MÉXICO,
D.F. (apro).- Los tentáculos del cártel de Los Zetas, uno de los grupos
criminales más sanguinarios de México, se han extendido a 43 países de
Europa, con varias ramificaciones de delincuencia organizada, como la
trata de blancas.
Ello se desprende de un estudio realizado por
Libera, una organización conformada por más de mil agrupaciones de
activistas europeos y americanos defensores de los derechos humanos, en
el que se detalla la alianza de Los Zetas con la mafia más poderosa de
Italia: la denominada Ndrangheta.
Luego de establecer una red de
abasto de drogas desde Centroamérica hasta la frontera norte de México,
ahora el grupo criminal mexicano envía a Italia 40% de la producción de
cocaína que se genera en Colombia, Bolivia y Perú, según el estudio
elaborado con base en investigaciones de la policía de ese país.
El
documento –denominado “México, la guerra invisible. Historias, cifras y
negocios de los cárteles criminales y la impunidad de las mafias
mexicanas”–, puntualiza que la alianza entre Los Zetas y la mafia
italiana es provechosa para ambos grupos criminales.
Los primeros,
dice, se encargan de transportar la droga de América a Europa a través
de países africanos, y La Ndrangheta es la responsable de garantizar
colocaciones seguras de la cocaína y una serie de plazas rentables en
países europeos.
La Ndrangheta es el partner o socio perfecto para
Los Zetas: con su red capilar logra vender la droga en todo el
continente europeo, puntualiza el estudio.
Esa alianza, agrega, se
ha expandido a toda Europa, principalmente España, Italia, Holanda y
los países en crisis, como Portugal y Rusia, e incluso a Alemania, donde
la Ndrangheta es muy fuerte.
Las relaciones entre los dos grupos
criminales (Zetas y Ndrangheta) han sido demostradas por algunos
operativos realizados por la Procuraduría Distrital Antimafia de Reggio
Calabria, región donde se asienta el más importante grupo criminal de
Italia, asienta el estudio.
Sostiene que la Ndrangheta domina ya
el mercado del polvo blanco en Europa, gracias a las relaciones con los
narcos colombianos, pero sobre todo a la alianza con Los Zetas.
En
los años ochenta y noventa eran los colombianos quienes manejaban el
negocio: la droga era enviada a los centros de consumo (Estados Unidos y
Europa) por vía aérea o con la colaboración de los criminales
mexicanos, los cuales se limitaban simplemente a facilitar el transporte
de los estupefacientes en su territorio.
Los jefes de Cali y Medellín eran los que decidían dónde, cómo y a cuánto vender.
Después
del debilitamiento de los grandes grupos criminales colombianos en el
año 2000, el sistema cambió en favor de los cárteles mexicanos, que han
asumido la gestión directa del tráfico de drogas a Europa y ya no se
limitan a transportar la cocaína, sino que ahora deciden su precio, las
rutas y los destinos, principalmente tres:
Estados Unidos, país al que
envía 40% de la cocaína producida a través de la porosa frontera sur; el
mercado europeo, donde llega una cantidad idéntica mediante el corredor
del Caribe o a través de las Antillas, y el emergente mercado africano.
De
hecho, los narcovuelos dirigidos a Europa hacen escala en los
aeropuertos de África occidental, que son poco controlados y proclives a
la corrupción, detalla el estudio.
La mayoría de la coca sigue
vía barco hacia Italia, España u Holanda. Un 20% de esta droga se queda
en esos países para incrementar el consumo local.
Europa y África
son colocaciones cada vez más relevantes para las bandas criminales,
sobre todo después del aumento de los controles a lo largo de las
fronteras estadunidenses, por lo que los cárteles de la droga mexicanos
se han visto obligados a voltear a otros mercados, en especial el
europeo.
(PROCESO/ Redacción/ 8 de mayo de 2013)
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