientras muestra
a Dossier Político las heridas de bala en su cuerpo.
Cuando se disponían
a alimentar a la vacas, fueron interceptados por sus primos Mario Castro Salas,
de 42 años, quien traía fajada en la cintura una pistola calibre nueve
milímetros y por Apolonio Castro Coronado, alias “El Tacho Castro”, de 60 años,
el cual portaba una pistola calibre 357, quienes viven en el rancho “Junta de
los Ríos”.
El sobreviviente
continúa narrando que luego de unos minutos de discusión por los tierras de la
familia, de manera intempestiva “Tacho Castro” sacó la pistola que portaba para
dispararle logrando agarrarle la muñeca donde empuñaba el arma, momento en que
se disparó.
La bala le rozó el
cuello interviniendo en el forcejeo por el arma
el otro pistolero quien apuntó con la pistola, ordenando a ambos que se
calmaran o de lo contrario los mataría a los dos.
Parecía que las
cosas quedarían así, siguió contando Adalberto,
“me dirigí a la parcela para cortar zacate para las vacas, siempre con
el temor que mis primos regresaran, volteaba de reojo, sabía que estaban
cerca”.
El hoy afectado
agregó que cuando recogía la comida para el ganado con el apoyo de su hermana,
su sobrino se alejó del lugar para evitar que los animales se metieran a otra
área del terreno, minutos después escucho un balazo, su consanguíneo había
caído muerto.
Los pistoleros
habían regresado y se dirigían hacia el lugar donde se encontraban, lanzando
insultos al aire al tiempo que disparaban, “un balazo me dio en el cuello y
empezó a salir mucha sangre” continuo diciendo el denunciante, mientras su
hermana gritaba desesperada, de nada sirvió unos segundos después un disparo la calló al instante.
“Yo herido continúe
caminando como podía rumbo al rio hasta que miré la camioneta de mi hermano y
le grite, el me prestó ayuda y me llevó al pueblo para que me atendieran”.
La familia del
afectado denunció ante las autoridades los hechos el mismo día de los
asesinatos y a diecisiete días de ocurrida la tragedia, no habido autoridad que
se atreva acudir a la zona donde se encuentran los agresores para detenerlos.
La familia Bermúdez
Castro ha tenido que migrar a la ciudad de Hermosillo como protección, en donde
ratificaron su denuncia ante el Ministerio Público de homicidios, dejando en el
olvido sus propiedades único patrimonio de la familia.
A través de Dossier
Político pidió el apoyo del procurador de Justicia del Estado, Carlos Navarro
Sugich y del presidente de la CEDH Sonora, Raúl Ramírez para abocarse a las
investigaciones y se capture lo más pronto posible a los presuntos para evitar
de que ocurran más muertes.
(DOSSIER POLITICO/ Jesús Ortega / 2013-07-06)
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