J. Jesús Blancornelas
Francisco Javier Arellano Félix, “El Tigrillo”, no está aislado en el
mando del Cártel como aseguró la Procuraduría General de la República.
Por clara razón:
Nunca lo ha dirigido. Al contrario: “El Tigrillo” fue
un problema para Ramón cuando vivía y le causó otros a Benjamín antes de
ser encarcelado.
Su comportamiento de exhibicionismo, principalmente en
Tijuana, y su afición a la cocaína fueron inquietud. Prefirieron
enviarlo a islas asiáticas para mantenerlo lejos y en peligro de ser
encarcelado.
La dirección del Cártel Arellano Félix (CAF) está en las discretas
manos de la mayor de los hermanos:
Enedina Arellano Félix, licenciada y
experta en contabilidad, y de Eduardo, médico cirujano egresado de la
Universidad Autónoma de Guadalajara.
Fernando debió unirse a ese mando
en segunda escala. Hasta el momento no hay una confirmación absoluta.
Solo referencias.
Durante mucho tiempo Fernando residió en Guadalajara. Se mantuvo
prácticamente fuera del escenario mafioso. Actuó con bastante
discreción.
Precisamente por el parentesco, allí le fueron confiscadas
residencias en lujosos fraccionamientos de Zapopan. Recuperó la
propiedad luego de largos juicios federales.
La Procuraduría General de
la República informó el lunes pasado: “El Cártel Arellano Félix fue
herido el jueves 3”. Efectivamente. Lo zarandeó la captura de Efraín
Pérez Pazuengo, “El Efra”, y Jorge Aureliano Félix, “El Macumba”.
Acertada y oficialmente fueron etiquetados como los “números uno y
dos de los Arellano”. Pero no se aclaró: Solamente “uno y dos” en
Tijuana. No en la organización. La presencia de “El Efra” y “El Macumba”
en el CAF no era nueva:
Desde el sexenio de Ernesto Ruffo Appel
(1989-95) uno funcionaba como agente de la Policía Judicial estatal.
Otro llegó a ser jefe de grupo en una delegación, también de la
Procuraduría General de Justicia local.
Allí estuvieron al servicio de
los Arellano y luego se dieron de baja para definitivamente irse al
Cártel.
En años pasados “El Efra” y “El Macumba” fueron señalados
extraoficialmente como parte de la trampa a José Patiño, agente del
Ministerio Público Federal.
Este hombre persiguió a los Arellano por
territorio norteamericano, principalmente en San Diego, Chula Vista y
National City en el estado de California.
Realizaba su tarea de
investigación desarmado. Estuvo a punto de conocer la dirección de la
familia y los lugares a donde acudían.
Cuando regresaba a Tijuana se
presentaba para recoger su pistola. Un día, a punto de hacerlo, fue
interceptado por algunos agentes. Torturado.
Le pasaron una camioneta
por encima y en el interior lo lanzaron al precipicio en la escarpada
sierra La Rumorosa.
Precisamente por sus relaciones con agentes de la Policía Judicial
estatal, luego convertidos en ministeriales, “El Efra” y “El Macumba”
tuvieron una conexión que les sirvió de mucho durante sus actividades
que no eran desconocidas.
Por eso, cuando el jueves 3 detuvieron a “El
Efra” y “El Macumba”, también capturaron a José Manuel Ayala Mora,
agente ministerial en activo comisionado en homicidios. También Alfonso
Escobedo Villalbazo, “El Eco” o “El Rambo”. Originalmente éste fue
detenido por agentes federales la noche del 24 de diciembre de 1997.
Su
domicilio fue cateado a raíz de la emboscada ordenada por los Arellano
contra personal de ZETA. Fueron encontradas en su domicilio
numerosas armas. Por eso ingresó a prisión. Pero luego salió y estuvo
muy relacionado con la Policía Ministerial, pero sirviendo a los
Arellano Félix.
La Procuraduría General de la República dio a conocer el miércoles
también la captura de René Gaumé Geraldo. También acompañaba a Pérez
Pazuengo.
Originalmente fue detenido el 5 de noviembre en Llanos de
Baturi, en Baja California Sur, al recibir una aeronave cargada de
cocaína desde Colombia. También construía las pistas clandestinas y
acarreaba la droga.
Estuvo encarcelado en La Palma. Luego no se informó
oficialmente cuando salió, pero al momento de la captura el jueves tres,
allí estaba.
La sorpresiva inmovilización de “El Efra” y “El Macumba” pudo haberse
realizado antes. Pero siempre contaron con información y protección de
policías. En esta ocasión, tanto “El Efra” como “El Macumba”, tenían
información que venía un grupo especial desde la Ciudad de México.
