miércoles, 17 de junio de 2015

PADRÉS. O EL ADIÓS MÁS ANUNCIADO



Desde Paris.- La derrota de Padrés y cohortes tenía años anunciada. En mi estudio sobre las elecciones intermedias de hace tres años (artículo De legacías y divisiones a la cartelización de la política/El Colegio de Sonora 2012; Covarrubias/Mendez, coordinadores), señalé que los sonorenses habían ya emitido un laudo del “Nuevo Sonora” y que este no podía ser más azas severo.  En geografía electoral, tanto en posiciones clave como las de senadores, el PAN había perdido tanto que –en historia—remitía a ese partido décadas atrás. Exactamente a los números azarosos de los 90´s e incluso los 80´s. Anticipé entonces que en el laudo social definitivo que ocurriría en 2015 sobre el Sr. Padrés, todo conducía a detonar en mil pedazos el mundillo de espejos que construyó: de bienes mal vistos, de males amplificados, de peleas sin fin con la ley.

Padrés y sus cercanos (un reducido grupo de amigos y familiares), no lo creyeron. Siguieron hablando de triunfos que nadie más podía ver. Les pareció que sería suficiente –y ellos pasarían por listos-- con seguir usando los recursos públicos para comerciar votos en el Congreso y pagar medios y mensajeros/Violentar el Supremo Tribunal y explotar la sevicia de una gama de jovenzuelos con titulo de licenciado/Ofertarse a cualquier factor de poder como operadores con dinero-capaces de hacer “lo que sea para ganar”/Inventar y alentar la lucha por el agua entre el sur y el centro, manteniendo al estado en una confrontación de artificio/Copar cuanta oficina de decisión existiera, tensionando empresas y productores con la demanda de favores o la amenaza de la fuerza pública. No es todo lo que hicieron. Endeudaron el estado imprudentemente, disponiendo de prestamos gigantescos para dilapidar y aplicar en su interés personal/Medraron del esfuerzo de miles de profesionistas y proveedores, para a la postre dejarlos sin pago/Desperdiciaron el enorme capital humano y educativo del estado para embarcarse en una campaña clientelar de uniformes escolares gratuitos y de monta de negocios logísticos –del levantamiento de cercos desvencijados, hasta aires de segunda mano; desde zanjas y alcantarillas, hasta bebedores y aulas escolares; desde letrinas de hospitales y farmacias de patente, hasta edificación de hoteles y centros comerciales.

La derrota de Padrés es mas que el fracaso de un estilo de gobernar y entender la política. Es también la ruina de una forma de entender el deber público, cívico y humano, llevando al extremo las enormes capacidades de corrupción que existen en los políticos y empresarios locales cuando la debilidad toca a su puerta. Por eso la historia y los científicos sociales tendremos que poder explicar:

-       ¿Cómo es posible que pueda llegar al poder máximo de un estado como Sonora un grupo de gente cuya educación, escrúpulos e inteligencia son inversamente proporcionales a la grandilocuencia de sus deseos de riqueza y de poder haciendo a un lado el Estado de Derecho (…)

-       Y, relacionado con lo previo, cómo es posible que una vez establecidos se dispongan a no otra cosa que a ejercer la administración con semejante dotación de atributos –de educación a inteligencia y de ellos a los escrúpulos--, sin que haya poder personal o institucional capaces de frenarlos o que los disuadan de lo contrario (…)

-       Dónde quedaron los hombres y las voces panistas que presuntamente vivían luchando por la honestidad, el humanismo, la rectitud y el apego a la legalidad en el ejercicio de la administración pública y contra toda forma de corrupción? ¿O es que acaso las mismas tentaciones del poder les resultaron un platillo bastante suculento como para resistirse? ¿O es que acaso, más bien, sus valores y su predica valían nomás que la estatura a la que ahora quedan reducidos?

-       Porque ese es el tema: el gobierno de Padrés se plagó de episodios donde el tono siempre lo dio el dobles de la legalidad: del Acueducto Independencia (que fue declarado ilegal una y otra vez por las autoridades competentes y el gobernador tasado de desacato) a la construcción de una presa en su rancho familiar; de la violentación de los otros poderes al nombramiento por la puerta trasera del nuevo presidente del Supremo Tribunal; del cobro de la tenencia a la reconducción presupuestal; de las observaciones a la cuenta pública a la crisis de los fondos e instituciones de protección social, y al vaciamiento de las pensiones; etc.

            He aquí la pequeña historieta de un hombre que por los muy caprichosos sinos de la política a la mexicana tuvo la oportunidad de gobernar. Y que, sin embargo, una vez en el puesto no tuvo mejor idea que probar hasta dónde se puede jugar con un estado y sus arcas públicas bajo su simple dictado de motivaciones vicarias.

            Por eso, la gobernadora electa Claudia Pavlovich tendrá en agenda cuatro grandes tareas que habrán de ocuparla desde el principio:

1.     ¿Cómo aplicar la ley y llevar a cuentas este pasado inmediato, a manera de poder recuperar para la entidad el valor de la ley y el Estado de Derecho?

2.     ¿Cómo recuperar la confianza de la sociedad sonorense en sus gobernantes?

3.     ¿Cómo regresar la tranquilidad a la entidad y regenerar la armonía y espíritu de trabajo en unidad y esfuerzo de los sonorenses, dejando atrás los conflictos e inquinas sembrados por doquier por Padrés y amigos?

4.     ¿Cómo establecer un proyecto de desarrollo que vuelva a dar rumbo a la entidad, y despierte sus posibilidades creativas en esta era marcada por el conocimiento, la sustentabilidad y la innovación?

(DOSSIER POLITICO/ Alejandro Covarrubias V. / 2015-06-16)

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