Santiago
Samaniego / Dossier Politico
Tengo desde 1991
escuchando que el Puerto de Guaymas ampliará su área de operaciones en un
ambicioso proyecto que mucho antes anunciaban con bombo y platillo la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la famosa, SCT.
En sus oficinas
generales en Insurgentes en la Cd. De México, me tocó personalmente admirar la
enorme maqueta que daba cuenta de la ampliación estructural del Puerto
alcanzando dicha proyección hasta las Playas de Empalme, colindando con el
Cochorit.
Era una maqueta
impresionante que ocupaba todo un piso en la parte alta del imponente edificio
gubernamental, me imagino que ahí está todavía, aunque debe estar apolillada a
estas alturas.
Era impresionante en
verdad la magnitud de la obra, como sigue siendo igual de impresionante
actualmente el mismo proyecto, al cual no le han quitado ni puesto nada más al
paso del tiempo, pero que, amenaza con seguir paralizados sus trabajos, al
igual como han estado por más de veinte años.
Antes el problema
era la lana, no había recursos, nadie agarraba el toro por los cuernos, y así
estuvo por añales. Ahora que por fin parecía que los recursos ya fluirían, que
ya existía una enorme partida para ello, todo mundo echó las campanas al vuelo
y los medios nacionales y extranjeros ponderaron la decisión presidencial.
La esperanza de ver
cristalizada la tan necesaria ampliación de la operación portuaria se veía
cerca, todos los actores se ilusionaron
y cada uno en su sector correspondiente empezó a prepararse para administrar la
riqueza que traería consigo el enorme potencial laboral que prometía la obra.
Y en efecto, tal
obra traerá “divisas” impresionantes al Puerto, son muchos los sectores ya
establecidos que multiplicarán macrométricamente sus ingresos, la derrama
económica, la creación de empleos, la economía local, los inversionistas
locales y foráneos, todo mundo se verá altamente beneficiado.
¿Por qué hablo en
futuro con seguridad que será una realidad? Por que algún día será una
realidad, pero, no ahora, no como estaba planeado y anunciado, no como la expectativa
pintaba, pero ¿Por qué soy tan pesimista y aguafiestas?
Es que no soy yo
quien está deteniendo el progreso de Guaymas, vía ese importante sector, son
los hombres, son los políticos de siempre, los que no ven más que por sus
intere$e$, es ahí cuando se estrella cualquier proyecto por más bondadoso y
factible que sea, como este que hoy me ocupa.
¡Vaya! Ni siquiera
se han licitado las obras, cosa que ya debía haber sucedido hace mucho tiempo,
pero ¿Saben por que? Por que a un Señor Arq. Víctor Manuel Suarez Ramírez se le
ocurrió ampararse contra la magna y necesaria obra, la que vendría a darle un
giro total a la economía portuaria, la que crearía muchos empleos bien
remunerados y traería por fin riqueza a la región.
Pero ¿Cuándo no? En
Guaymas los peros son pan de cada día, cuando no son los locales los que no se
ponen de acuerdo, son los de arriba los que vienen y meten su cucharota viendo
a ver que se les pega.
Tal es el caso de la
ampliación del Puerto, al Sr. Ricardo Mazón, quien dicen es el que realmente
está detrás del Arq. Suarez, este es solo palero del otro, pretende la tajada
del león y trata por todos los medios sacar su buena parte del pastel, para lo
cual toma medidas retardatarias al proyecto con la intención de hacer tiempo y
mover las piezas del tablero para lograr acomodarlas y lograr su cometido.
Luego entonces, el
Juez Primero de Distrito, Juez de la
causa, da entrada al amparo donde se interpone un recurso de revisión e
inconformidad con el paro de que las obras contempladas afectarán gravemente el
Impacto Ambiental y Turístico de la Playa del Sol ¡Válgame dios!
