martes, 3 de diciembre de 2013

UN FANTASMA RECORRE SONORA. EL FANTASMA DE LA RECONDUCCIÓN PRESUPUESTAL.

El que venga atrás que arreé
   
Al abrirse formalmente las negociaciones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo para avanzar en la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos 2014, el signo de esas negociaciones es la discrepancia, el desacuerdo, la política de cero concesiones.

Ayer hubo un primer encuentro protagonizado por el secretario de Hacienda, Carlos Villalobos Organista y legisladores de todos los partidos políticos. El resultado de ese encuentro fue, lamentablemente ese: el desacuerdo.

El año antepasado la historia comenzó a escribirse de forma muy parecida, hasta que a alguien, no sé a qué genio asesor del gobernador, se le iluminó el cerebro y recordó que por allí existía una figura llamada ‘reconducción presupuestal’ y que serviría muy bien para casos como ese, en el que la ausencia de voluntad política impedía arribar a acuerdos.

Y que se avientan con su reconducción presupuestal para el año 2012, más como una manera de probarle a la oposición que Guillermo Padrés era como la inspiración de José Alfredo, que ‘con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley’.

La reconducción presupuestal no es más que un recurso temporal, para salir al paso de los tiempos fatales marcados por la Constitución para aprobar el paquete presupuestal. En términos muy concretos, supone que, ante la falta de acuerdos, la administración pública comience a operar el año fiscal siguiente con el presupuesto del año anterior, y supone también que, por la problemática que algo así genera, las partes en conflicto se apresurarían a consensuar un nuevo presupuesto y la astringencia financiera podría durar un par de semanas o un par de meses cuando mucho.

Eso, claro, suponiendo también que las partes en conflicto tengan dos dedos de frente y asuman que, si con un nuevo presupuesto siempre habrá insuficiencias, operar con el presupuesto del año anterior sería un desastre.

En Memolandia, como se ha dado en llamar a Sonora de unos cuatro años a la fecha y donde todos vamos bien, vamos muy bien, aquello fue, efectivamente un desastre.

La falta de acuerdos se prolongó por ocho meses y el presupuesto 2012 fue aprobado hasta agosto de ese año. Para ese entonces, la administración pública estatal estaba en la quiebra financiera, y ni qué decir de las finanzas municipales.

Huelga decir que en condiciones normales, una reconducción presupuestal provocaría severos daños a las finanzas públicas, pero en el contexto del nuevo sonora, donde el presupuesto es un botín de guerra, objeto de la voracidad y la rapiña, los daños se multiplicaron.

Así llegó el momento de discutir el presupuesto 2013, donde se incluyó el malhadado impuesto conocido como COMUN, que no es otra cosa que la tenencia disfrazada y se incluyeron incrementos desmesurados a prácticamente todos los impuestos y servicios, con el fin de paliar un poco los estropicios de la reconducción.

Lo que siguió es historia conocida: menos recaudación y más rapiña fueron el signo de 2013.

Hoy, los diputados y los funcionarios del Poder Ejecutivo abren la ronda de negociaciones para aprobar el paquete presupuestal 2014 y el signo de ese debate sigue siendo el mismo: el desacuerdo, la descalificación y las posiciones irreductibles.

Y la mala voluntad y el ánimo de revancha, desde luego. El gobierno del estado plantea en su propuesta asignar 30 millones de pesos para el municipio de Cajeme (¡30 millones de pesos!) y 26 millones de pesos para el de Nogales.

Eso es una vacilada y es, desde luego una abierta provocación para que los diputados de la alianza PRI-Verde no aprueben dicha propuesta.

Recientemente, esos diputados de oposición plantearon una serie de condiciones para avanzar en la aprobación del paquete fiscal 2014 y la eventual aprobación de la contratación de créditos por más de 14 mil millones de pesos, entre las que destacan exigencias para transparentar el uso de los recursos públicos, así como la rendición de cuentas sobre el desastroso estado en el que el gobierno del estado ha sumido su propia administración.

De la parte oficial, la respuesta fue en el sentido de que valorarían las propuestas de los diputados opositores, pero evidentemente la realidad es otra.

El punto es que, dadas las situaciones que se están dando en estos momentos, relacionadas con una terrible polarización entre las partes, no suena descabellado pensar en que, llegado el momento, los genios asesores del gobernador apuesten nuevamente por una reconducción presupuestal.

¿Que eso sería dar la puntilla a unas finanzas públicas en estado de coma? Sí, definitivamente que sí. Pero también es cierto que la historia reciente no muestra, ni por asomo, un destello de responsabilidad en la parte gubernamental, que les haga recapacitar sobre el verdadero estado de cosas que priva en Sonora, donde los conflictos brotan por todos lados mientras el gobernador y sus panegíricos caminan sobre una realidad aparte, un universo paralelo donde todo es miel sobre hojuelas.

Eso es una muy mala idea, pero no lo han entendido. El gobernador y sus asesores están convencidos de que lo mejor de lo mejor es lo que están haciendo. Y están convencidos también de que las disidencias, las posiciones críticas y quienes las sustentan en espacios de opinión pública, deben ser escarmentados con todo el poder del Estado.

Por eso el gobernador Guillermo Padrés destina una considerable suma de recursos públicos para alimentar en medios de comunicación alineados, y sobre todo en redes sociales, a un nutrido equipo de funcionarios públicos habilitados como trolles, para calumniar, ofender, denostar, atacar, insultar a quien no coincida con el cochinero en que ha convertido a su administración.

De nuevo, fallan de punta a cabo. La imaginería ciudadana, sobre todo en redes sociales, es invencible, inagotable, despiadada y sobre todo, incontrolable.

Ayer, como todos los días, los trolles al servicio de Guillermo Padrés, autorizados y auspiciados por él mismo, intentaron una nueva ofensiva contra personas que participan en redes sociales con un punto de vista crítico. El tiro, desde luego, les volvió a salir por la culata.

Un solo ‘Meme’ a propósito de la pista de hielo que están instalando frente a Palacio de Gobierno, hizo estragos en la muy diezmada, aunque no tan inútilmente costosa imagen del gobernador frente a sus gobernados.

Millones y millones ha gastado el gobierno de Sonora en intentar reposicionar la imagen del gobernador. Esfuerzos vanos. No pueden hacerlo y no lo podrán hacer, porque mientras Guillermo Padrés siga siendo rehén de esa caterva de bandidos de tan baja estofa, la respuesta ciudadana seguirá siendo más cruel.

Ese es el problema. Padrés no está tratando de gobernar, sino auspiciando una política de confrontación en la que siempre es él quien sale más raspado.

Nada más por eso, por la irresponsabilidad de un gobierno más ocupado en pelear hasta con sus sombras, antes que en diseñar y operar políticas públicas correctas, es que no se descarta que en la coyuntura del nuevo paquete presupuestal, opte de nuevo por la reconducción. Total, ellos están blindados con tanta ratería. Y el que venga atrás que arreé


(DOSSIER POLITICO/ Arturo Soto Munguía / El Zancudo.com.mx / 2013-12-03)

No hay comentarios:

Publicar un comentario