Durante
las campañas electorales del año pasado el entonces presidente Felipe
Calderón –en la debacle de su gobierno– quiso que la Procuraduría
General de la República (PGR) inventara cargos de narcotráfico y crimen
organizado contra el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López
Obrador, su contendiente en la elecciones de 2006 y quien competía
también en 2012.Para lograrlo intentó que uno de los mandos del Ejército
–falsamente acusados de tener vínculos con el narcotráfico– lo acusara.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- Hasta ahora se ha conocido sólo una parte del caso de
estos militares –el general de división y exsubsecretario de la Defensa
Nacional Tomás Ángeles Dauahare; el general de división Ricardo Escorcia
Vargas; los generales de brigada Roberto Dawe González y Rubén Pérez
Ramírez; el teniente coronel Silvio Hernández Soto y el mayor Iván Reyna
Muñoz– a quienes la PGR fabricó cargos de complicidad con la
delincuencia organizada en el sexenio pasado.
Y sólo ahora –con la exoneración de los seis acusados en lo que atañe a este delito– el caso muestra su lado más negro.
De
acuerdo con información obtenida y corroborada con fuentes cercanas al
proceso, el teniente coronel Silvio Isidro Hernández Soto (detenido
desde mayo de 2012) fue amenazado por un funcionario de la
Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia
Organizada (SIEDO, hoy SEIDO) para que acusara de vínculos con el
narcotráfico a políticos de la oposición. Los señalamientos debían
dirigirse contra el entonces candidato López Obrador –quien en las
encuestas de preferencia electoral aparecía en la segunda posición, por
arriba del PAN– y contra el PRD.
Este es un adelanto del número 1914 de la revista Proceso, ya en circulación
/ 6 de julio de 2013)
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