¿Cuál impacto? Si
todos sabemos que dicha Playa está alejada geográficamente del corazón de la
obra, si todos sabemos por acá que tiene más turismo el Sector Las Batuecas o
la Presa seca de Hermosillo que dicha playa, luego entonces ¿Cuál impacto?
¡Ah! Pero el Sr.
Juez Primero de Distrito, el Lic. Raúl Martínez Martínez sin conocer el lugar,
sin tomarse la molestia de darse una vueltecita por el lugar y constatar
personalmente que no hay nada de lo reclamado, otorga el amparo y quien sabe
hasta cuando resolverá en definitiva, por cierto este Juez de Distrito es el
mismo que lleva el caso de la Guardería ABC, saque Usted sus propias
conclusiones, si resuelve como en la Guardería, pues ya estuvo que pasarán años
para ver la consecución de la obra guaymense, y por si fuera poco ya tiene
varias “quejas chisme”, así se llaman oficialmente, en la Judicatura, mismas
que le impedirán ser Magistrado algún día, pero, eso es otro boleto.
Por supuesto que el
Juez se tomará todo el tiempo que quiera porque a él no le importa la economía
del Puerto, ni el tiempo que ha pasado esperando dicha ampliación, ni los
inversionistas que ya se han empezado a establecer en los alrededores de
Guaymas y Empalme, algunos ya han adquirido, incluso, algunos predios
importantes con el propósito de estar debidamente preparados para cuando
empiecen a fluir los recursos y la obra.
Al parecer, por lo
que se avisora, tendremos que seguir pacientemente esperando a que los astros
se alineen a nuestro favor para lograr algún día la tan soñada y necesaria
obra, que sin duda, vendrá a darle un gran respiro a la economía guaymense, hoy
por hoy tan amolada.
Ojalá don Ricardo
Mazón se ponga las pilas, y ya que anda tan “acomedido” por acá con los
guaymenses, ojalá de pasadita pague el predial que dicen tiene pendiente de
cubrir en la Tesorería Municipal, esquina con su ahijado político Otto
Claussen, donde debe la nada
despreciable suma de 2´640,087.69 (Dos millones seiscientos cuarenta mil
ochenta y siete pesos con sesenta y nueve centavos) yo pongo los sesenta y nueve centavos, por
concepto de predial de un terreno de tres hectáreas en San Carlos,
concretamente donde construirían el Hotel Presidente.
¿Cómo la ven? ¿Será
cierto? La fuentes son dignas de todo crédito, ya que provienen del mismo
monstruo de siete cabezas en que está convertida esta Administración Municipal,
no tiene nada de raro lo anterior, así es como se la han gastado siempre los
riquillos acaparadores de tierras, por eso participan en polaca, por eso apoyan
con todo a sus candidatos priistas, para
evadir esas y otras obligaciones tributarias, otros por algunos otros motivos,
como hacer obra, convertirse en proveedores del Gobierno, etc. etc. pero todos,
por interé$.
Y hablando de una de
las siete cabezas, ¿Sabían Ustedes que el Lic. Andrés Ibarra Salgado, hermano
de “nuestro” Tesorero Municipal y quien funge como Notario Público en Nogales, Sonora, acaba de
ser deportado de U.S.A. junto con su familia
hace unos meses por estar residiendo en Nogales, Arizona sin el permiso
correspondiente?
¿Que mala onda no?
Lo peor es que al parecer estaba construyendo allá y perdió todo, además, no le
darán otra Visa hasta dentro de diez
años, cuando tendrá que solicitarla de nuevo ¡Pobre, que pena, ojalá logre arreglar
algo!
Y ojalá se pongan
las pilas todos los actores que de una u otra manera han estado frenando el
progreso y el desarrollo de Guaymas, Políticos, Padrinos de allá arriba, de acá
abajo, Medios de Comunicación, Periodistas, Caciques locales y regionales,
Aprendices de tenebrosos y Ciudadanía en general.
(DOSSIER
POLITICO/ Santiago Samaniego / 2013-07-06)
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