Evidentemente recibieron pitazo al interior de la Agencia Federal de
Investigación (AFI). Pero fue obvio que les dijeron el motivo del viaje:
Vigilar una audiencia en los juzgados de distrito, donde debían prestar
protección especial. Luego de eso se regresarían a la Ciudad de México.
Seguramente les informaron “estarán de entrada por salida”. Por eso
no les pusieron mucha importancia. Pero a última hora se canceló la
audiencia. Los agentes especiales estaban por salir de la Ciudad de
México.
No cancelaron el viaje. Su proyecto fue claro: “Matarían dos
pájaros de un tiro”. Engañarían con la protección en el juzgado, pero
realmente realizarían la operación con la información que ya se tenía,
tanto del Ejército Mexicano como de la Procuraduría General de la
República. La detención de ambos fue considerada como un golpe mortal al
Cártel Arellano Félix.
Al día siguiente de la captura, el escuadrón antidrogas
norteamericano DEA (Drug Enforcement Administration), informó que la
organización “está en ruinas”.
Según el despacho periodístico de la
agencia oficial Notimex, Karen Tandy, administradora de la DEA, dijo que
“…uno de sus líderes está en la cárcel (Benjamín), otro está muerto
(Ramón) y con estos arrestos, dos de sus virreyes criminales serán
llevados a la justicia”.
La captura fue también calificada por el FBI de exitosa por “…el
esfuerzo de las agencias de Estados Unidos y México para ubicar
agresivamente y arrestar a los líderes clave de la organización de los
Arellano Félix.
Tendrá un impacto medible e histórico en la aplicación
de la ley internacional contra las drogas”, comentó Joseph Lewis,
director Adjunto en funciones de la Oficina Federal de Investigaciones
(FBI).
LOS SUPLENTES. Pero en menos de una semana el Cártel Arellano pasó de
herido a recuperado. De ruina a reconstrucción. Arturo Villarreal, “El
Nalgón”, Ernesto Angulo Hernández y Francisco Cázares Beltrán, conocidos
como “Los Quemados” suplieron de inmediato a “El Efra” y “El Macumba”.
Así, las operaciones del Cártel no se han interrumpido y siguen en
actividad según las observaciones realizadas por ZETA.
Ernesto
Angulo actuará en lo calificado por la PGR como “logística de las
operaciones y seguridad del Cártel”. “Los Quemados” y “El Nalgón”, en el
“ajuste de cuentas con los grupos enemigos”.
Arturo Villarreal, “El Nalgón”, ya venía “realizando trabajos
delicados”. Fue quien dirigió el comando que ejecutó al ex subprocurador
de Justicia estatal, Rodolfo Delgado Neri.
Villarreal tiene a sus
órdenes bien entrenados pistoleros hasta hoy no identificados por
completo. Pero eso sí, se distinguen por su organización.
A este grupo
se suma el de los cinco fugados recientemente de la penitenciaría de La
Mesa: Héctor Flores Esquivias, Fausto Sánchez González, Jorge Ruvalcaba
Verduzco, Luis Alberto Vega y Luis Chávez García. La Secretaría de
Seguridad Pública los calificó de “peligrosos”. Son expertos en el
secuestro y narcotráfico.
OPERADOR POR HERENCIA. Pero quien se consolida en el CAF es Gilberto
Higuera, “El Gilillo”. Hermano de Ismael, “El Mayel”, capturado por el
Ejército Mexicano durante mayo de 2000. Estaba desnudo ocupando una
casona a las orillas de Ensenada.
Participaba con otros amigos y varias
damas en una orgía al momento de la detención. “El Gilillo” fue
comisionado originalmente a Mexicali.
Inclusive dio muerte a un miembro
del Estado Mayor Presidencial y a un agente federal comisionados para
cuidar la casa del entonces Presidente de la República, Ernesto Zedillo,
pero que estaban ligados al narcotráfico.
“El Gilillo” creyó que los habían enviado para suplirlo y por eso
actuó. Luego tuvo otra pifia. Permitió la detención de otro pistolero
que le acompañaba. A la vez dejó al descubierto a un funcionario de la
Secretaría de Educación que estaba trabajando para ellos.
Ismael “El
Mayo” Zambada logró entrar a la ciudad de Mexicali para dominarla y así
perdió terreno “El Gilillo”. Esto motivó que en meses recientes se
afirmara que se había pasado a la banda de Zambada, pero no fue cierto.
Esa información fue proporcionada por Michael Vigil, de la DEA en San
Diego, quien durante su permanencia en el cargo mostró una severa
acusación constante a “El Mayo” Zambada.
Dijo en muchas ocasiones que
inclusive se había “apoderado” de Tijuana, lo cual no fue cierto. Fue
significativo que Vigil nunca hablara sobre los Arellano con tanta
vehemencia como contra Zambada.
