Ricardo Meza Godoy
Tras ser acusado de conspirar para introducir ilegalmente a Estados Unidos buches de Totoaba (Totoaba macdonaldi) desde México, Jason Jin Shun Xie se declaró culpable, el 19 de junio de 2013, ante el Departamento de Justicia, en San Diego.
Reportes oficiales de Estados Unidos, señalan que el 30
de marzo de 2013, a Jason Xie de 49 años de edad, le fueron confiscados
170 buches de totoaba, con un peso superior a los 100 kilogramos, que
había cruzado ilegalmente a través de la garita Mexicali-Calexico en
contubernio con Anthony Sánchez Bueno, residente del Valle Imperial, de
34 años de edad.
Los buches iban escondidos en 3 hieleras debajo de
filetes de otros pescados, pero fueron descubiertos por los agentes
fronterizos. Tras su detención, el acusado Xie confesó haber traficado
en el mes de febrero de 2013, otros 100 buches que iban escondidos en 2
hieleras que también fueron introducidas a Estados Unidos, con la
intención de enviarlos al mercado asiático.
Xie dijo haber pagado de mil 500 a mil 800 dólares por
buche, lo que valuaría lo confiscado en más de 400 mil dólares.
Mientras, las autoridades norteamericanas estiman, que el valor de un
solo buche de totoaba en el mercado negro de Estados Unidos puede llegar
a los 5 mil dólares, y en el mercado de Asia, subir hasta los 10 mil.
Tan lucrativo estaba resultando el negocio para Xie, que
pudo hacerse de una residencia en Seattle, Washington valuada en 350
mil dólares. Admitió ante la autoridad de Estados Unidos haberla
comprado con las ganancias de las ventas de totoaba.
El caso de Xie y Sánchez quedó registrado bajo el número
13CR1311-CAB, pero no ha sido el único este año. En tan solo 3 meses,
de febrero a abril de 2013, 7 personas fueron sentenciadas en Estados
Unidos por introducir ilegalmente totoabas. En total les fueron
confiscados 529 buches.
A finales de abril, Song Shen Zhen, de 73 años,
residente de Calexico (caso No. 13mj1556), intentó cruzar también por la
garita de Calexico, 27 buches de totoaba. Los agentes fronterizos le
confiscaron los buches y lo dejaron ir, pero discretamente lo siguieron
hasta su casa en Calexico, y tras conseguir una orden de cateo,
descubrieron que dentro de la vivienda tenía otros 214 buches de
totoaba.
“Conservadoramente” la autoridad valuó esos 214 buches traficados por Zhen, en 3.6 millones de dólares, ya en el mercado negro.
En otros casos, el 27 de febrero Oi “Sean” Chung (53) de
Monterey Park California (caso No. 13mj1482), fue detenido intentando
cruzar 11 buches de totoaba.
El 1 de abril, una mujer de nombre Raquel Castañeda
residente de Mexicali, Baja California fue detenida intentando cruzar 28
buches (caso No. 13mj8242).
Y
otros dos sujetos cuyos nombres no han sido dados a conocer, también
están involucrados en lo que los agentes estadounidenses consideran
casos aislados de tráfico de totoaba.
Las penas máximas que enfrentan la mayoría de ellos al
violar leyes de tráfico ilegal e importación ilegal de animales, llegan
hasta los 20 años en custodia, y multas no menores a 250 mil dólares.
Son cientos de especímenes extraídos ilegalmente de las
costas mexicanas y millones de dólares en ganancias para los
traficantes. Las autoridades de justicia del sur de California han
catalogado esto como el descubrimiento de “tráfico masivo”, de una
especie en peligro de extinción hacia territorio norteamericano. No
obstante, en los reportes no se detalla la manera en que son
distribuidos una vez llegan al mercado asiático.
La explotación de totoabas se encuentra fuera de control
en el Golfo de California, particularmente en las costas frente a San
Felipe y la desembocadura del Río Colorado. Donde “ofrecen la totoaba
como si te ofrecieran cualquier otro producto legal”, según una fuente
del Gobierno del Estado.
Lo mismo ocurre del lado de Sonora, donde algunos
pescadores realizan una explotación indiscriminada y comercian con esta
especie protegida. Así le fue referido directamente al investigador de
la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC Norberto Castro Castro, quien
hacía recorrido por esa zona.
En contraste con los abiertos procesos legales en
California, en México las autoridades federales no han brindado mayores
detalles respecto al decomiso más reciente de totoaba, ocurrido en el
puerto de Ensenada el 22 de mayo.
