Óscar, como 8 millones de trabajadores
asalariados en el país, habita en una ciudad dormitorio; es decir, cuenta con
un trabajo en un municipio diferente de donde radica, eso representa el 19.6
por ciento del total de empleados asalariados de México.
El doctor Francisco Covarrubias Gaitán,
arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista
en Desarrollo Urbano y Vivienda en el Development Planning Unit de la
Universidad de Londres, explica en una investigación que las ciudades dormitorio
son aquellas que “tienden a extenderse en áreas segregadas, sin infraestructura
o equipamiento para satisfacer las necesidades básicas de la población como el
empleo o el acceso a bienes y servicios que condicionan el futuro desarrollo de
las ciudades porque orientan procesos no planeados y generan costos mayores
para la ciudad y la sociedad”
SEGUNDA PARTE
Ciudad de México, 7 de enero
(SinEmbargo).- Óscar Goytia trabaja en la Ciudad de México y cada día sale de
la cama alrededor de las 6 de la mañana para lograr llegar a las 10 en punto a
su empleo. Cansancio, falta de sueño, estrés y un bolsillo afectado, son sólo
algunas de las situaciones a las que se enfrenta por vivir a 3 horas de su
centro de trabajo.
Óscar, como 8 millones de
trabajadores asalariados en el país, habita en una ciudad dormitorio, es decir,
cuenta con un trabajo en un municipio diferente de donde radica, eso representa
el 19.6 por ciento del total de empleados asalariados de México.
El doctor Francisco
Covarrubias Gaitán, arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) y especialista en Desarrollo Urbano y Vivienda en el Development
Planning Unit de la Universidad de Londres, explica en una investigación que
las ciudades dormitorio son aquellas que “tienden a extenderse en áreas
segregadas, sin infraestructura o equipamiento para satisfacer las necesidades
básicas de la población como el empleo o el acceso a bienes y servicios que
condicionan el futuro desarrollo de las ciudades porque orientan procesos no
planeados y generan costos mayores para la ciudad y la sociedad”.
Óscar, joven reportero,
cuenta que pasa casi el mismo tiempo en el transporte público que en su casa: 6
horas. Duerme en el Tren Suburbano, lee en el Metro, desayuna en el camión.
“Duermo mucho en el
transporte. Allí completo el sueño. Tengo que tratar de alcanzar lugar para
dormirme un ratito”, cuenta.
Su calidad de vida se ve
perjudicada, sostiene. Se enferma frecuentemente porque no duerme lo suficiente
ni se apega a horarios para comer, no tiene tiempo para convivir con su familia
y amigos, mucho menos para hacer alguna actividad deportiva o simplemente para
ver una serie o película.
Su día transcurre dentro del
vagón del Tren Suburbano, en los pasillos del Metro y en los asientos de un
camión observando el abundante tránsito: Tres horas para llegar al trabajo y
tres más para volver a casa.
“[La situación] merma mi
calidad de vida: no tengo tiempo de hacer nada. Todo el tiempo estoy cansado,
estresado, me enfermo muy seguido porque no duermo bien ni como bien. La
calidad de vida baja muchísimo”, sostiene.
VIVIR EN Y PARA EL TRANSPORTE
Óscar cumple con un horario
de 10 de la mañana a 7 de la noche. Todos los días sale de casa cerca de las 7
de la mañana y está de vuelta a las 10 de la noche. A su hogar únicamente llega
a dormir.
Su día comienza a las 6 de la
mañana. Se baña, se viste, desayuna y comienza la travesía. Camina 20 minutos
para llegar al Tren Suburbano, después arriba al Metro Buenavista, de allí se
va a Guerrero y luego a Ciudad Universitaria, en donde toma un camión que lo
lleva a las instalaciones ubicadas en Periférico Sur, cerca del parque de
diversiones Six Flags.
No sólo su salud y su calidad
de vida se ven afectadas, su bolsillo también sufre las consecuencias de que en
los empleos se concentren principalmente en la capital: Invierte 35 pesos en el
viaje redondo del Tren Suburbano, otros 10 en el Metro y 12 más en el camión.
El gasto mensual sólo de transporte asciende a más de mil pesos al mes.
La policía del Edomex detiene al
conductor de un tráiler robado, tras una persecución en Cuautitlan Izcalli. Ese
municipio es uno de los más peligrosos en la entidad mexiquense. Foto:
Cuartoscuro
Por si fuera poco, la
inseguridad acecha. La oscuridad de la noche y de la madrugada sin suficiente
alumbrado público es el escenario ideal para los delincuentes. En alguna
ocasión, al llegar al Suburbano de Cuautitlán tras su jornada laboral, fue
sorprendido por un par de asaltantes, quienes a punta de pistola, lo obligaron
a entregar su celular y su cartera.
“Me pasó a mí, pero he
escuchado que otras personas les ha pasado algo similar: Dos personas bajan de
un automóvil Tsuru y asaltan afuera de la estación del Tren”, recuerda.
Ha considerado abandonar su
casa en Cuautitlán para buscar un departamento cerca de su lugar de trabajo,
pero el salario, afirma, no es suficiente para llevar a cabo el plan.
“Realmente es forzosamente
buscar un rommie o irte con tu pareja porque no hay otra manera de que alcance
para pagar un departamento que esté bien comunicado”, manifiesta.
Óscar estudió en el Centro de
Estudios Universitarios PART, donde se graduó de Periodismo y Arte de Radio y
Televisión y señala que las opciones para ejercer la profesión en el Estado de
México son pocas o son muy mal pagadas.
“Es muy difícil encontrar
algo más o menos aceptable. Casi todas las ofertas de trabajo están en el
centro al sur de la Ciudad de México”, recrimina.
Ante este panorama, el joven
comunicador pide a las autoridades de la capital mexicana y del Estado de
México aumentar la vigilancia a las afueras de las instalaciones del Metro y
Suburbano, incrementar la presencia de policías en las calles e expandir los
servicios de alumbrado público.
Por otro lado, hizo un
llamado al Gobierno a generar empleos fuera de la ciudad, en la periferia, ya
que, considera, “gran parte de la población únicamente llega a la capital para
trabajar y regresa a su casa sólo para dormir”.
En entrevista para
SinEmbargo, Víctor Alvarado, coordinador de transporte de la organización El
Poder del Consumidor (EPC), emitió una serie de recomendaciones para las
autoridades en el tema de la política de desarrollo:
1. Debe ser con un enfoque metropolitano y de ciudades
conectadas.
2. Llevar opciones de empleos y educación a las zonas
periféricas.
3. Dejar a un lado la centralidad de los desarrollos y
fuentes de empleos.
4. Que la política de vivienda sea conforme al lugar
donde las personas laboran, es decir, permitir el cambio de residencia, en
apego a la cercanía del centro de trabajo.
(SIN EMBARGO/ INVESTIGACIONES/ IVETTE LIRA/ENERO 7,
2018, 6:00 PM)
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