lunes, 2 de marzo de 2015

TENÍA DEUDAS EMPRESARIO ASESINADO EN ENSENADA


A Jorge Alberto Salmón, el empresario ejecutado en Ensenada junto con su empleado Osvaldo Montoya, ex trabajadores y proveedores lo describen como una persona amigable, buen anfitrión, pero “malo para administrar”. En la Procuraduría no han avanzado con la investigación, no se conocen hipótesis sobre el móvil del crimen. Ni siquiera los ministeriales han acudido a revisar la escena del crimen. El rentero los sigue esperando

Doce minutos rozaban las seis de la tarde del viernes 20 de febrero de 2015, ni frío ni calor, raro para el voluble clima de Ensenada. La Francisco de Ulloa no es una calle muy ancha, por eso, las estruendosas seis descargas del arma 9 milímetros que ultimaron a Jorge Alberto Salmón Nuza -administrador del bar Lutzenkirch, dueño de la empresa Export Logistic y aficionado del off road-, así como a su empleado Osvaldo Montoya Presichi, alarmaron a los vecinos que inmediatamente reportaron a C4.

Para las 6:25 pm, sirenas de las corporaciones policiacas Federal, Estatal y Municipal ya resguardaban la zona del crimen. Acordonaron desde la calle Delante hasta la San Marcos, restringieron el acceso y la salida a los vecinos que se encontraban en el lugar de los hechos.

Ya no permitieron la circulación vehicular, tampoco el paso a los transeúntes curiosos que se arremolinaban a lo largo de los listones amarillos para fotografiar la sangre que escurría hasta casi topar con el asfalto de la calle, desde el interior del local 249-3.

Además de su gusto por las carreras fuera de camino, los occisos compartieron el modus operandi de su verdugo: el tiro de gracia. El patrón quedó tendido sobre su silla, frente al escritorio; el empleado cayó cerca de la puerta, su cabeza expuesta, colgando de un breve escalón.

El fraccionamiento Buenaventura es una zona habitacional de clase media, Salmón rentaba un local en la calle Francisco de Ulloa desde noviembre de 2014, donde se estableció con la empresa Export Logistic, que estaba a cargo de Osvaldo Montoya. Solo abrían por las tardes y se iban al filo de las ocho de la noche. No estaban ahí a diario. Eran muy discretos, nunca hubo ningún escándalo, fiesta o motivo para que su arrendador, que vive en el mismo predio, les llamara la atención.

El viernes 20 de febrero ambos estaban en el local, solo que acompañados de otros individuos que no pudieron ser identificados por los vecinos. No se escuchó discusión alguna, las endebles paredes de yeso que los separaban de su rentero, solo proyectaron las percusiones de los proyectiles de bala. Cimbraron las ventanas y se escucharon hasta el fraccionamiento aledaño, aseguró otra vecina.

EL ANFITRIÓN

Lutzenkirch The Night Club está ubicado en Avenida Ruiz, zona turística del puerto de Ensenada. Instalaciones lujosas, luces de neón y música electrónica, reservaba su derecho de admisión a “gente bonita”. Abrió sus puertas en 2012 y para diciembre de 2014 cerró por una supuesta remodelación.

Jorge Salmón era propietario de la marca comercial 1270210, del club nocturno, pero presuntamente solo era el administrador, informaron en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), aunque se ostentaba como dueño ante los clientes que eran recibidos personal y amigablemente por él, en el lobby del “Lutz”, comentó un ex empleado.

El mismo año que Salmón Nuza inaugura Lutzenkirch, también fue invitado a conducir en la off road Baja 500, en clase 10, trophy truck y full potential chevi, rotulado con el  número 1013.

En Lutzenkirch, corredores y aficionados de este costoso deporte, en el que tan solo la inscripción rebasa los 3 mil dólares, gozaban de atención y fiestas VIP.

Las noches no acababan para este club nocturno con goce de “privilegios”, con las tan preciadas horas extra en los bares de las calles Ruiz y Primera. Pasadas las cinco de la mañana, por las salidas alternas circulaban mujeres y hombres, de todas las edades.

LAS DEUDAS

El empresario ensenadense socialmente tenía buena fama, era amable, carismático, trataba bien a los clientes, sin embargo, en los negocios no llevaba la misma estrella. “Buena gente pero mala paga con las cuestiones de su bar, no te puedo decir más”, dijo a ZETA uno de sus proveedores, que prefirió mantenerse en el anonimato.

En referencia a Salmón, el arrendador de la oficina de Export Logistic se expresó en el mismo sentido respecto a adeudos que sostenía por concepto de renta el empresario: “Se había comprometido a pagar las rentas atrasadas el día último del mes de febrero”.

La Subprocuraduría de Justicia Zona Ensenada, a cargo de la investigación, asegura que hasta el momento no hay detenidos y guarda celosamente las líneas que siguen para dar con el o los presuntos homicidas, y conocer el móvil del crimen.

Allegados a la familia Salmón expresaron a ZETA que se encuentran consternados por el homicidio, desconocen el motivo por el cual les quitaron la vida al empresario de 32 años de edad y a su empleado, de 27.

Por su parte, el propietario del lugar donde ocurrieron los hechos manifestó que nadie se ha presentado para disponer de las pertenencias que están al interior del local, documentos y computadora; ni los familiares, ni la Policía Ministerial, que supuestamente se presentaría el lunes 23 de febrero para continuar las investigaciones. “Ya es miércoles y nadie se ha presentado desde el sábado 21”, reclamó el arrendador.

LIGAN EL ARMA A OTRO HOMICIDIO

En rueda de prensa realizada el jueves 26 de febrero, Marco Antonio Chavarría López, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) Zona Ensenada, a cargo de la investigación, informó que el arma que privó de la vida a Jorge Salmón y a Osvaldo Montoya, dio positivo con otro homicidio perpetrado en Tijuana.

Chavarría López expresó que las pruebas de balística arrojaron que el arma fue la misma, en un evento ocurrido en Tijuana. Ese homicidio también es materia de investigación, por lo que no pudo revelar más detalles.

Sin embargo, el subprocurador afirmó que el homicida es habitual en el uso de armas, porque sus disparos están agrupados en el cuerpo de los occisos, cabeza y tórax. Disparó en suficientes ocasiones para privarlos de la vida; fue notorio su dominio de las armas de fuego. Hasta el momento, no hay detenidos.

Respecto al caso ligado en Tijuana, ZETA pudo conocer que se trata del homicidio del empresario José Ramón Jiménez Medina, asesinado mientras circulaba como copiloto cobre la calle Esteban Cantú de la colonia Dávila, frente al hotel San Francisco, en una camioneta  Rav4 guinda. Iba acompañado de un socio de trabajo que salió ileso.

El asesinato se cometió la mañana del 21 de agosto de 2014, y en las primeras indagatorias, la versión fue que previo a la balacera, el hombre había estado en el hotel Palacio Azteca, concretando  el compromiso de venta de unos terrenos ubicados en  Ensenada. Después, las líneas de investigación incluyeron la posible venta de un sistema de patente para localizar petróleo.

En aquel momento, el nombre de Jiménez y su socio fue localizado por las autoridades en varios expedientes judiciales donde se investigaban delitos de despojo de tierras y fraude, pero no se especificó si aparecían como víctimas o acusados.


(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ Viridiana Talamantes/  02 de Marzo del 2015 a las 12:00:00)

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