Ahora “El Gilillo” se clarifica como el
operador. Dicho esto como el hombre encargado de “bajar” y transportar
hasta Estados Unidos la droga que les llega procedente de América del
Sur.
RESUCITAR. La organización Arellano Félix tiene esta distinción:
Suplir de inmediato a quien sea capturado o muerto. Así sucedió con
Ramón, asesinado en Mazatlán durante febrero 2002. Luego encarcelaron un
mes más tarde a Benjamín.
El Ejército Mexicano lo capturó en Puebla.
Entonces el Procurador General de la República, Rafael Macedo de la
Concha, dijo que el Cártel estaba desmantelado. Desarticulado. Pero no
fue así. El mando fue tomado por Enedina y Eduardo.
Le dieron un toque
corporativo al Cártel. Establecieron bien sus relaciones y operaciones
desde América del Sur y varias partes de la República Mexicana por la
costa del Pacífico. Luego hasta Estados Unidos, movilizándose desde el
suroeste californiano hasta el este.
Algunas ocasiones las autoridades norteamericanas lograron capturar a
importantes grupos de distribuidores en Bonita, California.
También
interceptaron envíos de droga por paquetería. Igualmente detuvieron a
distribuidores menores. Simultáneamente realizaron varias acciones:
1.
Consolidar sus contactos en las policías federales, estatales y
municipales; 2. Retirar de la nómina a los pistoleros más vistos durante
los tiempos de Benjamín y Ramón Arellano; 3. Cambiaron de razón social
los grupos comerciales más fuertes en la frontera y Guadalajara; 4.
Decidieron no exhibirse; 5. Enviaron al extranjero a Francisco Javier,
“El Tigrillo”, dada su afición a la cocaína y ostentación. Hace meses
asistió a discotecas de Tijuana.
En una, “Tangaloo”, saliendo sus
gatilleros tirotearon el transformador de electricidad porque les habían
pedido que se retiraran.
La policía les persiguió al desplazarse a muy
alta velocidad. Pararon y mataron a los patrulleros. En otra,
“Solyluna”, escapó y por minutos estuvieron de capturarlo miembros del
Ejército.
Informaciones divulgadas entre el narcotráfico fueron que los
Arellano comentaron “…si ya tenemos un hermano muerto y otro
encarcelado, no queremos uno más”.
Por eso lo enviaron al extranjero y
nunca ha liderado el Cártel. Entre los pistoleros que “dejaron en
libertad” fueron Alberto Márquez Esqueda, “El Bat”, y Marco Antonio
Quiñónez, “El Pato”.
Eran las estrellas en el pasado. Aceptaron el
cambio y empezaron a operar por su cuenta. Secuestros y narcotráfico. De
vez en cuando hacían “algún favorcito” a los Arellano. Precisamente por
“trabajar” solos fueron capturados.
En noviembre 21 de 2003 detuvieron a
“El Pato”. Ocupaba una casona en el fraccionamiento Buenos Aires de
Tijuana. En las cisternas y sótanos almacenaba mariguana. Y en los
muchos cuartos de la residencia, secuestrados. Todo le falló cuando un
plagiado se le escapó.
Comerciante. Avisó a la policía. Al llegar
detectives y uniformados sostuvieron una balacera. Salió perdiendo “El
Pato” y ocho de sus hombres. Todos fueron acarreados de inmediato a La
Palma.
A “El Bat” le pasó casi lo mismo. Fue descubierto debido a sus
descarados movimientos en el fraccionamiento Mariano Matamoros.
También
tenía una residencia donde almacenaba mariguana, mantenía en cautiverio a
secuestrados o los deshacía en ácido si no le pagaban en rescate.
Fue
enviado a un reclusorio del Distrito Federal donde trató de escaparse.
Alguien introdujo explosivos a la sala de audiencias y eso permitiría la
fuga, pero les falló.
Ahora “El Bat” y “El Pato” están en conflicto.
Rechazan haber participado, pero se acusan entre sí de tomar parte en la
emboscada ordenada por Ramón Arellano contra el autor de este
reportaje.
Pero estas bajas voluntarias no perjudicaron al Cártel Arellano
Félix. De cualquier forma, cuando fueron capturados, los etiquetaron
como “células”.
Dadas las condiciones que guarda actualmente la
organización, se considera que ya tienen elegidos a los suplentes de
quienes en algún momento puedan ser detenidos o ejecutados. Pero el
Cártel Arellano Félix no está en ruinas.
Ahora se encuentra todavía más
organizado. Enedina Arellano y su hermano Eduardo siguen residiendo en
California. Entre La Jolla y Coronado, las zonas más lujosas del
suroeste norteamericano. Siguen demostrando la gran capacidad de
supervivencia.
(SEMANARIO ZETA/DOBLE PALNA de Jesús Blancrnerlas/ junio 5, 2013 5:54 PM)
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