Bomberos controlan el incendio dejado por la
explosión
El Universal
Ecatepec— Desde las dos de la madrugada una fuerte angustia invadió a Jorge
Jesús López Ramírez. Se despertó y se levantó de la cama.
El estómago le hormigueaba. No sabía por qué estaba tan desesperado. Para
calmarse se puso a jugar con su teléfono celular en el que miró la hora: 4:50
am. Entonces un golpe sacudió la casa, lo tiró al piso y jaló a su hermano, de
inmediato una explosión consumió todo.
La pipa de doble remolque que circulaba por la autopista México-Pachuca se
había accidentado y el segundo tanque había impactado con la casa de tres pisos
de la familia López Cedillo, al pie de la carretera. En cuyo techo estaba
colocado un inmenso letrero espectacular que se derrumbó.
Jorge Jesús envolvió a su hermano con una cobija y lo sacó de la casa.
Literalmente lo aventó. Luego hizo lo mismo con sus padres y hermanos. Fue el
último en salir. Cuando quiso regresar por el resto de su familia uno de los
tanques de gas de su casa explotó y se quemó la cara. Salió semidesnudo, sólo
con bóxer. Sin chanclas ni zapatos.
Es casi mediodía. Quemado de labios, fosas nasales, faringe y orejas, Jorge
Jesús sigue con la búsqueda de los cuerpos de sus familiares. Ya trae una
playera azul, un pantalón y unos tenis que un médico le regaló. Y una sombrilla
que una señora le prestó para cubrir del intenso sol.
Desde la autopista se mira la casa de la familia López, ahí vivían 20, de
los cuales 16 fallecieron. Sólo Jorge, sus padres y sus hermanos sobrevivieron.
En la casa de al lado murieron todos sus vecinos, cinco.
Y a otra casa murieron tres, asegura el joven, quien después de insistir
pudo pasar a la zona calcinada para verificar el número de cadáveres.
(EL DIARIO DE JUAREZ/ El
Universal | 2013-05-07 | 22:29)
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