No se sabe nada de las investigaciones sobre los 898 mil
660 ejemplares de Pepino de Mar, secos; 78 mil 676 ejemplares muertos
de Caballitos de Mar; y 108 kilogramos de panza seca, 21 cajas de vejiga
seca y 955 cajas de vejiga congelada presumiblemente de totoaba;
asegurados ese día.
Ni la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente
(PROFEPA), la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), o el
Sistema de Administración Tributaria (SAT) que participaron en el
operativo donde se descubrió el ilegal cargamento que llevaba como
destino Asia, han reportado avances.
Desinformados están, organismos como la Secretaría del
Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) delegación Baja
California, y la Secretaría de Acuacultura y Pesca del Estado (SEPESCA),
respecto a lo que ha ocurrido con la empresa involucrada en el tráfico
ilegal vía Ensenada, “Mar de Coruña”, propiedad de Alejandro Arias,
quien se ostentaba como representante no gubernamental del Sistema
Pelágicos Menores en Baja California, y era vocero de la Cámara Nacional
de la Industria Pesquera y Acuícola (CANAIPESCA).
Al
miércoles 26 de junio, la Procuraduría General de la República no tenía
información para difundir sobre este caso. Se desconoce si hay
detenidos; qué ha ocurrido con Arias; si hay bienes confiscados; incluso
si era o no totoaba parte de ese cargamento, pues el asunto fue puesto
en duda por el propio presidente de la CANAIPESCA, Juan Morán Sánchez.
En los hechos, la fuerte demanda de totoaba desde el mercado asiático es real, particularmente de China. Así fue explicado a ZETA
por un integrante de la comunidad china en Baja California, quien
interpreta el reciente boom de demanda de totoaba como el reflejo del
rápido desarrollo económico que está viviendo aquel país.
El buche de totoaba se puede freír, se puede hacer
chicharrón, o dejar secar para después cortarlo y comerlo. Tiene una
consistencia similar a los cueritos de cerdo que se venden en los
mercados, y es de sabor intenso. Las sopas con buche de totoaba eran muy
comunes en los restaurantes de comida china en Mexicali, en los tiempos
en que el consumo era legal, refiere el entrevistado.
Luego, siendo ilegal, algunos chinos no dejaron de
consumirlo, aunado a creencias de que posee cualidades únicas para la
salud y fortaleza. Refieren que se puede encontrar incluso hoy, en
mercados de comida asiática en San Diego puede encontrarse buche de
totoaba, o al menos hay productos ofertados como tal.
Se ha convertido en un producto por el que algunas
personas están dispuestas a contrabandearlo a través de la frontera o
por los puertos mexicanos, pese a las fuertes sanciones de la autoridad
norteamericana.
Si bien ninguna autoridad puede determinar exactamente
la ruta que toma la totoaba una vez llegando a China, en dicha comunidad
asiática Baja California se sabe que pueden encontrarse allá en algunas
tiendas medicinales, donde exponen la carne seca del pescado para que
los conocedores puedan identificarla. El buche generalmente es grande
(la totoaba puede medir hasta 2 metros) y tiene una distribución de
venas que no presenta ningún otro pez, lo que lo hace distinguible por
quienes lo conocen.
Por otro lado, los investigadores Conal David True y
Norberto Castro Castro, de la UABC, encargados del proyecto de
repoblación de la totoaba en el Golfo de California, solo pueden
lamentarse de la explotación de la especie.
Sin facultades para sancionar, su trabajo actualmente
continúa al interior de la Facultad de Ciencias Marinas, donde mantienen
un cultivo de totoabas pequeñas (2 gramos cada una aproximadamente) que
están siendo cuidadas y engordadas para que puedan ser liberadas en el
Golfo de California a mediados de este año.
En total el laboratorio de totoabas de la UABC tiene un aproximado de 60 mil ejemplares entre larvas y peces pequeños.
Los investigadores tienen el compromiso con la CONAPESCA
de liberar al menos 2 mil ejemplares en el Golfo, aunque refieren que
podrían ser 4 mil. El resto serían entregados a empresas privadas que
experimentan con cultivos de totoaba. Una de estas empresas ubicada en
Baja California Sur.
De acuerdo a Castro Castro, la totoaba podría tener una
mejor esperanza de supervivencia en el Golfo, si las autoridades
comenzaran a regular su pesca y abrieran poco a poco a los pescadores,
las opciones de explotarla legalmente, pero de manera controlada. Debido
a su alto valor, Castro estima que de esa forma serían los propios
pescadores los que vigilarían que no fuera explotada ilegalmente, al
menos eso espera.
(SEMANARIO ZETA/ Ricardo Meza Godoy /julio 1, 2013 )
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