Jesusa
Cervantes / Proceso
MÉXICO, D.F.
(apro).- Algo más que una elección a gobernador se jugará este domingo en Baja
California: una nueva disputa de poder entre Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio
Beltrones Rivera. En medio de ambos: una salida digna para Gustavo Madero de la
dirigencia nacional panista y, por supuesto, el repudiado pero soportado Pacto
por México.
Oficialmente, los
competidores son el panista Francisco Kiko Vega —respaldado por Gustavo Madero,
y el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano— y el priista Fernando Castro
Trenti, uno de los operadores políticos de Manlio Fabio Beltrones Rivera
durante su paso como mandamás del Senado de la República. Hoy lo que Beltrones
maneja a su antojo es la Cámara de Diputados.
Lo que cada uno de
ellos representa no es una forma de hacer gobierno —que podría dividirse entre
panistas y priistas—, sino más bien se encuentra, por un lado, la necesidad de
Enrique Peña Nieto de mantener con vida el Pacto por México para lograr en
definitiva sus tres grandes reformas: la financiera, la hacendaria y la
energética.
Para lograrlo no le
bastan los votos priistas que maneja Manlio Fabio Beltrones Rivera en Cámara de
Diputados. Requiere indudablemente del respaldo del PAN, pero no un PAN
cualquiera sino el que encabeza aún Gustavo Madero.
Por ello hay quien
sostiene, al interior del propio panismo, que la elección de este domingo es
una posible elección arreglada donde el triunfo recaería en Kiko Vega, para dar
así un triunfo y aire político al tan vapuleado Gustavo Madero. Por lo menos hasta
diciembre cuando se renueve la dirigencia nacional panista. En el camino,
Madero respondería con agradecimiento a Peña Nieto con los votos de sus
legisladores para que pueda sacar avante las codiciadas reformas
Así, dicen, a Peña
Nieto no le importaría perder su primera gubernatura si a cambio obtiene, como
Salinas de Gortari, las grandes reformas constitucionales que cambiaron la vida
del país.
Del otro lado está
Beltrones Rivera, quien tiene en Castro Trenti a su mejor carta para tener bajo
su égida uno de los estados más productivos y con una de las fronteras más
valiosas.
Desde la época del
salinato, Baja California ha sido para Beltrones Rivera un estado importante.
No sólo porque fue gobernador de la vecina entidad, Sonora, sino porque parte
de los acontecimientos más importantes de ese lugar estuvieron vinculados con
su persona e intereses.
Por ejemplo, cuando
el magnicidio de Luis Donaldo Colosio en Tijuana, uno de los hermanos de
Beltrones Rivera ocupaba una de las posiciones más importantes del estado
—después de la gubernatura: la dirección del Aeropuerto de Tijuana.
Alcides Beltrones
Rivera fue por aquel 1994 el director de aeropuerto, lo que le valió a
Beltrones ser uno de los gobernadores con representación de Salinas de Gortari
que se apersonara más rápido en la ciudad y, por lo tanto, que hablara en
privado con el personaje clave de la trama, Mario Aburto, el asesino.
Desde 1989, cuando
el panismo llegó a dominar el estado, la ciudad de Tijuana se convirtió también
en territorio blanquiazul. Sin embargo, en 2004 cuando Jorge Hank Rhon fue el
candidato priista a la presidencia municipal y logró, después de 15 años,
regresar la ciudad turística al tricolor.
Hank Rhon ha sido
uno de los hijos del profesor Carlos Hank, a quien Beltrones Rivera protegió
políticamente. Por ello, cuando en 2007 se lanzó para la gubernatura se le
ubicó como parte del equipo político del sonorense. En aquella ocasión, su jefe
de campaña fue justamente Fernando Castro Trenti, quien hoy disputa al panista
Kiko Vega la gubernatura.
Parte del vox populi
en el estado es que ya están hartos del panismo. También se dice que veían en
Hank Rhon el mejor candidato pero, aunque no quedó como el candidato, se
inclinarán por el PRI.
Así, la lucha de
poder entre Peña Nieto, quien estaría por un triunfo del PAN, y Beltrones
Rivera, quien respalda a su operador político, Castro Trenti, se hará sentir
este domingo.
Aunque Beltrones
Rivera maneja a su antojo la Cámara de Diputados y ha operado en favor de Peña
Nieto para sacar adelante las reformas, lo cierto es que si Peña logra el
control de los panistas entonces restaría poder al sonorense, a quien por
cierto se dice que no tolera por considerarlo un hombre inteligente y haber
pretendido la candidatura presidencial. Sin embargo lo necesita y, por lo
tanto, lo tolera.
También se ha dicho
que ha sido justamente Beltrones quien ha salvado a Peña Nieto de los errores
de su gabinete, sobre todo algunos cometidos por Luis Videgaray o la falta de
visión de otros, como Miguel Ángel Osorio Chong. Incluso Peña Nieto les ha
reclamado a éstos que sea justamente su enemigo político, Beltrones Rivera,
quien se adelante a la situación o lo libere de posibles problemas.
De ahí que restarle
poder a Beltrones Rivera —tanto en Cámara de Diputados como haciendo perdedor a
su candidato Castro Trenti en Baja California— sería una buena jugada de Peña
Nieto.
Además, Baja
California ha sido sin duda uno de los estados en donde el sonorense tiene
algunos de sus intereses, no por nada su hermano, Alcides, estuvo del lado de
Hank Rhon cuando arrebató la presidencia municipal de Tijuana.
Hoy, Alcides
Beltrones Rivera vuelve a ocupar una posición clave, aunque ahora como parte
del equipo de las reminiscencias del salinismo. Y es que José Antonio González
Anaya, actual director del IMSS y concuño del propio Salinas de Gortari, acaba
de nombrar delegado del IMSS para Baja California y Sonora a Alcides Beltrones
Rivera.
González Anaya
trabajó al mando de Ana Paula Gerard, en la oficina de la Jefatura de la
Presidencia, bajo las órdenes de José Córdoba Montoya. Salinas se divorció de
Cecilia Occelli y se casó con Ana Paula Gerard, al tiempo que González Anaya
contrajo nupcias con Gabriera Gerard Rivero.
Por todo esto y
mucho más es que la elección de este domingo en Baja California es mucho más
que el relevo de un gobernador. Se trata pues de medir fuerzas entre Peña Nieto
y Beltrones Rivera, aunque como el propio Carlos Salinas de Gortari, el
sonorense Beltrones cuando juega lo hace a ganar-ganar.
Si pierde la
gubernatura, seguirá teniendo un pie en el estado con su hermano Alcides
mediante el IMSS. Si pierde con Castro Trenti podrá seguir operando para
lentamente buscar la manera de seguir vigente después de 2015 y que Peña Nieto
no lo mande al ostracismo como le sucedió con Ernesto Zedillo.
Veremos qué pasa
este domingo y quién gana, si el poder de la Presidencia o el poder del
Legislativo, aunque hay una pequeña posibilidad de que realmente gane el que
los bajacalifornianos elijan.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
(DOSSIER
POLITICO/ Proceso/ Jesusa Cervantes / 2013-07-06)
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